lunes, octubre 26, 2009

Juanita Castro rehusó conspirar contra la vida de Fidel y Raúl Castro

Nota del Bloguista

Un casa como la de Juanita Castro y su madre Lina Ruz en vez de ser un refugio, era una ratonera pese a ser, de ¨fachada ¨o realmente, una casa de huéspedes.

Es casi seguro que sobre la casa donde paraba, y después vivió, Lina Ruz, hubiera vigilancia Castrista para evitar cualquier tipo de represalias contra ella; más aún, si era criterio de Fidel que estaban rodeados de ¨gusanos ¨. Ya desde la lucha contra el régimen de Fulgencio Batista, la casa de Lina Ruz en Birán era celosamente protegida por miembros del Ejército Constitucional (por Padrón Carinoa, muy amigo de la familia), como por las tropas rebeldes. Se dice que Padrón Carinoa había matado a un sindicalista de Marcané ( su nombre lo tiene un central azucarero de la zona ) por petición de Ángel Castro.
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Tomados de http://www.elnuevoherald.com

Juanita rehusó conspirar contra la vida de Fidel y Raúl Castro


Por Wilfredo Cancio Isla
wcancio@elnuevoherald.com

Juanita Castro fue reclutada por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en 1961 a través de su amiga Virginia Leitao da Cunha, esposa del embajador de Brasil en La Habana, pero rehusó conspirar en acciones contra la vida de sus hermanos Fidel y Raúl Castro.

Según revela Juanita en su libro de memorias Fidel y Raúl, mis hermanos. La historia secreta, que salió al mercado este lunes, Virginia Leitao da Cunha la citó en la residencia de los embajadores brasileños, ubicada en la exclusiva zona de El Laguito, en La Habana, para proponerle que colaborara con “unos amigos que conocen de tu labor [contraria al régimen] y que quieren ayudarte”.

El encuentro entre las dos mujeres se produjo poco después de la fallida invasión de Bahía de Cochinos, ocurrida en abril de 1961, y en breve Juanita comenzaría a operar dentro de Cuba como la agente Donna. Por casi tres años se dedicó a proteger en su casa a opositores de la revolución que lideraban sus hermanos.

"La persona que me estaba llevando con ellos era (...) no sólo amiga mía, ¡sino quien había sido fiel seguidora de Fidel! Una mujer valiente y justa, que conocía profundamente la situación de Cuba", afirma Juanita, de 76 años, en el libro, convertido desde este lunes en suceso editorial en varias capitales latinoamericanas.

El volumen, de 432 páginas, fue escrito en colaboración con la periodista mexicana María Antonieta Collins y publicado simultáneamente por la editorial Santillana en Estados Unidos, España, México y Colombia.

Vasco y Virginia Leitao da Cuhna habían sido particularmente solidarios con los revolucionarios que lucharon contra la dictadura de Fulgencio Batista (1952-1958), pero con el paso del tiempo se decepcionaron con el rumbo del proceso liderado por Fidel Castro. La embajada brasileña brindó asilo en esos años a decenas de perseguidos políticos y logró de sacarlos del país.

( Fotografía de Juanita Castro en su farmacia de Miami en el 2005. Nuri Vallbona / The Miami Herald )

Para ese entonces los Leitao da Cuhna habían sido designados por el presidente izquierdista Joao Goulart (1961-1964) para encabezar la embajada brasileña en la Unión Soviética. Vasco sería desginado años después como canciller. El matrimonio vivió en Nueva York en los años 70.

No es la primera vez que se habla de la participación de Juanita, de 76 años, en actividades de la CIA, sólo que ahora la confirmación trasciende de su propia voz.

El 4 de julio de 1964, semanas después de su llegada al exilio, el diario The Times-Picayune, de Nueva Orleans, publicó un despacho de la agencia Associated Press, donde se sugiere su colaboración con la CIA. "Juanita Castro informó a la CIA; entregó datos durante cuatro años en Cuba", según la información.

En 1975, el ex agente Phillip Agee calificó a Juanita de agente de propaganda'' al servicio la CIA en su libro Inside the Company (Dentro de la Compañía).

Y en 2005, Ted Shackley, uno de los principales oficiales de la CIA sobre el tema Cuba, escribió en su libro Spymaster, My Life in the CIA que la agencia de espionaje estuvo en contacto con Juanita a través de Virginia Leitao de Cunha.

