BARACUTEY CUBANO

Por Jorge Olivera Castillo
Sindical Press


LA HABANA, Cuba, febrero (www.cubanet.org) - El señor Jorge Petersen está seguro de haber descubierto el secreto que hay detrás de la revolución cubana. Levantó el telón y vio, en primer plano, los embalajes de casi toda la utilería. Reflectores, trajes multicolores, máscaras, zapatones de payasos, látigos de domadores, flautines para el encantamiento, miedos de todas las categorías y mucho más. Todo eso estuvo en el tiro visual de un observador que trajo lentes especiales para afinar los detalles y coronar su perspicacia con un inconfundible halo de autenticidad.

Petersen jura no estar equivocado. Se explaya sobre los descubrimientos más notables en su arqueología política. La unidad del pueblo en torno al proceso revolucionario, la solidaridad internacional para con el resto de los países subdesarrollados y la determinación para construir su propio destino, son tres piezas sobresalientes del hallazgo.

“El mundo actual necesita de estas ideas. En mi opinión esos tres vocablos le dan a Cuba el prestigio que tiene en el mundo”, alega con un marcado énfasis apologético.
No hay grietas en la república, nada que reprochar en medio de la larga travesía ideológica. Todo se circunscribe a un ciclo de éxitos, inmune a cualquier elemento disociador.

Hay personal suficiente por este mundo, para que de vez en cuando vengan a hacer su peregrinación por uno de los santuarios del socialismo real, hablar de su iconografía, de los milagros y de cuanto ayude a consolidar los soportes políticos y mediáticos de un proceso que entró en su sexta década de existencia.

De esa presunta química entre pueblo y gobierno, Petersen describe la envoltura como si fuera el contenido. Es, en síntesis, una percepción distorsionada y que sigue un patrón a cumplir por un ejército de amigos y cómplices previamente identificados en la defensa de un modelo anticapitalista, centralizado, de un solo partido y muchos policías.

Los pegamentos de esa unidad tienen más en común con el miedo y la doble moral que con la espontaneidad y la juiciosa aceptación. Esas dos últimas valoraciones quedan fuera del guión impreso en los talleres del partido único.

En cuanto al altruismo practicado con decenas de naciones pobres, es oportuno acotar que esto obra en detrimento de la calidad de los servicios en intramuros, sobre todo en la esfera educativa y de Salud Pública. Miles de especialistas se encuentran en las llamadas misiones de cooperación en alguna parte de la extensa geografía del Tercer Mundo.Por último, la determinación para construir un destino propio, que esgrime Petersen como otra de las cualidades de la revolución cubana, esconde premisas que antagonizan con la validez de elementos democráticos, como una transparente consulta popular y otras prerrogativas y derechos ciudadanos, borrados del acontecer nacional.

En este caso la voluntad por mantener el sistema al margen de cambios estructurales y renovaciones acordes con los tiempos, le puede dar a Cuba singularidad y simbolismo, pero ninguna proyección de desarrollo integral, ni legitimidad política a largo plazo. Jorge Petersen es el secretario general del partido comunista de Dinamarca. Por eso cuando levantó el telón del circo supe de antemano cuál sería su discurso.
oliverajorge75@yahoo.com