Los Aldeanos sin concierto, desconcierta
Los Aldeanos sin concierto, desconcierta
Por Ángel Santiesteban
30/09/2009 19:23
FINALMENTE CONSEGUÍ LA MÚSICA DE Los Aldeanos. Estuve analizando la forma en que reciben la vida y luego la exponen con su estética. Antes, sólo escuché sus canciones en la voz de varios jóvenes que, de memoria y orgullosos, las entonaron. Me interesa que esa juventud emocionada necesite repetir las estrofas que les brindan aliento, que dice sus necesidades, sueños y frustraciones sin edulcorarlas. Se identifican con el lenguaje callejero, cotidiano, marginal, agresivo y no les molesta.
Encontré también la generación que rechaza el hip hop. El ritmo no les aporta porque les parece monótono, letra directa, sin sugerencia, violenta y falta de tratamiento poético. Pero desde hace tiempo me dejaron de interesar sus opiniones. Su tiempo de posible rebeldía, de presentar las dudas e inconformidades, quedó atrás. En definitiva, lo que soportaron y permitieron, lo han pagado con la miseria vivida en el transcurso de sus vidas.
Preferí regresar a la generación que espera el ahora, que no permite ser sacrificada. Que el término “internacionalismo” le parece una mala palabra. Que no confía en el sistema. Con una mueca responden a la palabra “revolución”. Que piensan que venir al mundo fue un error. Que nacieron en un tiempo y lugar equivocados. Y que el mundo en esencia es una gran mierda que intenta engañarlos, manipularlos a tiempo completo.
( Los Aldeanos )
La manera de soportar, de sobremalvivir, los ha convertido en cínicos, mutantes de condiciones objetivas, camaleones que cambian de color según el panorama que los rodee y comprometa. En la escuela mueven las banderitas, fingen aceptar el discurso, asienten y sonríen, mientras con los audífonos de un mp3, escuchan a Los aldeanos, Silvito el Libre y Porno para Ricardo. Prefiero dialogar con aquellos que en la escuela son aplicados, y en las noches se ocultan en calles oscuras para dar servicio de sexo sin exigir preferencias sexuales, tarifas o comodidad. Conversar con los travestis que huyen cada vez que ven acercarse un auto policial. Escuchar a un joven que no se considera antisocial, a pesar de que estuviera preso por robar alimentos. Atender a los que han aceptado ser militantes de la Juventud Comunista y en las noches escriben correos a sus familiares en Miami porque hay que vivir, dicen, y sueñan con abandonar la isla. Aquellos que sin vocación estudian medicina por seis años porque es la garantía de que al graduarse saldrán de misión y puedan escapar al mundo libre.
Con esos hijos que nadie quiso, prefiero compartir. Que cuando no temen enseñan sus verdades, sus lastimaduras, desnudan sus mentiras. Y les brillan los ojos de honestidad infinita.
Enlace permanente | Publicado en: Los hijos que nadie quiso
Los Aldeanos: Protestando
1 Comments:
Pues a mi me paso los mismo, ayer por casualidad descubri a Los Aldeanos, aunque no soy amante del rap, hay que reconocer que lo que dicen es la voz del vulvo, de la calle, de los jovenes que ahora vivi en en Cuba, triste, pero es la realidad.Me gusto mucho el temea de "Miseria humana" eso es lo que vemos en la Cuba de los Castro
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