De acuerdo con el relato de Juanita, Virginia le propuso que viajara a México con el pretexto de ver a su hermana Enma Castro, para sostener el contacto con el oficial de reclutamiento. Enma, actualmente de 74 años, reside en la capital mexicana desde los años 50, y nunca estuvo enterada de los verdaderos motivos del viaje de su hermana.

Juanita y Virginia viajaron por vías separadas ala Ciudad de México y se encontraron con el oficial de la CIA en una suite del entonces recién inaugurado Hotel Camino Real, el 24 de junio de 1961.

El oficial era uno de los expertos de la CIA para el caso de Cuba y se presentó como Enrique, pero su verdadero nombre era Tony Sforza, pieza clave de la Operación Mangosta, un ambicioso proyecto de sabotajes económicos e incursiones armadas contra el régimen castrista que la CIA puso en práctica tras el fiasco de Bahía de Cochinos. Sforza había estado infiltrado en Cuba haciéndose pasar como jugador de casinos, con el nombre falso de Frank Stevens.

Juanita aceptó trabajar para la CIA bajo la condición de no participar en ninguna actividad violenta contra sus hermanos u otro funcionario del régimen, y no quiso aceptar retribución monetaria por su colaboración.

"¿Tuve remordimientos por traicionar a Fidel al aceptar reunirme con sus enemigos?", se cuestiona Juanita en sus memorias. "No, por una sencilla razón: yo no lo traicioné a él. El fue quien me traicionó a mí. El nos traicionó a los miles que sufrimos y peleamos por la revolución que nos ofrecía, la que era generosa y justa y que traería paz y democracia para Cuba".

Su primera misión se produjo una semana después, transportando desde México latas en conserva donde iban documentos, mensajes y dinero para los hombres de la CIA y otros conspiradores anticastristas dentro de Cuba. Juanita viajó también con un manual de descodificación de mensajes cifrados que recibiría a través de un radio de onda corta.

El nombre asignado por la CIA fue el de Donna y para los mensajes en clave Juanita escogió dos melodías: el vals Fascinación, del compositor F.D. Marchetti, y la obertura de Madame Butterfly, de Puccini. Si se transmitía la primera, era señal de que habría un mensaje, mientras que la segunda indicaba que no.

A su regreso a La Habana y por orientación de la CIA, Juanita escogió como sus colaboradoras a las hermanas Hilda, alias "Puchi", y Carmita Morgade, amigas de la familia y estudiantes universitarias. Las Morgade habían sido responsables por el traslado encubierto y la conservación oculta en una casa del central Stewart, cerca de la ciudad de Ciego de Avila, de los manuscritos de La historia de absolverá, el alegato que Fidel Castro pronunció en el jucio por el asalto al Cuartel Moncada en 1953.

(Los Castro en la boda de Enma.Detrás Raúl, Agustina, Ramón, Fidel y Ángela; delante: Enma, quién fue sólo de México a Cuba para la boda, Lina Ruz y Juanita )

Las tres mujeres, según el libro, contribuían a la protección de personas perseguidas en la casa de huéspedes que era propiedad de Juanita en la Calle J número 406, en la barriada habanera de El Vedado.

En una ocasión, cuenta Juanita, tuvieron que trasladarse en su automóvil a la provincia de Matanzas para recoger un mensaje colocado en un señalamiento vial en plena carretera, descifrarlo y luego entregarlo en un sitio cercano. Después de cumplir la misión las mujeres decidieron ir a Varadero, pero se les rompió el carro y comenzaron a pedir un aventón a los choferes que pasaban.

"¡Cuál sería nuestra sorpresa al ver que el primer auto que se detiene para ayudarnos, en realidad era toda una comitiva!'', recuerda Juanita.

Era el propio Fidel Castro que se dirigía también a Varadero y recogió a las mujeres. Sus hombres se encargaron de remolcar y reparar el automóvil de Juanita.

El libro también refiere que antes de las Crisis de los Misiles, desatada en octubre de 1962, Juanita pasó información a la CIA sobre la existencia de cohetes soviéticos esparcidos en territorio cubano.

