¿Quién es Juan González Febles?
¿Quién es Juan González Febles?
Por Tania Díaz Castro
LA HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) - Aunque sus trabajos periodísticos y literarios los firma con su nombre completo, todos lo llamamos por el diminutivo de Juan en inglés, tal y como le decían sus padres desde su más temprana edad.
Johnny nació en La Habana el 21 de mayo de 1950. Apenas disfrutó de la libertad de nuestra República, cuando cualquier líder político tenía un espacio en la prensa nacional y los cubanos podían ser comerciantes, fabricantes de chancletas de palo, vendedores de mangos.
Hizo sus primeros estudios en el Candler College, una escuela bilingüe del municipio Playa, de gran prestigio por aquellos años, y cursó dos carreras universitarias que le sirvieron luego, a partir de 1998, para hacer periodismo independiente tal y como habla y piensa, sin pañitos calientes ni pelos en la lengua, no en la prensa oficialista, por supuesto, sino en la proscripta por la dictadura actual.
Por su alma de mambí y su afán de querer ver más allá del paisaje, algunos han mal interpretado su decisión de defender, contra todo peligro, su libertad de expresión, a la que todo ser humano tiene derecho.
Los que somos sus amigos conocemos su vida tanto como lo conocemos a él, porque este opositor innato, este caballeroso liberal de pura cepa, fuera de serie y hasta, por qué no, experto francotirador a la hora de luchar contra lo que cree perjudicial para la libertad de Cuba, nada oculta, nada tiene que ocultar.
Su talento y su audacia forman parte de su principal característica, y si algo lo distingue de los demás, es que, de seguro, jamás se sentó en el festín de la dictadura castrista ni gritó Patria o Muerte para beneficio propio, ni fue chivato de los Comités de Defensa de la Revolución y mucho menos aspirante a joven comunista.
Cuando estaban prohibidos Los Beatles, ponía sus discos a todo volumen en su casa y cuando era un riesgo ser amigo y admirador de Alina, la hija rebelde de Fidel Castro, el Johnny fue su amigo sin miedo alguno. Bajo las leyes castristas, como tantos cubanos conoció también la cárcel.
No estamos, sencillamente, ante un ser común y corriente. Para seguirlo, debemos prepararnos, porque quienes vamos con él, podemos perdernos en esa selva que él conoce mejor que nadie, a la perfección. Es, sin duda, uno de esos seres humanos racionales que fácilmente no sueltan su pájaro amado, por cientos volando.
Fue hijo, dado que herencia y ambiente interactúan para formar una personalidad, de una mujer médico tan singular, que era capaz de aconsejar un buen reír, al mejor de los medicamentos.
Es un amigo con el cual he discrepado en ocasiones y casi siempre he terminado dándole la razón. Como buen guerrero de la democracia, confía en la fuerza de su talento. Así, es capaz de detener su marcha veloz y dinámica para luego, más sosegado, lanzarse de nuevo a la lucha, al primer aviso de su corazón.
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