miércoles, junio 09, 2010

CUBA: Marc Bassets ha estado en Guantánamo. a ver como son tratados los prisioneros en ese infierno yanqui.

Tomado de http://www.emanaciones.com


Emanaciones 507

Por Juan Abreu

Un Marc Bassets ha estado en Guantánamo.
Bueno, a ver como son tratados los prisioneros en ese infierno yanqui.

“Los prisioneros eligen entre seis menús halal que se renuevan cada dos semanas: vegetariano, dieta sin sal, dieta con fibra, dieta ligera y menú normal. Dos días a la semana tienen derecho a un helado y una Pepsi Cola (informaciones no confirmadas apuntan que rechazan la Coca Cola porque lJustify Fulla asocian con el imperialismo). Reciben entre 5.500 y 6.000 calorías diarias, una dieta abundante, a la americana. Algunos prisioneros almacenan la comida en sus celdas”.

¡Rechazan la Coca Cola, la rechazan! ¡Alá es el más grande!

“Para los prisioneros de Guantánamo el fútbol es el deporte rey: cada atardecer, cuando el bochorno tropical se suaviza, salen a la cancha del campo a jugar”

Santo cielo cuánta crueldad yanqui.
Menos mal que esas bestias imperialistas les dejarán ver el Mundial de Fútbol. Supongo que será un logro de las gestiones de Moratinos (y su cara de nalgatorio en trance). ¡Gracias camarada!

Pero volvamos al infierno guantanamero.
La mayoría de los prisioneros… “tiene acceso a salas con pantallas de televisión y una veintena de canales por satélite (entre ellos la cadena árabe Al Yazira)”.

San Zapatero protégenos de esos demonios rubios.

“La biblioteca (...) muestra algunos de los 17.000 volúmenes disponibles para los detenidos: aparte de los clásicos religiosos, los libros de más éxito son Harry Potter, además de revistas como National Geographic”.

“En Guantánamo ha emergido una jerarquía social. Cada módulo tiene un imán que lidera el rezo y un portavoz encargado de comunicarse con los guardias, ambos elegidos por los prisioneros”.

“En el aula, donde los prisioneros no conflictivos aprenden inglés, contabilidad y dibujo, entre otras materias”.

En este punto ya estamos convencidos de que tienen que ser judíos los que están al frente de la prisión.
¡Cuánto atropello cuanta infamia cuánta maldad!

La furia no me permite seguir leyendo al Bassets. ¡Malditos yanquis! Despliego La Vanguardia y la coloco bajo el culo del perro.

Supongo que el intrépido Marc Bassets ya que está en la isla de Cuba pasará al otro lado de la cerca y escribirá un detallado y valiente informe sobre las condiciones en que viven los presos políticos cubanos. Ya es hora ¿no? Llevamos cincuenta años esperando.

Vamos Marc, hombre, anímate.

Ah, y por favor, cuando entrevistes a algún preso cubano no olvides preguntarle por las calorías que consume.

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Tomado de http://www.lavanguardia.es

Viaje al interior de Guantánamo

Los prisioneros esperan con impaciencia el Mundial de Sudáfrica. En el aula donde aprenden inglés, estudian con los pies inmovilizados

MARC BASSETS
Guantánamo Enviado especial
08/06/2010

El viernes será un día especial en el centro de detención de Guantánamo, en la base estadounidense de Cuba. Ese día empieza el Mundial de Sudáfrica, y los 181 detenidos de la prisión llevan días aguardando la fecha.

No todos podrán verlo. El 12% que, por mal comportamiento o por ser cabecillas terroristas, están encerrados en las zonas de alta seguridad donde sólo es posible ver la televisión a solas, una pocas horas y con grilletes en los tobillos, lo tendrán difícil. El resto, la amplia mayoría que convive en espacios abiertos con acceso a salas con pantallas de televisión y una veintena de canales por satélite (entre ellos, la cadena árabe Al Yazira), seguirá el Mundial partido a partido.

Para los prisioneros de Guantánamo el fútbol es el deporte rey: cada atardecer, cuando el bochorno tropical se suaviza, salen a la cancha del campo a jugar. Para los guardias, mayoritariamente blancos anglosajones, el fútbol es un deporte exótico. "A veces nos dicen en broma si queremos jugar, detenidos contra guardias", dice un militar estadounidense a un grupo de tres periodistas de visita en Guantánamo. La prensa tiene vetado el diálogo con los detenidos: el retrato del campo queda forzosamente mutilado.

Propagada por los mandos militares y admitida por los abogados de los detenidos, la mejora en las condiciones de vida –la sensación en los últimos meses es una consola Nintendo– es innegable. También es cierto que fijarse en las condiciones de vida desvía la atención del problema central. "Aunque estuviesen en Disneylandia, el problema seguiría siendo que llevan ocho años encerrados sin juicio: algunos no han cometido ningún crimen, y de los que puedan haberlo cometido, algunos ya lo habrán pagado", dice una abogada de prisioneros.

En el último año, se ha doblado el número de detenidos que viven en los campos 4 y 6, donde pueden circular por la zona común –patios, comedores, sala de televisión– veinte horas al día. "Es mejor para ellos y para los guardias. Rebaja las tensiones", dice el almirante Thomas Copeman, comandante de la prisión. Desde los motines del 2006, añade, el ambiente se ha calmado. No hay horarios para acostarse en estos campos, aunque los desayunos son entre las cinco y las seis de la madrugada, y la cena, a la cinco y media de la tarde.