En septiembre de 1962, durante una visita realizada a México, Juanita es interrogada por su amiga brasileña y enlace de la CIA, Virginia Leitao da Cunha, sobre los rumores de la instalación de armas nucleares soviéticas en la isla.

"No es un secreto", le responde Juanita, "que por lo menos en Sagua la Grande, Guanajay [ sur de La Habana] y San Cristóbal [Pinar del Río] algo están haciendo".

En el relato, le informa que el Hospital Naval de La Habana se había convertido en "un centro hospitalario para rusos".

Tras producirse la muerte de su madre, Lina Ruz, en agosto de 1963, Juanita se sintió desprotegida ante la vigilancia de sus hermanos en momentos en que arreciaban sus actividades contrarrevolucionarias.

La decisión de la CIA de sacarla de Cuba sobrevino poco después en una carta enviada por Virginia y coincidió con el recrudecimiento del control de la inteligencia castrista sobre sus acciones.

Según el relato, Raúl Castro vino a verla a su casa con un abultado expediente del G-2 respecto a sus acciones contrarrevolucionarias. No se especifica si en la información contenida habían referencias a sus contactos con agentes de la CIA.

"Esto es una locura. Yo prefiero cerrar los ojos y no leer esto y creer que tú lo que eres es una muchacha medio loquita, con la boca suelta y nada más. De otra forma, si las cosas que dicen de ti fueran verdad, nuestra actitud sería diferente", le reprocha Raúl a Juanita en el libro. "Está de más decirte cómo está Fidel contigo".

Es entonces cuando Juanita aprovecha para decirle a Raúl que se irá a descansar un tiempo a México junto a su hermana Enma, y le pide su mediación para conseguir el permiso de salida del país.

A lo largo del libro, Raúl es presentado como una suerte de escudo protector de Juanita frente a sus conflictos con Fidel Castro.

Raúl accedió y se despidió de ella con un beso y un abrazo. Juanita abandonó Cuba definitivamente el 19 de junio de 1964.

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Juanita Castro revela que colaboró con la CIA


Por Juan O. Tamayo
jtamayo@ElNuevoHerald.com

Juanita Castro, hermana de los gobernantes cubanos Fidel y Raúl Castro, cooperó con la CIA en la década de 1960 --en un momento en que el servicio de inteligencia estadounidense planeaba asesinar a Fidel Castro y derrocar su revolución-- según un reportaje exclusivo de Univisión-Noticias 23 sobre su libro recién publicado.

El reportaje reveló también que Juanita, quien rompió con la revolución en 1964, escondió en su casa a opositores del gobierno, que Fidel se negaba a visitarla porque su casa estaba "rodeada de gusanos'' y que su madre intervino muchas veces ante Raúl para ayudar a críticos de los Castro presos o fugitivos.

Descrita como el secreto mejor guardado de la familia Castro durante las semanas que precedieron al lanzamiento de su libro el lunes, la revelación de los vínculos de Juanita con la CIA se presenta como una breve viñeta publicitaria al final de un reportaje de Univisión-Noticias 23 sobre el libro, presentado el domingo a las 11 p.m.

Juanita dijo en el programa que una persona cercana a ella y a Fidel le dijo que "la CIA quería hablar conmigo. . . porque tenían cosas interesantes que decirme y cosas interesantes que pedirme. . . yo me quedé medio shockeada, pero de todas maneras les dije que sí''.

María Antonieta Collins, coautora del libro y quien hizo el reportaje para la televisión, añadió entonces: "Mañana: Por primera vez, un agente de la CIA que se convirtió en protector de por vida de una colaboradora. . . y que se atrevió a proponerle a la hermana de Fidel Castro colaborar con la CIA, el archienemigo de los hermanos Castro''.

Durante los primeros años de la década del 60, la Agencia Central de Inteligencia planeó docenas de confabulaciones para asesinar a Fidel Castro, derrocar su gobierno y sabotear la economía de la isla. Fidel ha sostenido a menudo que el total de conspiraciones para matarlo pasa de 600.

Aunque Juanita y Collins no ofrecieron detalles sobre los vínculos con la CIA, ejecutivos de la estación televisiva dijeron que Juanita admite en su libro Fidel y Raúl, mis hermanos. La historia secreta que colaboró con la CIA tanto dentro de Cuba como después de exiliarse en 1964.

