SE ACABÓ EL AMOR
SE ACABÓ EL AMOR
Por Guillermo Fariñas Hernández
Los opositores pacíficos de cualquier sexo no son seres humanos perfectos con la desventaja de ser personalidades públicas. Como personas de carne y hueso, poseen virtudes y defectos. O como le gusta decir al coronel de la Seguridad del Estado, Luís Mariano Lora, “se deben sopesar las fortalezas con las debilidades”.
Germán Barreiro Caramé, quien era General de División del Ministerio del Interior (MININT), en 1980 impartió una conferencia, en la Escuela Superior de la Contra Inteligencia Militar (CIM) “Comandante Arides Estévez”, sobre un tema particularmente interesante, el manejo de los llamados “Agentes Afectivos”.
El juego Inteligencia-Contrainteligencia denomina agentes afectivos a los infiltrados en una red operativa que usan los sentimientos positivos para llevar a cabo su labor de búsqueda de información. En pocas palabras, son agentes que juegan con el sentir de las personas para obtener sus objetivos.
Si el agente es una persona que simula una pura amistad hacia el sujeto que suscita un interés operativo, se le conceptualiza como “Agente Friend”, que traducido al idioma castellano es el “Agente Amigo”. Él o la disidente resultan engañados por un pretendido cariño amistoso que es espurio.
Las pasiones amorosas de cualquier tipo son las más usadas por las operaciones de espionaje. Estas relaciones pueden ser de un agente-masculino hacía una mujer objeto de utilidad al que se le nombra “Agente Romeo”. Así como a una agente-femenina interesada en un hombre se le denomina “Agente Julieta”.
Cuando el espía se interesa en penetrar a una pareja de homosexuales, estos sentimientos humanos también son explotados para beneficio de las entidades represivas. En la particular jerga usada por los oficiales de la Seguridad del Estado, estos son los designados como “Agentes Arunta”.
Fuentes muy bien informadas dentro la represión castrista ejemplifican la falta total de escrúpulos. En el caso de la conversión de la opositora Odilia Collazo Valdés, se le realizó un perfil psicológico profundo. Era una contrarrevolucionaria de convicciones, su padre fue un maltratado y torturado preso político.
Ante los oficiales de la Policía Política se creó un conflicto, pues los expertos del GMD arribaron a la conclusión que a la señora Odilia “Lily” Collazo no la neutralizarían por el convencimiento o la intimidación. Si algo se podría lograr con ella, sería a través de la manipulación de sus afectos, pues era una fémina sola y vulnerable.
Ahí es donde surge la figura de Roberto Martínez Hinojosa, un ex – miembro de la contrainteligencia, que en ese momento era un oficial de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR). Sus características físicas eran sumamente atractivas para esa solitaria mujer.
Un proceso de acercamiento sui generis comenzó, mediante el pretexto de citaciones o visitas policiales de Martínez Hinojosa a Odilia. Cuando estos intercambios se hicieron cotidianos, vino la apócrifa confesión de amor del “Agente Romeo” a la presidenta del Partido Pro Derechos Humanos de Cuba.
Ambos amantes comenzaron un periodo de citas clandestinas hasta poder proyectar el deseo erótico sobre una cama. De pronto, la Dirección de Control Interno del MININT “descubrió” a un oficial suyo, que mantenía una relación amorosa con “una connotada contrarrevolucionaria.”
Por esto, el recién descubierto Roberto Martínez Hinojosa fue degradado públicamente, frente a todos sus compañeros de la 11na Unidad de la PNR del municipio capitalino San Miguel del Padrón. También pasó un corto tiempo preso para afianzar su fachada profunda (Deep Cover).
Lograron una deuda afectiva entre la víctima y el victimario, porque la hoy traidora Odilia también tenía su corazón como cualquiera. A partir de ahí, dio inicio un meticuloso proceso de manipulación de pasiones, que duró varios años y vino a dar los primeros resultados en 1996, a través del ataque de Lily a Concilio Cubano.
Con la elección de Barack Obama a la presidencia de los Estados Unidos de América, todo de golpe se trastoca en la gerontocracia fidelista. Los burócratas políticos no van a ceder el poder, que detentan a sangre y fuego desde hace casi 50 años. Por eso, los mecanismos represivos van a tratar de doblegar o usar a sus adversarios.
Ya es hora, que los disidentes heterosexuales u homosexuales se preparen para recibir las insinuaciones de las “Agentes Julietas”, los “agentes Romeo” y los “Arunta”, conocidos como “Balas Perfumadas”. Para la comunidad represora castrista y sus acólitos no existen recatos de ningún tipo. Para los agentes se acabó el amor.
cocofari62@yahoo.es
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