lunes, octubre 06, 2008

CUBA Y LA ENCRUCIJADA DE OCCIDENTE

Cuba y la encrucijada de Occidente



Por Orlando Fondevila

Tormentas varias y graves que se solapan marcan una complejidad especial a los tiempos que vivimos. No se trata ciertamente del Apocalipsis que parecen anunciar los titulares de prensa (mayoritariamente zurda y entre el ambarino y el rojo, con recurrentes pespuntes verdes). Pero sí, tiempos difíciles y peligrosos. Crisis, nos dicen, en la economía, en el hambre energética como consecuencia del abrupto emerger al desarrollo de las economías de China, de la India y algunas más. Y claro, por el chantaje de quienes tienen el petróleo, que no son otros que los representantes de las fuerzas más oscuras del planeta. Crisis, también, como consecuencia de los desafíos terroristas y nucleares de los enemigos de Occidente, de la sociedad abierta y de la libertad. Crisis y peligros. Pero sobre todo, crisis de valores en amplios sectores de Occidente. Sí, de valores, ese concepto tan ajeno al marxismo y a todas las ideologías de izquierda.

La voluntad de Occidente está enferma. Fláccido el músculo. He ahí la verdadera crisis. Occidente necesita convicciones, firmeza, creer en sí mismo. Liderazgo. Por supuesto que Europa cuenta, pero el liderazgo no puede ser otro que el de Estados Unidos. De ahí la trascendencia de las próximas elecciones. Barack Hussein Obama es, en el mejor de los casos, el representante de esas elites intelectuales y políticas que no creen en Occidente, o al menos dudan. Elites sin claridad de ideas, encharcadas en un denso relativismo ético, moral, político e intelectual. Esnobismo soso presentado como posmoderno cuando en realidad se trata de un radical decadentismo. Al respecto un plumífero español ha calificado el enfrentamiento entre McCain y Obama, como el enfrentamiento entre el siglo XX (Mc Cain) y el XXI (Obama); entre una generación antigua y otra nueva. Debe ser que entiende que el siglo XXI es el siglo del horror islamista, del imperialismo ruso, o de la perversión pseudo- comunista de China, o de Chávez. Pudiera ser, si lo que representa Obama se asentara en Occidente.En el medio de tamaño vendaval, Cuba, nuestro pobre país. Un país no sólo devastado económicamente, pobre entre los más pobres del mundo, sino -y sobre todo- agotado espiritualmente. En medio de tan enrevesada coyuntura, ¿a quién le importa el destino de doce millones de cubanos? ¿Les importa a aquellos que apoyan la tiranía y que defienden desvergonzadamente lo que consideran su capital simbólico o su estrategia antiamericana? Esos apoyan la tiranía y lo hacen abiertamente. ¿Quiénes son los aliados de la libertad de Cuba? Pocos y con dificultades. Les guste a algunos o no, aliados de peso sólo tenemos en Estados Unidos. Y claro, en el denostado pero hasta ahora firme exilio cubano, a la cabeza del cual se halla Miami. Ahora, los enemigos de la libertad de Cuba -que son los mismos que la ponen en peligro en el resto del mundo- buscan desesperadamente llevar a Barack Hussein Obama nada menos que a la presidencia de Estados Unidos; y buscan derrotar al exilio en las próximas elecciones. Quieren sembrar en los cubanos el "progresismo" de cartón piedra de los Obama y Zapatero. El progresismo que, no importa la retórica que empleen, no busca la derrota de la tiranía, sino la rendición ante ella disfrazada de "diálogo crítico", de "tendido de puentes" o de "cambio de política porque la anterior no a dado resultados".

Por mi parte, confío en los Estados Unidos. Confío en que sabrán ejercer el liderazgo que necesita Occidente. Y quiero creer que los cubanos no nos confundamos y no renunciemos a la libertad. A toda la libertad. Porque si a alguien le tiene que importar Cuba y la suerte de los cubanos es, en primer lugar, a los propios cubanos. No podemos decidir la suerte del mundo, pero la nuestra sí está, o debiera estar, en nuestras manos.