martes, enero 19, 2010

El Gobierno español mantiene las ayudas a Cuba pese a admitir más represión


Opositores al régimen de Fidel Castro se manifestaron ante la embajada de Cuba en Madrid el pasado mes de diciembre



El Gobierno mantiene las ayudas a Cuba pese a admitir más represión

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Exteriores insistía hace unos días en que había que flexibilizar la política de la UE con la isla, pese al incidente con Yáñez. Asegura que el régimen castrista ha puesto en marcha un «nuevo patrón de persecución política». Según el Ejecutivo, basa las detenciones en la «peligrosidad social predelictiva»
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Por Carmen Morodo / T. M.
Madrid


El Gobierno adelanta en una respuesta parlamentaria que ha remitido al Congreso de los Diputados que el régimen cubano ha dado una vuelta de tuerca a su política de represión y de persecución de los «presos políticos».

Según detalla, en los «últimos meses las autoridades cubanas desarrollan un nuevo patrón de persecución política, caracterizado por las detenciones arbitrarias de corta duración y la utilización como argumento de la denominada “peligrosidad social predelictiva”, que ha afectado a un número importante de personas».

En sus escritos, el Ejecutivo de Zapatero reconoce la gravedad de la situación que atraviesan los derechos humanos en Cuba y las condiciones «especialmente duras» en las que viven los «presos de conciencia». Hay «presos políticos», aunque la dictadura intente demostrar que no es así –explica–, sin perderse, sorprendentemente, en las ambigüedades y en los guiños hacia el régimen que son ya clásicos en el discurso oficial de la izquierda.

Esta cruda descripción de la realidad cubana es muy relevante desde el punto de vista político porque deja al desnudo y a la intemperie el discurso oficial del Gobierno socialista en relación a Cuba. Y que, por cierto, sostiene contra viento y marea, sin que ni siquiera el reciente desplante al eurodiputado socialista Luis Yáñez haya servido para abrir, al menos, una reflexión. Al contrario, el pasado día 12, cuando Yáñez ya había sido expulsado de la isla, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, insistía una vez más en reclamar a la UE que flexibilizara su política hacia Cuba.

La política común europea condiciona las relaciones con la isla al avance democrático del régimen, pero desde Exteriores se ha puesto en cuestión por considerarla «unilateral» y por pretender «dictar a Cuba lo que tiene que hacer». El PSOE también se ha negado a apoyar una condena de la Eurocámara al régimen cubano por el trato dispensado a Yáñez.

Mientras la posición oficial sigue siendo la de la mano tendida, la de dejar hacer al régimen y no interferir en las cuestiones internas, en las comunicaciones remitidas a la Cámara Baja el Gobierno dice ser bien consciente de la deplorable situación de las cárceles cubanas. Los presos de conciencia son internados «en centros de reclusión alejados de los lugares de residencia de familiares, y tienen dificultades para obtener una asistencia médica adecuada, sin condiciones higiénicas y con deficiencias en la alimentación».

Precisamente, la situación penitenciaria es uno de los asuntos que el Ejecutivo dice haber incluido en el «diálogo sobre derechos humanos» que mantiene con las autoridades cubanas. No obstante, también aclara que sigue sin plantearse un encuentro del ministro Moratinos con la disidencia.

Estas palabras con membrete de la Secretaría de Estado de Asuntos Constitucionales confirman que, de momento, en Cuba no hay ningún hecho que lleve a pensar que la idea de la transición es una realidad y no una apariencia o una falsedad. Una circunstancia que no altera, sin embargo, los planes del Gobierno y su empecinamiento en variar la posición común de la UE sobre Cuba que se estableció en la época de Aznar.

«Exigentes» con la isla

Introduce sus matices, eso sí, cuando resulta oportuno, como el que puso el presidente Rodríguez Zapatero, el pasado día 8, al defender que había que ser «exigentes» con la dictadura cubana, pero dejando abierta una puerta al diálogo con las autoridades de la isla.

También precisó que en la agenda del semestre español no era una «prioridad» el cambiar la posición de la Unión Europea sobre Cuba: el presidente es consciente de que no tiene el consenso necesario para sacar adelante esta propuesta.

Así que, de momento, el Gobierno español deberá dejar a un lado su amistad con Cuba. Una relación en la que el beneficiado siempre es el mismo: el régimen castrista. Desde que Rodríguez Zapatero llegó al poder, la cantidad de ayudas destinadas a la isla se ha duplicado. Si en 2007 los cubanos recibían 17 millones de euros, la cifra superó los 34 en 2009. Y es que son muchas las aportaciones que el Ejecutivo español les ha otorgado y muchas, también, las maneras de hacerlas efectivas.

Una de estas «ayudas» se materializa a través de la condonación de la deuda. De los 2.600 millones impagados a España, el 70 por ciento corresponde a Cuba. Sin embargo, el Ejecutivo español anunció su intención de perdonar, a través de los presupuestos, la mayoría de esta deuda.

Además de los préstamos, existen ayudas a fondo perdido, que se llevan a cabo a través de diversos organismos. La Ayuda Oficial al Desarrollo destinó 23,5 millones de euros a Cuba. El 15 por ciento procedía de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo y el 72 por ciento, de diversas comunidades autónomas. Del resto, un ocho por ciento procede de las universidades públicas españolas.

Pero, además, la isla recibe ayudas de otras muchas iniciativas y proyectos aprobados por el Ejecutivo español. Algunos, incluso, han salido a la luz por su extravagancia. Es el caso de los 60.136 euros destinados a un «Plan de Acción de Beijing» en Cuba.