jueves, septiembre 25, 2008

ANTONINI DECLARÓ QUE EN OTRA VALIJA LLEGARON 4 MILLONES DE DÓLARES



Ante la jueza ratificó que el dinero era de Claudio Uberti y que estuvo con De Vido en la Casa Rosada; denunció que le habían ofrecido lo que quisiera por hacerse cargo de los 800.000 dólares decomisados



Con 30 kilos menos, Antonini reapareció ayer para declarar en Miami Foto: AP
Por Hugo Alconada Mon
Corresponsal en EE.UU.
MIAMI.? Y un día tormentoso, 13 meses, dos semanas y cinco días después del decomiso de los 800.000 dólares en el aeroparque Jorge Newbery, Guido Alejandro Antonini Wilson dio la cara. Lo hizo en esta ciudad, no en Buenos Aires, y de manera explosiva: dijo que en el vuelo en el que llegó, fletado por el gobierno argentino, hubo otros US$ 4,2 millones (como había informado La Nacion el 14 de este mes), que el dinero era de Claudio Uberti, que estuvo en la Casa Rosada y que allí lo saludó Julio De Vido, al que describió como "el número dos o tres de la Argentina".
Sentado a la izquierda de la jueza, en inglés y tras jurar que sólo contaría la verdad y nada más que la verdad, Antonini fue mucho más allá. Contó que Uberti, en ese momento referente comercial del gobierno de Kirchner para Venezuela, le prometió lo que quisiera de la Argentina por aceptar los dólares como propios y le dijo que ese acto había sido "un gran favor" a él y al país.
Una tras otra, sus respuestas aportaron su versión sobre lo que pasó antes, durante y después de aquel vuelo que causó un cisma entre la Casa Blanca y las presidencias de los Kirchner. Una relación que podría deteriorarse con el correr de las palabras de quien, durante meses, fue señalado como "el valijero", y que colaboró en forma encubierta con e l FBI en la investigación que derivó en este juicio.
Antonini se pintó ayer como un empresario que vio la oportunidad de abogar ante Uberti para conseguir algún negocio cuando se licitara la construcción del luego fallido Gasoducto del Sur, que uniría la Argentina con Venezuela. Pero relató que todo se complicó la madrugada invernal del 4 de agosto de 2007. Eso ocurrió cuando la agente María Luján Telpuk, de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), hizo la pregunta fatídica: "Señor, ¿qué hay ahí?" El diálogo, según Antonini, continuó así:
-No sé, pero es muy pesada.
-Póngala sobre la mesa.
"La abrieron y encontraron el dinero", resumió ayer al empezar el relato de lo que vino después.
-¿El dinero era suyo?, lo interrogó ayer el fiscal Thomas Mulvihill.
-¡No, señor!
-¿Cuánto había?
-Después me entere que cerca de 800.000 dólares -replicó, antes de señalar al hombre que acusó de ser el verdadero dueño de la valija-.
"Uberti estaba aún a mi lado, lo miré y él hizo un gesto como de «no sé»", rememoró, mientras elevaba sus manos hacia el cielo, se encogía de hombros y ponía en la boca una suerte de puchero. Si el gesto fue de desconocimiento, lo que vino después le reafirm ó a Antonini que el dinero sería de quien en la nómina del Estado lideraba el Organo de Control de Concesiones Viales (Occovi): el chófer que lo esperó mientras contaban el dinero se lo envió Uberti y una mujer mayor, funcionaria, en el Aeroparque le ordenó que callara la verdad.
"Me enviaron aquí para solucionar este problema", contó ayer que le prometió aquella emisaria.
Si ambos indicios no le bastaban, Antonini afirmó ayer que Uberti mismo se lo explicitó cuando fue hasta el lobby del hotel Sofitel, en Recoleta, donde se hospedaba y en el que tomaron un café. Primero, eso sí, el recaudador de la campaña de Kirchner de 2003 se enojó con Antonini porque repitió varias veces en el Aeroparque que el dinero no era de él. Pero luego se calmó y le pidió que continuara adelante con el encubrimiento. "Me ofreció lo que quisiera de la Argentina. Me dijo que le había hecho un gran favor a él y al país", relató.
-¿Le creyó?, le preguntó el fiscal.
-No. No le creí, fue la respuesta de "el prófugo", según Kirchner.
Diálogo caliente
El diálogo con Uberti cargado de promesas ocurrió, según Antonini, la noche del domingo 5, algo distinto a lo que el entonces funcionario argentino declaró ante la Justicia (que le dictó una falta de mérito en la causa l ocal). Pero lo más revelador del esperado testimonio de Antonini ocurrió poco después, aquella misma noche, cuando se encontró con Diego Uzcátegui Matheus, el presidente de la petrolera estatal venezolana para la Argentina, Pdvsa Sur.
Juntos en el lobby del hotel en que se hospedaba Uzcátegui, Antonini le mostró el acta que lo señalaba como el dueño de la maleta. Su entonces amigo lo llevó hasta su habitación, ordenó a dos empleados de Pdvsa que se retiraran y con su propio hijo, Daniel Uzcátegui Spetch, y otra funcionaria de su confianza presente, mantuvo el diálogo caliente que LA NACION reveló durante los últimos dos domingos.
"Diego Uzcátegui me preguntó qué pasó, le conté y me dijo: «Yo sé cómo arreglarlo»." Pero entonces Antonini cedió a la presión y comenzó con las recriminaciones sin imaginarse cuál sería la respuesta. "Le dije que cómo se había atrevido a meterme en el avión con ese dinero y me respondió con que dónde estaba el resto del dinero."
-¿Qué dinero?
-Los 4,2 millones de dólares.
Según Antonini, Uzcátegui ahondó en esa senda. "Me dijo que estaba «enfermo y cansado de llevar grandes maletas como ésa»", mientras que el gesto que recreó Antonini hablaba por sí solo: sentado, elevó ambas manos hasta la altura del pecho, indicando e l tamaño que tendrían las valijas que habría transportado el funcionario de Pdvsa. Uzcátegui también le planteó el horizonte que avizoró para los funcionarios argentinos: "Ellos la cagaron, ellos tendrán que arreglarla".
Sus revelaciones continuaron a lo largo de las dos horas de testimonio. Así, contó que Daniel Uzcátegui manoteó dinero de la maleta chica, al punto que Antonini terminó con otros US$ 30.000 que luego entregó a la Oficina Federal de Investigaciones (FBI). Y que el funcionario de Pdvsa que llevó las maletas se apellida Reiter -Rafael Ernesto Reiter, tal como reveló LA NACION en mayo-. También, que el lunes 6 estuvo en la Casa Rosada.
El Gobierno lo niega desde siempre, aun cuando Daniel Uzcátegui también se lo dijo a LA NACION en enero y que la secretaria de Uberti, Victoria Bereziuk lo declaró ante la Justicia argentina. Pero ayer, Antonini dijo que no sólo ingresó en el palacio presidencial, sino que se encontró con De Vido, quien también niega que eso sea cierto.
-¿Quién es Julio De Vido?, le preguntó Mulvihill para ilustrar al jurado.
-Eh es un ministro no sé es el número 2 o 3 de la Argentina, fue la respuesta que cosechó.
-¿Qué ocurrió con él?
-Me dijo brevemente: «Hola», mientras que me palmoteó la espalda.

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