JUANES, PÁNFILO, ETC.
Tomado de http://www.cubaencuentro.com/jorge-ferrer
Por Jorge Ferrer
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No deja de maravillarme cómo ese país, la triste circunstancia de ese país que es Cuba, convierte cualquier evento en una catarsis donde se codean lo sublime y lo bufo. Los justos y los miserables.
El mismo país, por cierto, que hace unas semanas acaparaba titulares de la prensa internacional por razón tan trasera como que sus habitantes pronto carecerán de papel con que limpiarse el culo. ¡Al combate corred, bayameses...! La patria orgullosa que carece de papel sanitario... ¡Cuba va!
Desde Boston, Jorge Salcedo me decía hace un rato al teléfono que Pánfilo pernocta hoy en la prisión de Valle Grande. ¿Irá alguien allí a contarle cuánto entretenimiento genera el venidero concierto de Juanes entre los lectores de noticias? ¿Cuántas palabras pare? ¿Cuánto fuego fatuo impulsa?
Oye, de verdad, ¿irá alguien a visitarlo entre rejas? ¿Existe Pánfilo más allá de Youtube?
De contra:
Un célebre crítico escribió una vez una reseña que atacaba con fiereza una novela de V. S. Naipaul, tal vez el más interesante de todos los escritores que ha dado la cuenca del Caribe. Se lo dicen a Naipaul: «Fulano arremetió contra ti». (Escribo «fulano» porque recuerdo la anécdota de memoria, falible memoria). Naipaul miró a su interlocutor y preguntó: «Pero ¿quién diablos es fulano?»
Eso: ¿quién coño es Juanes?
Por cierto, la canción que Victor Manuel dedicó a su Caudillo Francisco Franco tenía como tema la paz.
¡Qué lindo sería que la cantara en la Plaza de la Revolución tantos años después! ¡Qué manifestación más sublime de la relación áurea!
Hay un país
que la guerra marcó sin piedad.
Ese país
de cenizas logró resurgir.
Años costó
su tributo a la guerra pagar.
Hoy consiguió
que se admire y respete su paz.
No, no conocí
el azote de aquella invasión.
Vivo feliz
en la tierra que aquél levantó,
Gracias le doy
al gran hombre que supo alejar,
esa invasión
que la senda venía a cambiar.
Otros vendrán
que el camino no habrán de labrar.
Él lo labró,
a los otros les toca sembrar.
Otros vendrán
que el camino más limpio hallarán.
Deben seguir
por la senda que aquél nos marcó.
No han de ocultar
hacia el hombre que trajo esta paz,
su admiración,
y por favor,
pido, siga esta paz.
Cortesía de Bokabulario.
Publicado en: El Tono de la Voz
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