CANTAR EN CHINO
Por José Antonio Fornaris
Managua, La Habana, noviembre 27 de 2008, (SDP) No existe ningún tipo de duda razonable: la época en que el régimen de La Habana era furibundamente anti chino se derrumbó como el campo socialista.
Ya no existe memoria política de cuando Fidel Castro, en el Segundo Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), los acusó de traidores y revisionistas, y la delegación china abandonó, en ese preciso momento, el Teatro Carlos Marx, sede de ese evento.
Tampoco hay mención de cuando Castro en un discurso público dijo que Mao Zedong era un viejo chocho. Ni cuando afirmó que Cuba nunca podría dejar de armarse aunque en Estados Unidos hubiera socialismo, porque China había atacado a Vietnam que también era socialista.
Todo eso, en alguna medida, comenzó a ser historia pasada cuando el propio Castro hace unos cinco años, al recibir a un grupo de locomotoras llegadas desde ese país asiático, utilizó el término de “queridos hermanos chinos”.
Y con la visita de dos días, 18 y 19 de noviembre, a La Habana del Presidente de China, Hu Jíntao, donde Raúl Castro cantó en chino en la Playa de Tarará para él y para los casi dos mil jóvenes de esa nación que estudian en Cuba, queda demostrado que los chinos son lo mejor del mundo, y que al parecer, los pérfidos soviéticos fueron quienes nos obligaron a criticarlos.
Dentro de ese contexto están los dos programas televisivos que la televisión de la isla transmite todas las semanas: los martes a las diez de la noche, en el Canal Educativo, “Mirando China”, y los miércoles, también en horario nocturno pero por el canal Multivisión, “Así es China”.
China está en la actualidad ocupando tanto espacio y tiempo dentro de la propaganda gubernamental que resulta difícil sustraerse a la impresión de que en las altas esferas estatales desean “chinizar” a los cubanos.
Claro, hay detalles de la actualidad china que se trata de no dar a conocer o al menos, obviarlos cada vez que es posible. Entre ellos, que en China existe propiedad privada, y que la Constitución de ese país no permite la permanencia indefinida de sus líderes en los cargos estatales y partidistas.
También se evita mencionar que los logros económicos o sociales de China en los últimos dos decenios, se han obtenido a través de la aplicación de mecanismos capitalistas en la economía.
De todas formas es muy difícil poder negar que en la actualidad, China está más cerca del capitalismo que del comunismo, y sin embargo, este es el momento en que La Habana ama de manera desparpajada a China.
Este es un buen indicativo de que el viejo grupo gobernante en Cuba no tiene amigos, tiene aliados. Sus aliados son los que les ayuden a mantener el poder. La ideología o las ideas políticas que estos profesen no parecen tener la más mínima importancia. Con dirigentes de esas características, la conclusión con mayor lógica, es que cualquier pueblo tiene las esperanzas truncas.
fornarisjo@yahoo.com
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