IZQUIERDA “CATÓLICA”(?): SECTOR MÁS NOCIVO DEL AVANCE MARXISTA
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Tomado de http://www.elcruzado.org
IZQUIERDA “CATÓLICA”(?): SECTOR MÁS NOCIVO DEL AVANCE MARXISTA
Vale la pena observar -y soportar con calma- unos pocos minutos de este video que constituye un elocuente, grosero, desembozado y repulsivo ejemplo de prédica pro-comunista realizada por un sacerdote llamado Adolfo ROJAS JIMÉNEZ.
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Este cura, en 1970, fundó la parroquia universitaria Santa Sofía de la Universidad Católica de Los Andes y, desde 1974, es docente de aula.
En medio de la propuesta de aplausos a Chávez y al denominado “Socialismo del siglo XXI”, este “cura-rojo” recomienda la lectura del Manifiesto Comunista. Además, justifica los atropellos del castrochavismo, especialmente las medidas confiscatorias y liberticidas y termina proponiendo, con gran énfasis, apoderarse de los medios de producción.
Ante esta barbaridad, ¿qué supone usted que ha hecho o hará la jerarquía eclesiástica?
Algo es clarísimo para incluir en la respuesta: el cura sigue actuando y haciendo enorme daño a las almas y ello ocurre porque la jerarquía se lo permite aunque hagan alguna tibia declaración de lamento o rechazo. Tales declaraciones, muy fraternales, caritativas, melosas y ambiguas referidas a sacerdotes como éste, están destinadas a contener, debilitar y ahogar la reacción de indignación que produce en los fieles católicos -y también en los no católicos- este tipo de curas perversos.
Cuando la reacción sana de la opinión pública es muy grande, entonces, a lo sumo, lo cambian de ciudad y el “cura rojo” seguirá su misma prédica nociva ante otros auditorios. Es decir, seguirá envenenando más y más almas en otras ciudades.
Ya se anunció que, próximamente, este sacerdote será condecorado con la "Orden de El Libertador" y le entregarán una réplica de la espada de Bolívar.
Para nadie es novedad que, desgraciadamente, existen muchos sacerdotes como éste -y, también, no pocos obispos- en los diversos países. La finalidad de esos “curas y obispos rojos” es favorecer la izquierdización y neutralizar las reacciones de oposición al marxismo.
Pero, cuidado: los más abundantes, los más peligrosos, los más eficaces y más nocivos -inclusive en estas latitudes- son los sacerdotes y obispos que fingen moderación y no escandalizan a los fieles como este cura del video. Evitando mayores reacciones, los “moderados” terminan diciendo algo análogo a los “curas rojos” más salvajemente radicales, pero encubiertos tras un maquillaje de filantropía y pseudo caridad cristiana.
Los “moderados” dicen que la experiencia chilena y venezolana muestran la conveniencia de avanzar lenta y gradualmente en las "transformaciones”, para evitar reacciones que puedan frenar y revertir el proceso revolucionario. Esa “moderación” los lleva a preferir evitar presentarse, ante el gran público, en forma franca y cruda y optan por ir soltando en pequeñas dosis la misma doctrina perversa que los radicales postulan en forma directa y brutal.
Las “discrepancias” con los radicales es táctica y se reduce a la velocidad y profundidad que conviene imprimir a los cambios. En suma: radicales y moderados coinciden en cuanto a los fines últimos (instaurar una sociedad socialista en la que el Estado sea el único propietario de medios de producción, además de único educador, único empleador y único informador).
Intoxicados con la teoría marxista y seguidores de Gramsci, en el marco de la denominada “Teología de la Liberación”, se proponen:
- intensificar las acciones de propaganda, de control y de intimidación
- dominar (¿todavía más?) los medios de comunicación masiva
- asegurar el adoctrinamiento de los más jóvenes desde la más temprana edad.
Por nuestra parte, reafirmamos la absoluta incompatibilidad entre cristianismo y marxismo. Usted puede leer el desarrollo de la argumentación que demuestra la veracidad de esta aseveración en el artículo adjunto.
Sugerimos que dedique unos pocos minutos a ver con toda atención este video:
Izquierda “católica” (?)
