BARACUTEY CUBANO

Nota del Bloguista

¨¿Igual que en 1898? Efectivamente, casi igual. Los más radicales quedarán fuera del pacto porque no son funcionales...¨

En las reuniones que dieron lugar al Pacto de París de 1898 realmente quedaron aparentemente fuera todos los cubanos y no sólo los más radicales. Hubo varias razones para esa marginación pública en esas reuniones.

1) España exigía que los EE.UU. pagaran ¨La deuda de la Guerra de Cuba¨ que ascendía desde la Guerra de los 10 Años comenzada en 1968 a una exorbitante cifra y que era lo que España había gastado en su guerra por retener a Cuba bajo su dominio colonial y que Cuba se quedara bajo el dominio estadounidense. De participar los cubanos en esas reuniones se iban a oponer a esas exigencias y por eso España se opuso a que participaran.

Primero, Que el pueblo de la isla de Cuba es y de derecho debe ser libre e independiente.

Tercero. Que por la presente se da orden y autoridad al Presidente de los Estados Unidos para usar en su totalidad las fuerzas militares y navales de los Estados Unidos, y para llamar a servicio activo la milicia de los diferentes Estados de los Estados Unidos hasta donde sea necesario para llevar a efecto esta resolución.

Cuarto, Que los Estados Unidos por la presente declaran que no tienen deseo ni intención de ejercer soberanía, jurisdicción o dominio sobre dicha Isla, excepto para su pacificación, y afirman su determinación, cuando ésta se haya conseguido, de dejar el gobierno y dominio de la Isla a su pueblo.

3) Los EE.UU. no podía preferir una u otra inclinación política del pueblo cubano, pues las potencias europeas estaban al tanto de cualquier gesto que podría parecer como una guerra de conquista y coloniaje.

4) El pueblo cubano estaba muy dividido y una legítima representación del pueblo cubano debía tener la adecuada composición de esas otras parte, las cuales detalladaré a continuación, y todo eso llevaría mucho tiempo.

1) Los integristas que deseaban seguir bajo el control de la metrópoli española
2) Los autonomistas que deseaban que Cuba fuera una provincia autónoma de España. Este grupo era el más organizado y preparado políticamente según se lee en la carta de Méndez Capote ( sería Vice Presidente del gobierno de Tomás Estrada Palma y cuando la Guerra de 1895 pertenecía al Consejo de Gobierno Presidido por Bartolomé Masó ) del 1 de mayo de 1898 que se encuentra en la página 425 del Tomo VI de Historia de la Nación Cubana.

¨Esa gente del gobierno y Cámara autonomistas han venido rectificándose constantemente y son capaces de decir, en un momento dado, a los Estados Unidos: aceptamosla independencia, secundamos a los americanos para formar un gobierno ¨fuerte y libre¨, y los americanos se encontraríancon un Gobierno y una Cámara ¨constituida¨, organizada más o menos bien, mientras que nosotros sólo tenemos un gobierno deficientísimo, con todos los poderes comprendidos en una sola mano, la del Consejo de Gobierno, sin tener siquiera el país una administración de Justicia, ya que sólo ésta se ejerce malamentepor los Consejos de Guerra¨.

3) Los anexionistas, que aunque había disminuido mucho con los años todavía tenían seguidores.

4) Hasta oos independentistas estaban divididos entre sí y eso se ve facilmente leyendo los reproches y acusaciones que se hacían mutuamente el Consejo de Gobierno, Presidido por Bartolomé Masó, y Máximo Gómez, el Generalísimo del Ejército Libertador y que llegó a la destitución de Máximo Gómez como Jefe del Ejército Libertador; también hubo la destitución de Calixto García como Lugarteniente General del Ejército Libertador. Por cierto, ese cargo o grado militar de Lugarteniente General del Ejército Libertador fue creado por la renuencia de Antonio Maceo a someterse bajo la autoridad de Máximo Gómez, una persona con incontables méritos pero con un carácter nada fácil de llevar y que puede constatarse leyendo el libro Memorias de la Guerra. La Habana:Editorial de Ciencias Sociales, 1989 y hasta en el propio Diario de Campaña de José Martí.
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La visita de la esposa de Gerardo Hernández a la cárcel y la globalización política
octubre 29, 2010

Por Emilio Ichikawa

Adriana Pérez habría visitado a su esposo Gerardo Hernández en la cárcel; dicho de otra manera: el Departamento de Estado le ha dado el permiso insistentemente negado. Ya ha saltado a los medios. Algunas personas habían asegurado que eso jamás ocurriría.

Adriana Pérez habría sido ella misma “parte entrenada” de la red avispa, por lo que es algo que debe hacer pensar a las personas sencillas, a los cubanos de a pie, porque estas señales -así como la abrumadora votación contra el embargo en la ONU- son cosas que pueden influir en otras que tienen que ver con la vida cotidiana. ¿Por qué? Porque son acontecimientos que muestran un acuerdo, un estado político actual, que asume como un hecho la existencia “legítima” del régimen de La Habana.

De modo tal que, si el laboratorio político de la globalización ha decidido avalar al tipo de sociedad y estado emergido de la revolución (o la llamada revolución) de 1959, las vidas han de ajustarse a esa realidad. Es deber de las personas con influencia en la formación de opiniones ser sinceras respecto a este punto. Los reconocimientos, merecidos, a Las Damas de Blanco, Guillermo Fariñas y otras personalidades en la isla y el exilio, no son derrotas del régimen castrista sino el pasaporte que el orden global concede a aquella parte de la política no-gubernamental que podría acoplar con los estratos políticos dominantes de forma no traumática.

¿Igual que en 1898? Efectivamente, casi igual. Los más radicales quedarán fuera del pacto porque no son funcionales. Eso no significa que no puedan ser felices o exitosos fuera e incluso dentro de la isla. Pero deberán aceptar el margen con tranquilidad, aceptar el encumbramiento de los “oportunistas” con sorna, desprecio pero inevitablemente con resignación. O quizás con cierta alegría, por el resarcimiento moral que supone haber mantenido una posición con coherencia. Si digo otra cosa estaría mintiendo. Es eso lo que veo.

No se debe estar atizando a las personas a un enfrentamiento vertical, cuando se sabe que el final es inevitablemente un pacto. Que es otro sinónimo de las palabras “cambio” o “transición”. Lo han entendido también en la La Habana opositores como Francisco Chaviano y Darsi Ferrer.

-Elizabeth Palmeiro, esposa de Ramón Labañino, lo visita en la cárcel

-FOTO: Adriana Pérez: cubadebate