PASAPORTE AL DESASTRE
Nota del Blogguista
El pueblo cubano en su inmensa mayoría sabe lo que tiene encima hace medio y sabe también lo que hay en el exterior cubano. Durante décadas millones de rubios, y también no rubios donde se incluyen cientos de miles de cubanos, con dinero también han visitado la Isla y solamente la estampida de un éxodo masivo ha ocurrido cuando la tiranía Castrista lo ha autorizado. El miedo y la coacción son el freno para actuar, aunque se tenga perfecto conocimiento de lo que tenemos y lo que no tenemos.
Pasaporte al desastre
Por Luís Alberto Ramírez
Miami

El régimen de la Habana está a punto de estirar la pata (de eso no cabe la menor duda). El máximo líder perdió con su ausencia el respeto que tenía dentro de la población cubana que acobardada respiraba Fidel por los cuatro costados. Raúl Castro está tan nervioso que no sabe que hacer con sus aliados y la dirigencia del país; y la crisis de las tormentas del 2008 han llevado la economía cubana al borde del abismo con un déficit en la balanza comercial del 73 por ciento. A todo esto debemos sumarle la creciente inconformidad del pueblo cubano con las incumplidas promesas de apertura. Todo esto en conjunto ha creado una especie de tormenta dentro de una globo que está a punto de estallar, y para acabar de darle el toque de distinción se aparece la administración de Obama al rescate, sin embargo, siempre

Nadie sabe lo que sucede en Cuba si no penetra dentro de la masa popular y convive por unos días en esa escasa multitud que vive revolucionariamente dejándose llevar por la dirección de la revolución. Los cubanos son una especie humana muy curiosa que a consecuencia de los cincuenta años de sobrevivir en esa Ínsula enajenada del caribe llamada Cuba han creado una especie de caparazón ideológico protector que solo se sabe su reacción una vez cometido el hecho. Actúan por instinto, sin dirección colegiada y escandalosamente. Ya aquella Cuba de aseres y moninas se murió hace tiempo, ahora hay una Cuba más interesante donde el CUC ocupa un lugar cimero en el diario vivir. Cuba sin divisa se muere, pero con mucha se altera. El culto a la divisa es tan grande que ha opacado el miedo a la revolución. A los cubanos se les ha controlado el acceso a la divisa, de tal modo que la sola tenencia de ella marca la diferencia entre la pobreza y la riqueza. La cantidad no marca esa diferencia sino, solo la pequeña frecuencia. Sería pues entonces lógico pensar en un desenlace escandaloso con consecuencias impredecibles el hecho de que las puestas a los americanos se abran en Cuba sin más restricción que la obtención de un boleto de avión. Esto no va a suceder y los castristas lo saben, primero: no conviene ese tipo de apertura a la dirección del partido y el Estado porque ideológicamente atentaría con lo obligatoriamente establecido, segundo: porque la infraestructura habitacional de país no cuenta con las herramientas suficientes para

Yo estoy completamente convencido que de abrirse las puestas de Cuba para los turistas americanos el éxodo masivo estaría justo detrás de esa puerta. Sin embargo, esta vez no va a ser igual que las anteriores, ya Cuba está más madura y las consecuencias en estos momentos no serían solo desastrosas para la administración de Obama sino, también para la de Raúl. Ya no se puede pensar en abrir la válvula a la revolución cubana, no se puede en estos momentos tirar la toalla al régimen porque ya no hay tiempo. La revolución cubana está noqueada y en conteo final, no hay nada que se pueda hacer. La alta política americana va a tratar de tirarle el último cabo pero los castristas saben que sería pues contraproducente. El régimen de la Habana va a hacer lo imposible por evitarlo, alguna imposición van a implantar que las autoridades americanas no aceptarán. Algunas recomendaciones rondan por mi cabeza como son el incremento en los precios de los pasajes, la inamovilidad del impuesto sobre el dólar, la regulación de entradas por visas especiales etcétera. Todo menos permitir que los americanos entren en desbandadas por los puertos y aeropuertos, sería pues el puntillazo final. Los hermanos Castro lo saben, Obama no, ya se enterará, pero el desorden y la indisciplina no van. Muchas gracias.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home