BARACUTEY CUBANO

2009-02-20.


Ismaris Salomón Carcaces
Fotoreportera del Centro de Información
Hablemos Press, CIHPRESS


(www.miscelaneasdecuba.net).- En el Té Literario realizado este 18 de febrero en el domicilio de Laura Pollán Toledo, líder de la Organización Damas de Blanco, sito en calle Neptuno 967, e/t Aranburo y Hospital, Centro Habana, fue leída y analizada la carta enviada el jueves 5 de enero por el párroco de la Iglesia de Santa Teresa del Niño de Jesús en Santiago de Cuba, al General Raúl Castro Ruz.

La líder de las Damas de Blanco dio comienzo al Té Literario leyendo el texto de la carta que en su primer párrafo dice:

Hace quince años me atreví a escribirle al entonces jefe de Estado Cubano, Doctor Fidel Castro Ruz, por aquel entonces presidente de nuestro país. La gravedad de aquella hora me lo impuso como un deber para el bien de la patria. La gravedad de esta hora me impone escribirle a Ud. Para hacerlo participe de nuestras situaciones actuales. ¿Debo acaso describirle la situación de nuestro país?

La crisis económica afecta a todos los hogares y hace que personas vivan angustiosamente preguntándose: ¿Qué voy a comer o con que me voy a verter? ¿Cómo conseguiré lo más elemental para los míos?

Las dificultades de cada día se tornan tan aplastantes que nos mantienen sumidos en la tristeza y la desesperanza. La inseguridad y el sentimiento generalizado de indefensión provocan la amoralidad, la hipocresía y la doble cara. Vale todo porque nada vale, más que la sobrevivencia a todo precio, que luego descubrimos que es "es a cualquier precio". De ahí que el sueño de los cubanos, en especial de los más jóvenes, sea abandonar el país.


Uno de los temas principales fue la crítica de las esposas de los prisioneros políticos y de conciencia, a las autoridades carcelarias quienes violan en su totalidad las reglas mínimas para el tratamiento a Reclusos, firmadas por el grupo de poder.

Laura enfatizó que las autoridades cambian -cuando les viene en gana- la visita a los prisioneros; esto como método de castigo, no contra el prisionero, si no contra los familiares, los cuales tienen que trasladarse a cientos de kilómetros de sus hogares, para visitar a estos.

A muchos prisioneros, según declaró Pollán, el régimen de visita es cada 45 días y muchos familiares cuando llegan a los centros penitenciarios, le es comunicado que la visita del prisionero cambió por lo que ésta se alarga.

A pesar de la tristeza, el dolor y las dificultades, las esposas, hermanas y familiares de los prisioneros se veían alegres en el Té tertulia.

Se leyeron poemas escritos por los prisioneros. El pastor de la iglesia metodista Manuel Morejón Soler, leyó Corintios 13, la prominencia del amor y algunos versículos de la Biblia y oro por los prisioneros políticos y de conciencia y por los familiares.