La prédica de la llamada “izquierda católica” encaja perfectamente en la acción psicopolítica del marxismo y contribuye a sus propósitos. En efecto, cubierto con un maquillaje de pretendida caridad y de solidaridad cristianas, viene a sumarse a la maniobra liberticida de estatización. La deformación venenosa se agiganta cuando a esto se suma la interpretación de lo que se dio en llamar la “opción preferencial por los pobres”. Así, el odio de clases y el afán confiscatorio quedarían legitimados con una especie de barniz cristiano.
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Por el Prof. Alexander Torres Mega
Flashes@adinet.com.uy
Hasta el observador menos informado sabe que, desde hace décadas, la militancia marxista cuenta con la eficaz colaboración de la denominada “izquierda ‘católica’(?)” que es indiscutiblemente de izquierda (marxista o filo-marxista) pero NO auténticamente católica.
La denominada "Teología de la Liberación" contaminó ideológicamente a no pocas "comunidades de base", "grupos de reflexión", etc. y muchos sacerdotes, junto a algunos obispos, se han sumado al bando marxista.
Inclusive debe recordarse, por su gravedad, a aquellos religiosos que han fundado o se han integrado a organizaciones guerrilleras.
Son muchos más los supuestos moderados que vienen colaborando con el marxismo aunque en forma sutil y más o menos encubierta.
La verdad que reafirmamos es que existe absoluta incompatibilidad entre marxismo y cristianismo.
Con ininterrumpida continuidad, el magisterio eclesiástico ha condenado al marxileninismo. Recuérdese, por ejemplo, la contundencia con que el Papa Pío XI, a través de su Encíclica "Divini Redemptoris" (y también en "Quadragesimo Anno") sostuvo que "el comunismo es intrínsecamente perverso y no se puede admitir que colaboren con él, en ningún terreno, quienes deseen salvar la civilización cristiana".
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Hoy, más que antes, importa escuchar esa voz clara y firme: "el primer peligro, el más grande, el más general, es ciertamente el comunismo bajo todas sus formas y en todos sus grados..."
Muy saludable resulta, también, recordar el mensaje siempre vigente de un obispo compatriota, Mons. Antonio Corso, modelo de fidelidad a la doctrina perenne de la Iglesia. Él denunció los métodos y los fines pérfidos de la secta materialista y atea, al tiempo que alertó para que la denominación de "cristiano", con que se autocalifican ciertos sectores que cobijan al comunismo, NO confundiera a quienes quieren ser auténticos en su fe. Los fabricantes del error se ocultan dentro de la misma Iglesia -advertía- y "en boca del comunismo hasta la misma verdad se convierte en mentira".
Católicos y no católicos supieron reconocer en los mensajes de quien fuera Obispo de Maldonado y Punta del Este un ejemplo de energía y ortodoxia en defensa de la verdad. El esclarecedor mensaje de Mons. Corso llegó como antídoto frente a la confusión que reinó en instancias previas a elecciones nacionales. Recurrió en forma ordenada a los textos pontificios y mostró, prolijamente, la continuidad del magisterio eclesiástico en la condena del comunismo y en la prohibición de cualquier forma de colaboración con él.
Demostrada la total incompatibilidad entre la doctrina católica y el comunismo, éste es inaceptable para el cristiano. Por ello, con indudable acierto, en víspera de elecciones, afirmó que los "confesos adherentes del marxismo deben ser descartados sin hesitación".-
El socialismo es incompatible con la doctrina católica por su concepción del universo y del hombre, porque alcanza y afecta a dos instituciones que son pilares de la civilización cristiana: el derecho de propiedad y la familia.
Precisamente, por el hecho de ser hostil a la propiedad y a la familia, el socialismo es incompatible con la doctrina católica, inclusive aunque no tuviese una concepción errónea del universo y del hombre.
Numerosos textos pontificios contra el socialismo
Antes de transcribir algunos de esos documentos, conviene distinguir entre los diversos sentidos que viene recibiendo el término "socialismo".
Hoy, dicho vocablo tiene aplicaciones variadas que van desde el rojo intenso del "socialismo marxista" hasta el rosado diluido del "socialismo cristiano" o "católico". No es raro encontrar, utilizando el rótulo socialista para sus ideas, a comunistas declarados y a izquierdistas moderados, así como también a burgueses que, sin adoptar una posición política claramente definida, se muestran con gran sensibilidad humanitaria un tanto coloreada de influencia cristiana.
