martes, julio 06, 2010

SOBRE CUBA: El diálogo y las condiciones económicas: ¿dos caras de una misma moneda?

Tomado de http://hypcuba.wordpress.com



El diálogo y las condiciones económicas: ¿dos caras de una misma moneda?


Por Elías Amor Bravo
Julio 6, 2010

Algunos analistas están pensando en que los cambios que necesita la economía cubana para mejorar su eficiencia y productividad van a estar condicionados por el actual proceso de diálogo entre el régimen y la jerarquía de la Iglesia en materia de liberación de presos políticos. Falsa idea.

Una cosa es lo que Raúl Castro piense hacer para mantenerse de forma indefinida en el poder durante los años que le resten de vida, y otra bien distinta es afrontar los retos que necesita Cuba para superar la crisis estructural en la que el castrismo la ha arrojado tras medio siglo perdido.

Porque si bien es cierto que nadie va a cuestionar que se libere a los presos políticos que injustamente cumplen condenas en cárceles que jamás podrían resistir una inspección de los organismos internacionales de derechos humanos, también es cierto que la liberación de estas personas inocentes se está realizando en el marco de un proceso que deja fuera de cualquier diálogo sobre el futuro de Cuba a las organizaciones de disidentes y opositores que tratan de conseguir para la Isla la democracia y los derechos humanos. Y ahí es donde las cosas se están haciendo mal, muy mal.

Una maldad peligrosa que puede traer consecuencias muy negativas a medio y largo plazo. Una maldad a la que algunos como Moratinos se están apuntando. De un lado consigue dos objetivos al mismo tiempo. Enterrar la Posición Común, su única obsesión desde que accedió al ministerio de exteriores, presentando a sus socios europeos un balance positivo en materia de libertad de presos políticos este mismo verano para que la evaluación de septiembre sea favorable; y de otro, expulsar a la disidencia del diálogo sobre el futuro de Cuba, una exigencia del raulismo castrista a la que, Moratinos, no parece cuestionar en modo alguno.

( Miguel Ángel Moratinos en una de sus anteriores visitas a Cuba )

Al actuar de este modo, Moratinos comete un grave error, poniéndose del lado de los que sostienen un régimen sin futuro, y buscando la enemistad y la exasperación de quiénes tienen la razón y el favor de los demócratas de todo el mundo de su lado.

Los cambios que se anuncian en la economía cubana son otra cosa bien distinta. Dudo que a estas alturas Raúl Castro tenga valor político para afrontar el giro de 180º que necesita la economía de la Isla para superar los obstáculos que la atenazan. Un mero reparto de tierras, supresión de la doble moneda en circulación y autorización de cuentapropistas en distintas ocupaciones, no parece ser la solución de futuro y, en absoluto, se pueden interpretar como un compromiso valiente con la mejora sostenible de las condiciones de vida de los cubanos.

Pero es que no cabe esperar más de alguien que se aferra a las enseñanzas de su hermano, y que juega a ganar tiempo, a mantener un régimen inmovilista que se cae a pedazos, y que se encuentra sumido en una grave crisis de pensamiento y acción, como nunca antes en su medio siglo de existencia.