domingo, octubre 25, 2009

LOS ERRORES DEL CANCILLER MIGUEL ÁNGEL MORATINOS SOBRE CUBA Y EL CASTRISMO

Tomado de http://www.cubaliberal.org



Los errores de Moratinos

Por Elías Amor Bravo
Valencia


Han transcurrido algunos días desde la visita del ministro español de exteriores Miguel Ángel Moratinos, a La Habana y, desde entonces, cabe realizar una valoración más sosegada de los resultados de la misma. A modo de decálogo, considero que se puede realizar la siguiente interpretación basada en errores cometidos por Moratinos.

Primer error: Creer que la sociedad española apoya su política hacia Cuba.

No ha habido un solo editorial, noticia, comentario o análisis en los informativos de los medios de comunicación españoles que apoye, de forma expresa, lo sucedido en La Habana. Más bien, todo lo contrario. Desde hace mucho tiempo, amplios sectores de la sociedad española han perdido cualquier esperanza de que el clan Castro pueda impulsar los cambios que lleven a Cuba a la democracia y las libertades.

Segundo error: Creer que la UE va a secundar su iniciativa para modificar y enterrar definitivamente la Posición Común.

Es cierto que España va a asumir la presidencia rotatoria de la UE en el próximo mes de enero, pero, teniendo en cuenta el calado de los asuntos que se están manejando para dicho período, no parece que el cambio de la Posición Común forme parte del conjunto de prioridades de los 27. En cualquier caso, la diplomacia española tendrá que hacer una gran operación de malabarismo para conseguir que el núcleo de países liderados por República Checa y Suecia vaya a apoyar cualquier iniciativa de cambio en las relaciones con la dictadura castrista.

Tercer error: Creer que en Cuba existe “una nueva realidad política”.

Es cierto que la sucesión de Fidel Castro por su hermano Raúl ha introducido una serie de cambios poco reflexivos y precipitados que dan una aparente sensación de modificación del “statu quo” existente en el país, pero lo cierto es que se mantienen los mecanismos de represión política, no existe espacio en los medios oficiales para la disidencia, se persiguen las actividades de los opositores y se mantiene el control político basado en el miedo.

Cuarto error: Creer que se defienden mejor los intereses de los españoles en Cuba negociando con una dictadura.
Tampoco parece que los españoles piensen que la mejor política hacia una dictadura sea la negociación poco transparente con los que mandan, sino que el papel de los opositores y disidentes, cada vez más visible gracias a los medios independientes, empieza a gozar de conocimiento y simpatía entre amplios sectores de la sociedad española. Una reflexión que también deberían realizar los empresarios españoles en Cuba, cuyos intereses tampoco están a salvo por medio de este tipo de políticas.

Quinto error: Otorgar a la dictadura militar comunista de Cuba el rango de una democracia en la política exterior española.

Ningún país democrático puede desarrollar una política diplomática tan torpe como mantener relaciones con una dictadura dentro de lo que se considera un “clima normal”. Las dictaduras deberían ser una excepción, y la obligación moral y ética de las democracias debe ser presionar a esos gobiernos para que cambien y abran espacios políticos para el juego plural y el respeto a los derechos humanos de sus ciudadanos. Por mucho que la dictadura militar comunista cubana trate de transmitir una sensación de normalidad al mundo, usando la poderosa propaganda de los últimos 50 años, lo cierto es que aquellos que niegan a la sociedad civil espacios para su desarrollo no merecen otra cosa que el desprecio. Sexto error: Desatender las demandas de los presos políticos, disidentes y sociedad civil en Cuba.

En Cuba, donde lo español ha formado parte de la esencia cultural y social desde siempre, se espera de España mucho más que una visita diplomática. No querer situar a los presos políticos, disidentes y sociedad civil al más alto nivel de relaciones, no sólo es una torpeza política en el presente, sino que está hipotecando la posición futura de España en una Cuba democrática y libre. Es la peor herencia que los socialistas españoles pueden dejar a las futuras generaciones de españoles y cubanos.

Séptimo error: Rechazar el papel para España de líder e impulsor de cambios democráticos reales en Cuba hacia la transición democrática.

Es fácil percibir que la visita de Moratinos a La Habana ha tenido una doble agenda, de la que muy poco ha trascendido. Muchos analistas están intentando obtener, entre líneas, conclusiones más precisas de los acuerdos adoptados, si es que ha habido alguno. ¿Es éste el papel que debe jugar la democracia española en el proceso de transición a la democracia de Cuba? Evidentemente no. Transparencia, liderazgo, exigencia ética, petición de responsabilidades, y apuesta clara por los derechos humanos y libertades deberían ser los contenidos de la agenda española hacia la dictadura comunista de Cuba.
Octavo error: Desarrollar una política de relaciones con Cuba a espaldas de EEUU.

No es posible. Y mucho menos en el momento actual en el que Zapatero quiere “vender” una imagen de sintonía con Obama en la mayor parte de los asuntos internacionales. Existen serias dudas de que la visita a La Habana de Moratinos haya tenido algún tipo de conexión con las gestiones que viene realizando la secretaría de Estado de EEUU en La Habana. Basta con comparar los resultados, días atrás, de la visita de la subsecretaria Bisa Williams a La Habana con éstos de Moratinos. Si los dos países no son capaces de impulsar una agenda común, el régimen volverá a ganar. Tal vez esa es su intención más oscura.

Noveno error: No atender las demandas del exilio cubano.

Posiblemente Moratinos crea en su propio fuero interno que tiene suficiente razón para desarrollar con la dictadura comunista cubana la política que ahora desea impulsar. Desde esta perspectiva, consideramos que es un error. Pero todavía lo es más hacerlo sin tener en cuenta las demandas del exilio cubano. Precisamente en Madrid existe una representación cuantitativa y cualitativa muy destacada de opositores y disidentes del exilio, pertenecientes a la mayoría de las opciones políticas democráticas existentes en Europa, a los que se niega cualquier demanda o relación. En Madrid han surgido documentos muy importantes para enfocar el proceso de la transición en Cuba, que han gozado de un amplio consenso interno y externo. Desaprovechar esta oportunidad, también es un error.

Y décimo: Caer en la trampa de los comunistas cubanos.

Eso es lo más fácil. Desde hace tiempo, el argumento del embargo se ha convertido en algo banal y superficial que no convence a casi nadie. La dirigencia comunista está tratando de identificar nuevos ejes de presión internacional que sirvan para sustituir ese mensaje. De la defensa a ultranza de los espías terroristas condenados en EEUU, a la denuncia contra el cambio climático, pasando por los acuerdos regionales al margen de la OEA con el ALBA, o las acciones de comunicación y propaganda en las nuevas izquierdas latinoamericanas. Tal vez ahora se han planteado algún objetivo en la Unión Europea aprovechando la presidencia española. De momento, las ayudas al desarrollo concedidas por España han sido muy importantes. ¿Estarán intentando el asalto al botín europeo?

Octubre 21, 2009