A toda esta variada gama de socialistas, hay que recordarle o mostrarle que el socialismo está condenado por la Iglesia.
a) Los Papas condenan el socialismo: Textos Pontificios esclarecedores
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El socialismo comenzó a tener una importancia particular desde el pontificado de Pío IX (1846-1878). Comenzamos con un texto de este Papa.
Pío IX, "Noscitis et Nobiscum", 1849
Trastorno absoluto de todo orden humano.
"... los principales autores de esta tan abominable intriga, no se proponen otra cosa que impulsar a los pueblos, agitados ya por toda clase de vientos de perversidad, al trastorno absoluto de todo orden humano de las cosas, ya entregarlos a los criminales sistemas del nuevo Socialismo y Comunismo" (1) .
León XIII, "Quod Apostolici Muneris", 1878
León XIII, su sucesor (1878-1903), es recordado por haberse ocupado de “la cuestión social”, y por el afecto paterno que manifestó a los obreros. Erróneamente, llegó a decirse que este Papa puso las bases del llamado “socialismo cristiano”. Grave y flagrante yerro: en los documentos de León XIII, el socialismo es objeto de condenaciones frecuentes e incisivas. Veamos algunas:
Secta destructora de la sociedad civil
"...aquella secta de hombres que, bajo diversos y casi bárbaros nombres de socialistas, comunistas o nihilistas, esparcidos por todo el orbe, y estrechamente coaligados entre sí por inicua federación, ya no buscan su defensa en las tinieblas de sus ocultas reuniones, sino que, saliendo a pública luz, confiados y a cara descubierta, se empeñan en llevar a cabo el plan, que tiempo ha concibieron, de trastornar los fundamentos de toda sociedad civil. Estos son ciertamente los que, según atestiguan las divinas páginas, 'mancillan la carne, desprecian la dominación y blasfeman de la majestad' (Jdt. epist. v. 8)" (4).
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Secta pestífera.
"A todos, finalmente, es manifiesto con cuán graves palabras y cuánta firmeza y constancia de ánimo nuestro glorioso predecesor Pío IX, de f. m., ha combatido, ya en diversas alocuciones tenidas, ya en encíclicas dadas a los Obispos de todo el orbe, contra los inicuos intentos de las sectas, y señaladamente contra la peste del socialismo, que ya estaba naciendo de ellas" (5) .
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Correa y Lugo, ex - obispo marxista y hoy Presidente de Paraguay
"Secta abominable:"
"Poned, además, sumo cuidado en que los hijos de la Iglesia católica no den su nombre a la abominable secta ni le hagan favor bajo ningún pretexto" (7).
Planta siniestra
..."la Iglesia del Dios vivo, que es ‘columna y fundamento de la verdad’ (1 Tim. 2, 15), enseña aquellas doctrinas y preceptos con que se atiende de modo conveniente al bienestar y vida tranquila de la sociedad y se arranca de raíz la planta siniestra del socialismo" (10).
Mortal pestilencia
"Los comunistas, los socialistas y los nihilistas son una ‘mortal pestilencia’ que serpentea por las más intimas entrañas de la sociedad humana y la conduce al peligro extremo de ruina" (11).
Negación de las leyes humanas y divinas.
"Los socialistas, los comunistas y los nihilistas... nada dejan intacto o íntegro de lo que por las leyes humanas y divinas está sabiamente determinado para la seguridad y decoro de la vida" (12).
El socialismo diverge diametralmente de la Religión Católica
"...aunque los socialistas, abusando del mismo Evangelio para engañar más fácilmente a los incautos, acostumbran a forzarlo adaptándolo a sus intenciones, con todo hay tan grande diferencia entre sus perversos dogmas y la purísima doctrina de Cristo, que no puede ser mayor. Porque, ¿qué participación puede haber de la justicia con la iniquidad, o qué consorcio de la luz con las tinieblas?". (13)
León XIII, "Diuturnum lllud", 1881
"Mal horrendo"
"...Comunismo, Socialismo y Nihilismo, horrendos males y casi muerte de la sociedad civil" (2).
León XIII,"Humanum Genus", 1884
"Ruina de todas las cosas"
"Porque suprimido el temor de Dios y el respeto a las leyes divinas, menospreciada la autoridad de los príncipes, consentida y legitimada la manía de las revoluciones, sueltas con la mayor licencia las pasiones populares, sin otro freno que el castigo, ha de seguirse necesariamente el trastorno y la ruina de todas las cosas. Y aun precisamente esta ruina y trastorno es lo que, a conciencia maquinan y expresamente proclaman unidas las masas de comunistas y socialistas." (3).
