BARACUTEY CUBANO

La mala memoria (de Papito Serguera)

noviembre 10, 2010

Arnaldo M. Fernández

El dialogo del comandante Félix Duque con el fiscal del juicio contra Hubert Matos, Jorge «Papito» Serguera, imprime giro espectacular al caso, porque Serguera cuenta que el testimonio de Duque sobrevino de repente para desenmascarar a Matos, quien alegaba que su carta de renuncia era privada, y confirmar así la imputación de Fidel Castro: que Matos había hecho pública la carta con propósitos sediciosos. Serguera puntualiza, en entrevista publicada post morten por la revista Calibán, que Duque no había revelado antes la situación a Castro porque Matos había logrado «entronizar dudas en Duque». Su disyuntiva moral entre Matos y Castro se habría resuelto en el juicio.

Semejante testimonio desentona con que, a poco de comenzar Castro a testificar, el propio Serguera le preguntó: ¿Podría usted hacer un análisis de dicha carta…? Castro repuso: «Yo deseo saber si está el comandante Duque en esta Sala», y Seguera pidió al presidente del tribunal «que sea llamado el comandante Duque». Duque apareció y se retiró de la sala para poder luego declarar como testigo. Después de revelar que Duque «se me acercó en el Palacio Presidencial y me contó algunos de los incidentes», el testigo Castro, en lugar del fiscal, hizo las preguntas al testigo Duque:

Castro: Comandante, ¿y qué le dijo usted [a Matos] el día 20 [de octubre de 1959] cuando estuvo allí [en Camagüey]?

Duque: Traté de convencerlo…

C: ¿De qué?

D: De que no produjera esa renuncia en el momento.

C: ¿Qué renuncia?

D: La renuncia que le había enviado a usted, ya que me había enseñado la carta…

C: ¿La renuncia colectiva? ¿Qué usted dijo que iba a pasar al otro día, comandante?

D: Yo le dije que yo me iba de allí, porque allí todo el mundo caía preso…

Aquí Matos interrumpió para impugnar la noción de «renuncia colectiva» y declarar, en nombre «de los 20 mil muertos de la Revolución, que yo no he conminado a [nadie] a que renuncie». Y Duque parece haberlo confirmado, porque aseveró que «Hubert les dijo allí delante de mí a unos cuantos [oficiales] que esperaran la respuesta o esperaran la actitud que asumiera el Dr. Fidel Castro, que no renunciaran sin antes conocer la respuesta del Dr. Castro, y esa es la verdad».

La siguiente intervención de Duque en el juicio fue para que la mayoría de los acusados renunciara «el 19 [de octubre de 1959] cuando conocieron ya de la carta de Hubert». Y Castro dijo que eso «carece de importancia [porque] ahí están las renuncias firmadas el día 20», es decir: Castro tenía de antemano las cartas de renuncia de Matos y los demás oficiales. Así pierde sentido el episodio relatado por Serguera, que no aparece recogido por ninguno de los taquígrafos de aquella sesión del juicio (diciembre 14, 1959): Orlando Tamargo, Isidro Pineda, Filiberto López y Osvaldo Roche.

Por lo demás, la clave del juicio estribó en que Matos había planteado el problema de la infiltración comunista en la revolución y Castro replicó que «la imputación de que yo estoy sirviendo a un partido político determinado (…), en mi condición de Jefe del Gobierno Revolucionario, no se la puedo aceptar a nadie en absoluto». Ya el fiscal Serguera había advertido, en medio del juicio, que «lo grave de esto es, no que [Matos] se haya manifestado [así], sino que se haya hecho con oficiales del Ejército Rebelde, que no tienen que preocuparse de esos problemas politicos, que eso tienen que dejárselo al Comandante Fidel Castro».


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Tomado de http://eichikawa.com

Jorge “Papito” Serguera sobre juicio a Huber Matos (ENTREVISTA)

noviembre 7, 2010

“Fidel quería desenmascarar los procedimientos subterráneos de Huber Matos. Se refirió entonces a la carta de renuncia que Huber Matos le dirigió a él, que se suponía era privada, y no pública, lo que la convertía en política. Sin embargo, sobre este particular en el juicio se demostró que habían tenido conocimiento de su existencia y contenido algunos oficiales, entre ellos el comandante Félix Duque. Llegado a este punto, Huber Matos se paró y le dijo a Fidel:

- Esto es mentira suya.

Y el comandante Félix Duque, que está al lado mío, me dice:

- Eso es verdad, Papito. Es como dice Fidel.

- ¿Y tú cómo lo sabes?

- Porque Huber Matos me dio una copia de esa carta para que yo viniera y se la entregara a Miguel Angel Quevedo en Bohemia.

- ¿Y dónde está esa carta?

- La tiene mi padre en Sancti Spíritus, porque cuando yo venía de Camagüey para La Habana, paré allí y le pedí a mi padre que me guardara esa carta.

- Párate, y dilo ahí.

- Pero mira Papito…

- Duque, párate y dilo ahí, coño, que yo no puedo plantear que tú vuelvas a testificar. Párate y dilo ahí.

Y Fidel hablando.

- Párate y dilo, Duque.

Y el comandante Félix Duque se para. Entonces Fidel lo mira como preguntándose:

- ¿Qué hace este parado ahí?

Fidel me mira. Sergio del Valle que está presidiendo no dice nada. ¡Yo no puedo hablar!” (Entrevista parcialmente publicada en CALIBAN)