domingo, agosto 29, 2010

ALREDEDOR DEL DESPOTISMO, LAS COMUNICACIONES Y LAS RECTIFICACIONES POLÍTICAS

ALREDEDOR DEL DESPOTISMO




Por Frank Cosme

Litógrafo. La Habana.
primaveradigital@gmail.com
26/08/2010


Santos Suárez, la Habana, 26 de agosto de 2010 (PD) Todavía en 1823 el entonces diputado a las cortes españolas Félix Varela, descendiente de la más representativa estirpe militar de la colonia de Cuba, (su abuelo y su padre eran militares, su madre, hija del coronel del mismo regimiento al que pertenecía el autor de sus días), se manifestaba partidario de la “autonomía de Cuba” bajo la soberanía española.

Cinco años atrás, en la Sociedad Patriótica de la Habana el 12 de Diciembre de 1818 Varela lee ante esta un ensayo titulado “Elogio a su majestad el Sr. Don Fernando VII” en el que entre otras cosas afirma que “la isla de Cuba era libre en el comercio, fomentada en la agricultura, reanimada en las artes, y protegida en los progresos de su ilustración, por la augusta mano del Sr. D. Fernando VII.”

A su llegada a España en 1823, en sólo dos años, la vida de este ilustre cubano dio un abrupto vuelco tanto en lo personal como en sus concepciones políticas.

El régimen más liberal y democrático establecido por la constitución de 1812, que influyó en el libre pensamiento tanto de españoles como de americanos de la colonia, incluyendo a Varela, fue sólo un “malabarismo político” en manos de Fernando VII. Este, a su regreso a España después de su obligada estancia en Francia a causa de la invasión napoleónica a la península donde “fue comprado por los franceses a cambio de una pensión anual y un castillo”, prometió respetar esta constitución, pero no fue así. Su regreso trajo consigo el restablecimiento del régimen absolutista, que abolió la prensa, los ayuntamientos constitucionales y las universidades.

Tras numerosas sublevaciones del pueblo español, este intrigante y oportunista Rey volvió a engañar a todos, peninsulares y americanos, al restablecer la constitución durante el llamado “trienio liberal” (1820-1823).

Desde luego, en esos inicios del siglo XIX no existía ni la radio-telefonía ni las comunicaciones vía satélite, mucho menos la Internet. La prensa de esa época solo reseñaba asuntos locales y por supuesto, lo que pasaba en España no era conocido de este lado del Atlántico.

Como muchos americanos de las colonias, Varela creía equivocadamente que en España existía un régimen constitucional, liberal y democrático, que podrían esperar reconocimiento y mejoras tales como el proyecto de autonomía. Lo que este y los otros ignoraban era que ese régimen constitucional “había sido abolido a la llegada de este Rey en 1814”, de ahí su ensayo elogiando a “Su Majestad” en 1818 en el que veía la imagen de un Rey ejemplar.

Ignoraba también Varela a su llegada a España en 1823 que hacía “solo tres años” el régimen constitucional había sido restablecido de nuevo, y que muy poco le quedaba de supervivencia para esta fecha. Naturalmente, ni él ni nadie “que tenga cerebro y haga uso de él” puede seguir siendo engañado. Como todos los seres humanos que se equivocan por ignorar lo que realmente sucede, Varela rápidamente rectificó. Su estadía en España lo puso al corriente de todo lo que pasó, seis años sin constitución y vuelta de nuevo a restablecerla hasta que se calmaran los ánimos mediante “jugarretas políticas” ya conocidas por el pueblo español y desconocidas por los americanos que como él, “creyeron en la falsificada bondad del Rey”

Así, en este mismo año de 1823, el 11 de junio para ser más precisos, firmó una moción junto con otros diputados americanos y españoles que declaraba la “incapacidad” de este Rey y nombraba en su lugar un Consejo de Regencia.

Se sabe en qué pararon todas estas acciones. Fernando VII, “el buen Rey” que 5 años atrás Varela había elogiado en Cuba, le condenó a muerte junto con los otros diputados que se atrevieron a firmar esta moción.

Han tenido que transcurrir 200 años para que Fernando VII haya pasado a ser el “personaje más repudiado de la historia de España”. Ególatra, vengativo, traidor, cruel, liberticida y ejemplo de banalización del mal, fueron los calificativos empleados por 22 de los más notables historiadores españoles en una encuesta llevada a cabo por la revista Muy Histórico en el año 2006.

Hoy corren otros aires en España. Hay una constitución democrática, una prensa libre con comunicaciones y enlaces que no existían en el siglo XIX. Hoy todo se sabe al instante, a veces con errores o puntos de vista contrapuestos, pero se conoce lo que sucede, no se ignora como en ese citado siglo en que los ciudadanos ilustrados y mucho más los comunes, no tenían el acceso que hoy tiene cualquier persona común a una noticia.

En este mismo país en que 200 años antes Varela tropezó con la burla a una constitución, diez compatriotas suyos, expatriados como él, desde un inhóspito lugar llamado Vallecas se aferran a declarar su derecho otorgado por “otra constitución” a ser reconocidos como refugiados políticos, mientras unos “modernos gobernantes con reminiscencias absolutistas del siglo XIX” dan a entender que no les concederán ese derecho. Al parecer estos “ejecutivos”, como gustan llamarse ellos mismos, consideran que esta Constitución actual puede anularse o burlarse como aquella de 1812.

A un lado y otro del Atlántico, a lo largo de la historia de nuestros respectivos países, (y no hablo solo de Cuba), uno no cesa de ver cuantas analogías hay y cuantos individuos subsisten todavía con estas características que han ocasionado todos los males que han existido y existen en nuestras naciones.

No creo que haya que esperar otros 200 años para descubrir estos nuevos émulos de Fernando VII allende y aquende el Atlántico.

primaveradigital@gmail.com