Los prisioneros eligen entre seis menús halal que se renuevan cada dos semanas: vegetariano con pescado, vegetariano, dieta sin sal, dieta con fibra, dieta ligera y menú normal. Dos días a la semana, tienen derecho a un helado y una Pepsi Cola (algunas informaciones no confirmadas apuntan que rechazan la Coca Cola porque la asocian al imperialismo americano). Reciben entre 5.500 y 6.000 calorías diarias, una dieta abundante, a la americana. Algunos prisioneros almacenan la comida en sus celdas.

Un hombre que dice llamarse Zac y ejerce de mediador cultural entre los detenidos y sus guardias explica que "ellos saben más de la cultura occidental que nosotros de la suya". Musulmán, nacido en Jordania, Zac educa a los carceleros sobre cómo esquivar los conflictos culturales. Dice que los detenidos –algunos hablan bien el inglés, otros sólo árabe o pastún– están al corriente de todos los debates en Washington sobre el cierre de la prisión. "Ver las noticias en televisión es su ventana al mundo", explica. Y los prisioneros –según los mandos– pueden comunicarse con los suyos por videoconferencia.

Al entrar en Camp Delta –el recinto que acoge el Campo 4, el hospital de la prisión, la biblioteca y varias oficinas militares– los periodistas están obligados a esconder su acreditación, para evitar que se conozca su identidad. La bibliotecaria, que se hace llamar Rosario, muestra algunos de los 17.000 volúmenes disponibles para los detenidos: aparte de los clásicos religiosos, los libros de más éxito son la serie Harry Potter, además de revistas como National Geographic.

En Guantánamo ha emergido una jerarquía social. Cada módulo tiene un imán que lidera el rezo y un portavoz encargado de comunicarse con los guardias, ambos elegidos entre los prisioneros. El almirante Thomas Copeman explica que muchos rezan por presión del resto, y recuerda que una vez, al despedirse de un prisionero que iba a ser repatriado a su país, éste le dijo: "Gracias a Dios, ya no tendré que rezar cinco veces al día".

Copeman y colaboradores suyos han tenido encontronazos con los detenidos. "Soy de Al Qaeda. Tú eres mi enemigo, siempre serás mi enemigo", le dijo una vez uno al general Timothy Lake, número dos del campo. Cinco prisioneros están en huelga de hambre. El médico jefe del hospital muestra las sondas con las que se les alimenta por vía nasal.

En el aula, donde los prisioneros no conflictivos aprenden inglés, contabilidad y dibujo, entre otras materias, hay grilletes en el suelo. Dibujos de flores y océanos cuelgan de las paredes de algunas celdas, explica uno de los guardias. Los periodistas pueden observar a través de un cristal una clase a la que asisten dos alumnos, ambos vestidos de blanco y debidamente inmovilizados por los pies.

Los más conflictivos se encuentran en el Campo 5, construido a imagen de una prisión de máxima seguridad del estado de Indiana. "No tiene nada que ver con lo que hayan hecho fuera, sino dentro", dice un militar a cargo de este campo, que no revela su nombre. Las celdas son individuales, de menos de diez metros cuadrados. Sólo salen dos horas al día, y están sometidos a una vigilancia permanente. Equipos antidisturbios están preparados para intervenir en cualquier momento.

2 Comments:

At 11:19 a. m., Blogger Claudia Hernández said...

Me parece aluncinante defender lo indefendible...
Allí hay presos con más de 8 años encarcelados y sin juicio alguno, incluso hay uno que entró siendo menor de edad:

http://www.un.org/spanish/News/fullstorynews.asp?newsID=18432&criteria1=EEUU&criteria2=ninos

Por otro lado, el hecho de que no le tengan en condiciones infrahumanas, pareciera que habría que aplaudirlo, cuando ello debe ser la norma.

Por no mencionar las torturas autorizadas a las que han sido sometidos, eso sí, pueden tomar Coca-cola:

http://www.elmundo.es/elmundo/2009/01/14/internacional/1231951176.html

Por otro lado, pretender la ingenuidad de que a un periodista lo traten como un preso común es para echarse a reír.

 
At 11:07 p. m., Blogger PPAC said...

Esos individuos no son pacíficos presos políticos, ni combatientes capturados de ejércitos convencionales; son TERRORISTAS con todo lo que eso significa: causar terror mediante muertes, secuestros, etc. No son pocos los que han sido liberados por falta de pruebas concluyentes y nuevamente han aparecido peleando o ejecutando acciones terroristas. No se les puede aplicar las leyes que fueron legisladas para personas no terroristas. Esto se me parece bastante al disparate de aplicarle TODAS las leyes de los matrimonios heterosexuales a las uniones de homosexuales cuando realmente la situación no es exactamente igual, pues correponden a una filosofía de protección de la mujer. Espero que comprenda, aunque no esté de acuerdo, lo que le digo.

Por cierto, en la Cuba Castrista de los años 90s recuerdo que a Martha Beatriz Roque, Gómez Manzano, Bonne Carcasés y Vladimiro Roca que son opositores políticos pacíficos se tardaron años en juzgarlos; el opositor pacífico Dr. Darsis Ferrer no ha sido aún juzgado y lleva varios meses preso por comprar un saco de cemento para arreglar su casa. A principios de la Revolución Castrista se fusilaron a muchas personas con juicios de 10 minutos y media hora contra personas que algunos eran culpables y otros eran inocentes.

 

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