LA HABANA NO MERECE UNA LÁGRIMA
Por Esteban Casañas Lostal.
Montreal, Canadá.

¡Qué se vaya La Habana al carajo! He sentido deseos de gritar a toda voz cuando veo a los que viven en esas calles desfilando por la plaza. ¿Una lágrima por ella? Un frente frío, un ciclón, un huracán y hasta un disparo de nieve sacado de la canción de Silvio para que acaben de derrumbar sus paredes, pero una lágrima no arrancarán de mis ojos. ¡Basta ya de lloriqueos y lamentaciones! Apestan los pueblos que solo aspiran a la misericordia, lástima, penas, compasión, piedad de los demás, aburren los pueblos llorones que marchan como carneros, ¿una lágrima por ella?
Veo las imágenes del pueblo de Irán y siento vergüenza. Vi la de los estudiantes venezolanos y siento pena. Veo a otros pueblos que se alzan, poco importa la tendencia política de las que son manipulados, se alzan, gritan, protestan, reclaman, exigen, luchan y hasta20mueren en el anonimato, esos pueblos no lloran ni esperan por la lástima de los demás, nos dan una lección que nunca acabamos de aprender, ¿una lágrima por ella? ¡Al carajo La Habana y todos sus llorones!
San Lázaro se derrumba, ¿y Belascoaín, Montes, 10 de Octubre, Infanta, Reina? ¿Cuál calle de la ciudad no está a punto de colapsar? Pero la gente desfila y grita consignas, y los que están del lado de acá se mantienen en silencio, no desean ser molestados y les prohíban entrar al país para asistir a los quinc

Veo a los iraníes inmolarse por millones, ¿y nosotros?, los cuatro gatos que estamos no nos ponemos de acuerdo, es más fácil producir una bomba atómica que unir a dos cubanos por el tiempo que dure esa explosión. ¡Pero no los toques! Porque si lo haces solo logras dividirlos, ¿cómo rayos pudiera dividirse un número que nunca ha sido sumado o multiplicado? Nuestro problema es grave, embarazoso, complicado, quizás sea una enfermedad incurable, pero=2 0no merece una lágrima de nadie, eso creo.
Cuando piensas que se agotaron las roscas, ves con asombro que la tuerca tiene capacidad para girar y aprieta un poco más. ¡Ahora sí! Gritan los especuladores y todos aquellos que lucran con nuestros dolores, digo, los de ellos. Se equivocan y deben meterse el rabo entre las piernas, como los perros, porque el otro hace años fue cercenado. Entonces, viene alguien a pedirme una lágrima o a implorarme que me calle. Ni lo uno, ni lo otro. Enciendo el televisor y veo al pueblo iraní, pasan vistas de la Plaza Tiananmen, los muchachos de Caracas andan ocupados en sus protestas, los palestinos se inmolan ante los israelíes, los israelíes se enfrentan ante los extremistas musulmanes, los birmanos luchan contra una dictadura militar, ¿y los cubanos? Bien, llorando un poco y escribiendo cartas de protesta desde las sombras de sus casas. Hace falta que se derrumben esos techos para que esas cartas se escriban desde la calle y sean capaces de arrastrar al pueblo. Mientras tanto, yo no lloro por nadie que no sean nuestros presos y todos los muertos que descansan insepultos en el Estrecho. ¡Al carajo La Habana, yo vivo en Montreal!
Esteban Casañas Lostal.
Montreal, Canadá.
2009-06-21
Y si tenéis por rey a un déspota, deberéis destronarlo, pero comprobad que el trono que erigiera en vuestro interior ha sido antes destruido.
Jalil Gibrán.
1 Comments:
Es una pena que seas cubano, no pereces tener claro el cocepto de patria, los gobiernos pasan la tierra que nos vio nacer es para toda la vida.
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