Vicente Echerri: En aceras opuestas
Tomado de http://www.elnuevoherald.com
En aceras opuestas
Por Vicente Echerri

Los redactores del editorial --que podrán ser todo lo laicos que quieran pero que copian al dictado la reacción de los monseñores-- deberían haber sido más prudentes, para que la prisa y la cólera de esa reacción fuesen menos notorias. Resulta obvio que la carta que unos ciudadanos enviaran a Benedicto XVI tocó un punto sensible de la Iglesia cubana: al cuestionar la honestidad, el alcance y la bondad de fines de la gestión mediadora del cardenal Jaime Ortega y sus colegas con el régimen, todo el trámite se reduce a un mero coloquio de circunstancias que deja convertido al cardenal en un correveidile del castrismo.
La Iglesia --creo yo-- debería haberse tragado el insulto y haber puesto con humildad la otra mejilla (en definitiva, el perdón es uno de sus viejos negocios) y, a cambio, haber conservado alguna credibilidad con la oposición y con amplios sectores del pueblo cubano --dentro y fuera-- que ciertamente anhelan, para nuestro país, el fin de ese régimen de oprobio, y no su supervivencia ungida y bendecida. Al decir, en este documento, que ``los sectores que aspiran... a derrocar al gobierno cubano, no pueden ni deben ser los que tengan en sus manos el futuro de Cuba'', la jerarquía eclesiástica y sus portavoces toman parti

Pero este documento llega aún más lejos al afirmar que la carta suscrita por el grupo de opositores ``responde a la política del odio que desvirtúa la realidad interna del país, presentándola como un escenario binario de buenos y malos, eclipsando los necesarios matices que se imponen para describir, con un mínimo de seriedad, los complejos procesos sociales y políticos que tienen lugar actualmente en la sociedad cubana''.
Este fragmento, alambicado y untuoso como el propio cardenal Ortega, quiere decir --oídlo bien-- que el régimen que tiraniza a los cubanos hace más de medio siglo no representa un mal mayor que ha destruido a nuestra nación y envilecido a su pueblo, sino que sólo participa del mal, en igual medida que sus opositores, y que, en consecuencia, unos y otros también tienen bondades y se equiparan en esos ``matices'' que hay que tener en cuenta para poder abordar ``con un mínimo de seriedad'' la realidad del país. El relativismo moral que se desprende de estas palabras resulta intolerable. Poner al mismo nivel a los opresores y los oprimidos, a los ladrones y los despojados, a los verdugos y sus víctimas como condición para un entendimiento nacional podría comprometer gravemente --de llegar a tener éxito-- la salud y el futuro de nuestro país durante generaciones. Si la posición de la Iglesia en su diálogo con el gobierno fue calificada de ``lamentable y bochornosa'', esta declaración de Espacio Laical es francamente repugnante y abyecta.
Es posible que a esta hora algunos en la Iglesia cubana ya se hayan dado cuenta de que fueron demasiado lejos, movidos por la iracundia contra los que cuestionaron la legitimidad de su mediación --una mediación que dejaba fuera a la disidencia interna y al exilio--, y estén pensando en el modo de remendar su propio discurso. De ese esfuerzo tal vez seamos testigos en los próximos días o semanas, junto con el de sumar voces, de dentro y fuera, que respalden la validez y el protagonismo de la jerarquía --que no ha sabido disimular ni la vanidad por sus migajas de fama y de poder ni el miedo a perderlas.
Para muchos de nosotros, cualquier rectificación de parte de la Iglesia Católica de Cuba va a llegar tarde. Este editorial de Espacio Laical --que convierte una publicación que alguna vez admiramos en un libelo-- tiene el mérito de revelarnos dónde está la Iglesia y dónde los cubanos que queremos los verdaderos cambios para nuestro país. Ahora sabemos que ella y nosotros nos encontramos en aceras opuestas.
(C) Echerri 2010
ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS
Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Vicente Echerri: En aceras opuestas":
Estupendo Echerri. Puso las cosas en su lugar con su acostumbrada maestría argumentativa.
Hay otro artículo de Nicolás Pérez Argüelles en ENH (Herald) que toca la misma cuerda y la toca bien. Esa que Pedro Pablo viene tocando sin tregua con sus artículos y notas valientes y valerosas. Pérez no siempre es santo de mi devoción, pero esta vez tenía el congo claro. Un abrazo. NIC
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Nausea ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Vicente Echerri: En aceras opuestas":
No se necesitan signos de interrogación. Los hechos hablan por sí mismos, y escasamente dejan lugar a dudas. Este contubernio o chanchullo es mucho peor que bochornoso. La carta de queja a Roma se quedó corta. El asunto es un asco a gritos.
2 Comments:
Estupendo Echerri. Puso las cosas en su lugar con su acostumbrada maestría argumentativa.
Hay otro artículo de Nicolás Pérez Argüelles en ENH (Herald) que toca la misma cuerda y la toca bien. Esa que Pedro Pablo viene tocando sin tregua con sus artículos y notas valientes y valerosas. Pérez no siempre es santo de mi devoción, pero esta vez tenía el congo claro. Un abrazo. NIC
No se necesitan signos de interrogación. Los hechos hablan por sí mismos, y escasamente dejan lugar a dudas. Este contubernio o chanchullo es mucho peor que bochornoso. La carta de queja a Roma se quedó corta. El asunto es un asco a gritos.
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