Otros siete segmentos de seis minutos se trasmitirán diariamente esta semana a las 6 p.m. y 11 p.m. en Univisión-Noticias 23. El libro, publicado por Santillana USA, saldrá a la venta de manera simultánea en Estados Unidos, México, Colombia y España.

El periodista Carlos Alberto Montaner, quien escribió el prólogo, declaró la semana pasada a El Nuevo Herald que, además de esa revelación clave, el libro contiene "noticias muy interesantes y desconocidas sobre la familia de Fidel Castro, con una visión desde dentro, muy personal y crítica, de la familia''.

Juanita ha criticado públicamente el gobierno de sus hermanos desde que salió de la isla. De 76 años, fue dueña de una farmacia en Miami durante muchos años y es la quinta hija de Angel Castro y Lina Ruz, menor que Angelita, Ramón, Fidel y Raúl y mayor que Emma y Agustina.

En el programa del domingo, Juanita rememora que la suya era "una familia más de Cuba'' hasta que Fidel y Raúl encabezaron el ataque al Cuartel Moncada en 1953, que los hermanos celebran ahora como el comienzo de su revolución. Tras derrocar al dictador Fulgencio Batista a principios de 1959, Juanita trabajó construyendo clínicas y hospitales en el campo.

Pero la revolución empezó pronto a ejecutar y encarcelar a sus opositores y a confiscar propiedades privadas.

"Yo me empiezo a desencantar cuando veo tanta injusticia, y digo, esto no es posible, aquí están equivocados, alguien aquí esta haciendo las cosas mal hechas'', dijo en el programa. ‘‘Teníamos la tendencia de echarles la culpa a los subalternos, pero es que realmente no era de los subalternos de donde venían las órdenes, era de las capas de arriba, de Fidel, del Che, de Raúl''.

Su amiga del exilio, Ana Ely Esteva, recordó en el programa cómo Fidel manejó el caso de un importante contrarrevolucionario, Humberto Sorí Marín. "Fidel le había dicho a Juanita que le dijera a la madre que durmiera bien, que a no le iba a pasar nada. Y al otro día, en la primera plana del periódico, el fusilamiento de Sorí Marín''.

Esteva recordó también que Juanita escondió en su casa a muchos críticos del régimen de Castro y Juanita agregó que su madre ayudó muchas veces a críticos del gobierno. "Mi mamá movilizaba a quien tuviera que movilizar, a Raúl sobre todo, porque Raúl siempre fue con ella muy generoso. . . Ella recurría a Fidel en algunos casos''.

Pero Lina Ruz murió en agosto de 1963 y Juanita comenzó a darse cuenta que estaba en peligro. ‘‘Cuando ella muere yo tenía una situación muy delicada en Cuba por mis actividades en contra del régimen. . . pero claro, con mi madre siempre me sentía más protegida, pensaba siempre que. . . a ellos les hubiera costado más trabajo tomar medidas drásticas en contra mía''.

"Fue Raúl quien, sabiendo algo de las actividades de su hermana preferida, le dijo lo que él sabía, y de la cólera de Fidel, y obtuvo una visa para que ella pudiera pasar tiempo en México con Emma, otra de sus hermanas'', reportó Collins, según una transcripción del programa del domingo brindada a El Nuevo Herald.

Juanita dijo que la última vez que habló en persona con Raúl fue el 18 de junio de 1964, el día antes de salir para México. Diez días después, denunció el régimen de sus hermanos en una conferencia de prensa: "Miembros de la prensa de México: la persona que se dirige a ustedes es Juanita Castro Ruz, hermana del primer ministro de la Cuba comunista, Fidel Castro''.

El libro de 432 páginas de Juanita fue redactado por Collins, periodista que comenzó a entrevistarla para un libro sobre su vida en 1999. Pero habían dejado el proyecto a un lado hasta principios de este año, dijo Collins.

Santillana mantuvo los ejemplares bien protegidos para evitar que se filtrara algo, como ocurrió con los libros de Harry Potter hasta el día de su lanzamiento. La editorial le dio a Univisión-Noticias 23 la exclusiva mundial de la historia de Juanita, pero no podía dar otras entrevistas hasta que el libro saliera a la calle.