León XIII, "Libertas Praestantíssimum", 1888
Turba demoledora.
"...los socialistas y otras turbas de sediciosos, que porfiadamente maquinan por conmover hasta en sus cimientos las naciones" (6).
León XIII, "Graves de Communi", 1901
Socialismo, enemigo de la sociedad y de la Religión
"...tenemos necesidad de corazones audaces y de fuerzas unidas, en una época en que la mies de dolores que se desenvuelve ante nuestros ojos es demasiado vasta, y en que se van acumulando sobre nuestras cabezas formidables peligros de perturbaciones ruinosas, en razón, principalmente, del poder creciente del socialismo. Esos socialistas se insinúan hábilmente en el corazón de la sociedad. En las tinieblas de sus reuniones secretas, a la luz del día, con la palabra y con la pluma, incitan a las muchedumbres a la sedición; rechazada la disciplina de la religión, descuidan los deberes, exaltando solamente los derechos, y atraen a las multitudes de necesitados, día a día más numerosos que, por causa de las dificultades de la vida, son más fácilmente seducidos y arrastrados al error. Se trata al mismo tiempo de la sociedad y de la Religión. Todos los buenos ciudadanos deben tomar a pecho salvaguardar una y otra con honra." (8)
Peligro para los bienes materiales, la moral y la Religión
"...era de Nuestro deber, advertir públicamente a los católicos sobre el grave error que se oculta bajo las teorías del socialismo y del gran peligro que de ahí resulta, no solo para los bienes exteriores de la vida, sino también para la integridad de las costumbres y para la Religión." (9).
b) Las condenaciones pontificias no abarcan solamente al socialismo radical
Pero, desde León XIII hasta nuestros días la palabra "socialismo" se fue extendiendo paulatinamente, llegando a abarcar sistemas que tienen algo de afinidad con el socialismo que llamaríamos "pleno", pero que son, sin embargo, distintos a él en alguna forma. Hay, por ejemplo, escuelas socialistas que procuran confinarse en el campo social y económico absteniéndose de cualquier presupuesto religioso o filosófico. Estas escuelas tienen presentes solamente los problemas de la producción y el consumo, afectando dar a sus adeptos la mayor libertad de opinión en lo demás. Sin embargo, en realidad, también este socialismo es incompatible con la doctrina católica, pues, aparentando no tomar posición filosófica o religiosa, responde a una concepción materialista pretendiendo organizar la sociedad y la economía como si en el mundo nada existiera fuera de la materia.
Socialismo “moderado”
Hay otras escuelas que también se titulan socialistas pero que difieren en dos aspectos del socialismo tal como éste se presentaba en tiempo de Pío IX y León XIII:
1. En cuanto a sus objetivos, no pretenden una socialización (*) completa sino sólo de algunos campos de actividad;
2. En cuanto a los métodos, no desean transformaciones sociales bruscas y violentas, sino graduales y pacíficas.
Estas escuelas o corrientes, comparadas con el socialismo radical y absoluto, con el socialismo marxista, por ejemplo, muestran un aspecto atenuado, pero, igualmente, también ellas son inconciliables con la doctrina católica.
Las reformas propuestas por estos “moderados” no confiesan pretender la abolición total de la iniciativa privada y de la propiedad particular, sino que dicen querer solo la limitación de una y otra, en medida incompatible con la naturaleza del hombre (15).
Socialismo "católico"
Igual censura se puede hacer a la variante socialista de carácter distribucionista y rótulo cristiano, que considera la sociedad como el fin del hombre. De conformidad con esta escuela, toda producción que excediera de las necesidades de cada familia, en lugar de formar el patrimonio familiar, debería destinarse a la colectividad. Como se ve, para este sistema, la familia solamente debiera atender a la subsistencia; error que impide economizar, pues el superávit de esa producción sería patrimonio del colectivo. Este sistema socializa la producción.
