RAÚL RIVERO: UNA PAREJA QUE VENÍA DE LEJOS
Tomado de http://www.elmundo.es/
Una pareja que venía de lejos
Por Raúl Rivero
Como esta semana no se celebra nada que tenga que ver con Olga Guillot, como no es su cumpleaños, ni se va a presentar un nuevo disco, me gusta recordarla. Festejar que pasa otro día sobre la tierra y en algún lugar del mundo ella respira y ama. Y a lo mejor tararea Miénteme asomada a una ventana. A una foto.
El asunto es ése. Recordarla y sentirla en la cercanía con esa voz de filo de navaja envuelto en seda que hiere para que a nadie se le olvide recordar. Una voz que tiene el color de la piel de Olga y dormita en vela como sus ojos y cae como caen sus manos cuando los boleros vuelan sobre las cabezas, su vuelo estacionario de cámara lenta.
Sí, yo la recuerdo en días como estos en los que me gusta también leer al otoñófilo Gastón Baquero, un poeta del trópico que no pudo ver más aquella luz y se hizo amigo del mes de octubre en Madrid.
Un mes (en el que cumple años Olga) y al que Gastón, que llegó a entrar en confianza con él en Avenida de América, describía como un poco faraute y rodrigón. Dicho todo con mucho cariño y con el deslumbramiento que le producía al cubano el otoño, la dignidad hecha calendario, una estación en la que octubre escala sereno la ventana y se fuga del ardiente corazón del estío.
( Olga Guillot )
Así es que se escuchan las canciones y se leen los poemas en el camino hacia otro fin de año, hacia una opacidad de otras noblezas. Un sitio donde vive y respira Olga Guillot y se mantiene entera la memoria del poeta.
Entra ella en la estación que viene porque es una actriz que canta. Y él porque fue el inocente que dejo escritas unas palabras en la arena.
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