De una manera general, los socialistas llamados católicos o cristianos, aceptan la disociación entre los fundamentos filosóficos del socialismo y sus aspectos económicos y sociales. Rechazan aquellos y admiten éstos, por lo menos en cierta medida, y fiados en que la victoria de un socialismo moderado no acarree persecuciones a la Religión, anhelan la llegada de un régimen socialista y cristiano. Con lo que anteriormente dijimos, los errores de este sistema ya quedaron señalados (16).
Para esclarecer especialmente a los católicos, importa la condena de las escuelas socialistas "moderadas", "cristianas" o "católicas". En la Encíclica "Quadragesimo Anno", Pío XI enuncia, con toda claridad, el problema que surge de la pluralidad de sentidos que, después de León XIII, fue tomando la palabra "socialismo".
Pío XI, "Quadragesimo Anno", 1931
La bifurcación del socialismo
Historiando la evolución del término "socialismo", escribe el Papa: "No menos profunda que la del régimen económico es la transformación que desde León XIII ha sufrido el socialismo, con quien principalmente tuvo que luchar Nuestro Antecesor. Entonces, podía considerarse todavía sensiblemente único, con una doctrina definida y bien sistematizada; pero luego se ha dividido principalmente en dos partes, casi siempre contrarias y llenas de odio mutuo, sin que ninguna de las dos reniegue del fundamento anticristiano, propio del socialismo" (17) .
El comunismo
"Una parte del socialismo sufrió un cambio semejante al que indicábamos antes respecto a la economía capitalista, y dio en el comunismo. Enseña y pretende, no oculta y disimuladamente, sino clara y abiertamente, y por todos los medios, aun los más violentos, dos cosas: la lucha de clases encarnizada y la desaparición completa de la propiedad privada". (18).
El socialismo moderado
Después de varias consideraciones sobre el comunismo, el Pontífice prosigue hablando de la facción moderada del socialismo: "La parte que se ha quedado con el nombre de socialismo es ciertamente más moderada, pues no sólo profesa que ha de suprimirse toda violencia, sino que, aun sin rechazar la lucha de clases y la abolición de la propiedad privada, las suaviza y modera de alguna manera. Diríase que, aterrado por sus principios y por las consecuencias que se siguen del comunismo, el socialismo se inclina, y en cierto modo avanza, hacia las verdades que la tradición cristiana ha enseñado siempre solemnemente, pues no se puede negar que sus peticiones se acercan, muchas veces, a las de quienes desean reformar la sociedad conforme a los principios cristianos.
La lucha de clases, sin enemistades y odios mutuos, poco a poco se transforma en una especie de discusión honesta, fundada en el amor a la justicia; ciertamente, no es aquella bienaventurada paz social que todos deseamos, pero puede y debe ser el principio de donde se llegue a la mutua cooperación de las profesiones. La misma guerra a la propiedad privada se restringe cada vez más y se suaviza de tal modo que, al fin, ya no es la posesión misma de los medios de producción, sino cierto predominio social que, contra todo derecho, se ha tomado y arrogado la propiedad…
Estos deseos y postulados justos nada contienen contrario a la verdad cristiana, ni tampoco son, en verdad, reivindicaciones propias del socialismo. Por tanto, quienes solamente pretendan eso, no tienen por qué agregarse al socialismo (19)."
Falsa conciliación
"Pero no vaya alguno a creer que los partidos o grupos socialistas, que no son comunistas, se contenten todos, de hecho o de palabra, con eso sólo. Los más llegan a suavizar en alguna manera la lucha de clases o la abolición de la propiedad, no a rechazarlas.
Ahora bien: esta mitigación, y como olvido de los falsos principios, hace surgir, o mejor, a algunos les ha hecho plantear indebidamente esta cuestión; la conveniencia de suavizar o atemperar los principios de la verdad cristiana, para salir al paso del socialismo y convenir con él en un camino intermedio. Hay quienes se ilusionan con la aparente esperanza de que así vendrán a nosotros los socialistas. ¡Vana esperanza! Los que quieran ser apóstoles entre los socialistas, deben confesar abierta y sinceramente la verdad cristiana plena e íntegra, sin connivencias de ninguna clase con el error.
Procuren primeramente, si quieren ser verdaderos anunciadores del Evangelio, demostrar a los socialistas que sus postulados, en lo que tienen de justos, se defienden con mucha mayor fuerza desde el campo de los principios de la fe cristiana y se promueven más eficazmente por la fuerza de la caridad cristiana (20).
Una quimera: el bautismo del socialismo
"Pero, ¿qué decir en el caso de que el socialismo de tal manera se modere y se enmiende en lo tocante a la lucha de clases y a la propiedad privada, que no se le pueda ya reprender nada en estos puntos? ¿Acaso con ello abdicó ya de su naturaleza anticristiana? ... El socialismo, ya se considere como doctrina, ya como hecho histórico, ya como "acción", si sigue siendo verdaderamente socialismo, aun después de sus concesiones a la verdad y a la justicia en los puntos que hemos hecho mención, es incompatible con los dogmas de la Iglesia católica, porque su manera de concebir la sociedad se opone diametralmente a la verdad cristiana.
Según la doctrina cristiana, el hombre, dotado de naturaleza social, ha sido puesto en la tierra para que, viviendo en sociedad y bajo una autoridad ordenada por Dios (Cfr. Rom. 13, 1) cultive y desarrolle plenamente todas sus facultades para gloria y alabanza de su Creador; y cumpliendo fielmente los deberes de su profesión o de su vocación, sea cual fuere, logre la felicidad temporal y juntamente la eterna. El socialismo, por lo contrario, completamente ignorante y descuidado de tan sublime fin del mundo y de la sociedad, pretende que la sociedad humana no tiene otro fin que el puro bienestar material.
La división ordenada del trabajo es mucho más eficaz para la producción de los bienes que los esfuerzos aislados de los particulares; de ahí deducen los socialistas la necesidad de que la actividad económica (en la cual sólo consideran el fin material) proceda socialmente. Los hombres -dicen ellos- haciendo honor a esta necesidad real, están obligados a entregarse y sujetarse totalmente a la sociedad en orden a la producción de los bienes. Más aún, es tanta la estima que tienen de la posesión del mayor número posible de bienes con qué satisfacer las comodidades de esta vida, que ante ella deben ceder y aun inmolarse los bienes más elevados del hombre, sin exceptuar la misma libertad, en aras de una eficacísima producción de bienes. Piensan que la abundancia de bienes que ha de recibir cada uno en ese sistema para emplearlo a su placer en las comodidades y necesidades de la vida, fácilmente compensa la disminución de la dignidad humana, a la cual se llega en el proceso 'socializado' de la producción. Una sociedad cual la ve el socialismo, por una parte, no puede existir ni concebirse sin el empleo de una gran violencia y, por otra, entroniza una falsa licencia, puesto que en ella no existe verdadera autoridad social; ésta, en efecto, no puede basarse en las ventajas materiales y temporales, sino que procede de Dios, Creador y último fin de todas las cosas (Encíclica Diuturnum)" (21).
“Socialismo cristiano”, una contradicción
Si acaso el socialismo, como todos los errores, pudiere tener una parte de verdad, “el concepto de la sociedad que le es característico y sobre el cual descansa, es inconciliable con el verdadero cristianismo. Socialismo religioso, socialismo cristiano, son términos contradictorios; nadie puede al mismo tiempo ser buen católico y socialista verdadero" (22).
Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, 1965
"...Por este motivo hay que calificar de falsas tanto las doctrinas que se oponen a las reformas indispensables en nombre de una falsa libertad como las que sacrifican los derechos fundamentales de la persona y de los grupos en aras de la organización colectiva de la producción."(23)
(1) Pío IX, Encíclica "Noscitis et Nobiscum", de 8 de diciembre. de 1849 - "Colección Completa de Encíclicas Pontificias", Editorial Guadalupe, Buenos Aires, pág. 121.
(2) León XIII, Encíclica "Diuturnum lllud", de 29 de junio de 1881 - A.S.S., vol. XIV, pág. 12 (Ex Typogaphia Polyglota S. C. de Propaganda Fide - 1896).
(3) León III, Encíclica "Humanum Genus". de 20 de abril de 1884 - A.S.S., vol. XVI, pág. 428 (Ex Typographia Polyglota S. C. de Propaganda Fide -1906).
(4) León XIII, Encíclica "Quod Apostolici Muneris", de 28 de diciembre de 1878 -A. S. S., vol. XI, pág. 369 (Ex Typographía Polyglota S. C. de Propaganda Fide -1893).
(5) Idem, pág. 371.
(6) León XIII, Encíclica "Libertas Praestantíssimum", de 20 de junio de 1888 -A.S.S., vol. XX, pág. 601 (Ex Typpgraphia Polyglota S. C. de Propaganda Fide - 1887, 1888)
(7) León XIII, Encíclica "Quod Apostolici Muneris", de 28 de diciembre de 1878- A.S.S., vol. XI, pág.376 (Ex Typograph1a Polyglota S. C. de Propaganda Fide - 1893).
(8) León XIII, Encíclica "Graves de Communi", de 18 de enero de 1901 - A. S. S., vol. XXXIII, pág, 393 (Ex Typographia Polyglota S. C. de Propaganda Fide - 1900, 1901).
(9) Idem, p'g. 385.
(10) León XIII, Encíclica "Quod Apostolici Muneris", de 28 de diciembre de 1878 -A. S .S., vol. XI, págs. 371-372 (Ex Typographia Polyglota S. C. de Propaganda Fide -1893).
(11) Idem, pag. 369.
(12) Idem, pag. 369.
(13) Idem, pag. 372.
(*) El término 'socialización' que, al contrario de lo que se ha propagado, no existe en el texto oficial latino de la Encíclica "Mater et Magistra" (Cfr. A.A.S., vol. LIII, Nro 8, pags. 401 a 464) encierra varios sentidos. En algunos de ellos la "socialización" es compatible con la doctrina de la Iglesia; en otros no.
(17) Pío XI. Encíclica "Quadragesimo Anno", de 15 de mayo de 1931 - A.A.S., vol. XXIII, pág. 212.
(18) Idem, pág. 213.
(19) Idem, pág. 213-214.
(20) Idem, pág. 214.
(21) Idem, pág. 215-216.
(22) Idem, pág. 216
(23) Concilio Vaticano Segundo, Constitución Pastoral Gaudium et Spes, parte II,cap.3, 65.
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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS
Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "IZQUIERDA “CATÓLICA”(?): SECTOR MÁS NOCIVO DEL AVA...":
Cuando el prelado de mas alta jerarquia en la Iglesia Catolica cubana hace una misa para interceder y orar por la salud de un tirano asesino como Fidel Castro, es una muestra de lo abyecto y bajo que ha caido la Iglesia Catolica cubana en sus alabanzas y loas al regimen comunista y ateo. Este mismo Sr. Ortega no se h dignado de visitar ningun preso ni hacer una misa por un muerto asesinado por el regimen como Orlando Zapata Tamayo. Simplemente ignoro su sufrimiento de una manera descarada y vil. Este es el mismo regimen que fusilo y encarcelo curas , que cerro las escuelas religiosas y de monjas y que deporto a los curas de Cuba y que utiliza un antiguo centro de enseñanza catolica confiscado a los padres Maristas, como el centro de la represion contra el pueblo cubano donde se practican torturas y vejamenes a sus prisioneros. Evidentemente el Sr. Ortega y Alamino ha perdido todo vestigio de decencia y honor y actua como un vulgar lamebotas del regimen comunista. Debia meter la cabeza en un cubo si tuviera algun apice de verguenza en su interior.
2 Comments:
Cuando el prelado de mas alta jerarquia en la Iglesia Catolica cubana hace una misa para interceder y orar por la salud de un tirano asesino como Fidel Castro, es una muestra de lo abyecto y bajo que ha caido la Iglesia Catolica cubana en sus alabanzas y loas al regimen comunista y ateo. Este mismo Sr. Ortega no se h dignado de visitar ningun preso ni hacer una misa por un muerto asesinado por el regimen como Orlando Zapata Tamayo. Simplemente ignoro su sufrimiento de una manera descarada y vil. Este es el mismo regimen que fusilo y encarcelo curas , que cerro las escuelas religiosas y de monjas y que deporto a los curas de Cuba y que utiliza un antiguo centro de enseñanza catolica confiscado a los padres Maristas, como el centro de la represion contra el pueblo cubano donde se practican torturas y vejamenes a sus prisioneros. Evidentemente el Sr. Ortega y Alamino ha perdido todo vestigio de decencia y honor y actua como un vulgar lamebotas del regimen comunista. Debia meter la cabeza en un cubo si tuviera algun apice de verguenza en su interior.
La foto de los tres "moderados" es un primor. La vaca roja (como "la vache qui rit" del queso) y los lobos vestidos de ovejas. Todo un "Animal Farm."
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