viernes, noviembre 12, 2010

LOS AMERICANOS, LA TROVA Y EL BALLET

LOS AMERICANOS, LA TROVA Y EL BALLET



Por Juan González Febles
Periodista independiente.
juanchogonzal@gmail.com

Lawton, La Habana, 4 de noviembre de 2010, (PD) Hace unas décadas, una canción del cantautor argentino Jairo, los describía como seres que nacen ancianos y realizan desde ese momento, el viaje hasta la infancia que termina con la muerte. Humorísticamente, Guillermo Álvarez Guedes, les describía con mosquiteros y metidos en los pantanos de los Everglades. Allí por hobbie se ocupan en cazar mariposas o cualquier otro bicho interesante, luego de una jubilación al cabo de muchos años de fructífero trabajo.

Los americanos trabajan mucho y tienen características que resultan interesantes para nosotros los cubanos. Les debemos la mejor música del mundo y otras frioleras tales como, el aire acondicionado, el avión, el automóvil y el teléfono. Para no entrar en contradicción sobre quien inventó primero esto o lo otro, me remito a que sin lugar a dudas, háyanlo inventado o no, se ocuparon de colocar cada uno de los inventos mencionados en el hogar y al alcance de cualquier hijo de vecino a lo largo del mundo.

Otros se quedan enganchados con algo quijotesco. Esos, se mueren en una cuarta de tierra propia o ajena y persiguen su sueño en el momento y el instante en que lo encuentran. Cuando pienso en este grupo, evoco a Henry Earl Reeves hermanado con Ignacio Agramonte y en lucha terminal sin rendirse jamás o a William Morgan que no aceptó arrodillarse ante sus fusiladores. Estos americanos me gustan. Los que inventan como vivir mejor y los que mueren para que la gente viva mejor. Estos son los americanos universales y algunos se convierten en símbolos para el mundo.

Otros se quedan a otro nivel. Marcan la diferencia con humildad y la gente los recuerda con cariño y una sonrisa. Ahí tenemos a Marilyn Monroe, Elvis Presley, Ray Charles y para los demócratas de Cuba, Miguelito el americano, o el ex embajador Michael Parmly, que parece lo mismo, pero al final no es igual. Miguelito se ganó que lo recordemos siempre con respeto y cariño, como nuestro.

Todo cambia cuando se trata de políticos, funcionarios, segurosos o burócratas. No me gusta este segundo grupo. Creo que si conociera alienígenas consagrados a estas estériles funciones, tampoco me gustarían. Para concluir, no me gustan los políticos, los burócratas y los funcionarios de ningún lugar. Para redondear, tampoco los segurosos. Todos se parecen. Los de aquí y los de allá. De acuerdo a lo que se dice y se siente en Lawton, regularmente son seres sin segundo apellido.

Son una especie que se imprime por matrices selectas allá lejos por el cielo. Dicen que quien se encarga de fabricar las matrices y distribuirlas por el mundo es el amado ángel Satán. Los hay en España, en USA, en China, en Rusia o en Cuba o dondequiera que haya políticos, burócratas y funcionarios. Forman parte del mundo tanto como las epidemias y los terremotos. Y para su mal, la gente los aprecia tanto como aprecia a cada una de tales manifestaciones vomitivas de la voluntad divina.

Los americanos del segundo grupo, concedieron visa para visitar ese gran país a la Sra. Alicia Alonso. También al cantautor Silvio Rodríguez. No importó que ambos apoyaron, uno desde su escaño legislativo y la otra desde la zapatilla de bailar o la de pensar, el fusilamiento en 2003 de tres infelices jóvenes negros o el encarcelamiento de 75 disidentes.

En otro orden de cosas, concedieron visas para viajar y hasta permisos de residencia a Carlos Manuel González, ex chofer de Jesús Montaner, ex secretario del Comandante y también a Alcides Mayo, ex oficial de la Dirección General de Seguridad Personal y a la ex capitana de la Dirección de Comunicaciones del Ministerio del Interior, Marie Fernández de Alaiza, todos residentes legales en los Estados Unidos.

Como una pieza interpretada a cuatro manos, el gobierno cubano a través de su Dirección de Inmigración y Extranjería del Ministerio del Interior, niega permisos para viajar a Estados Unidos a cualquiera por cualquier razón. La contrapartida Yuma, a quien eventualmente pueda convertirse en posible inmigrante.

De acuerdo a esta lógica, no les falta razón. Quien no haya conseguido acumular algunos millones de dólares mientras el resto construía el socialismo, ¿por qué renunciaría a su parcela del paraíso? ¿Para qué regresar voluntariamente al infierno?

Las semejanzas entre los americanos del segundo grupo y sus contrapartidas cubanas, saltan a la vista. Aún así, uno es capaz de entender a los segurosos de la Dirección de Inmigración y Extranjería. Son más orgánicos y más coherentes. Ellos privan a muchos de la posibilidad de viajar, porque es la naturaleza del sistema que defienden. No les importan sueños o vidas rotas.

Quizás, se emocionaron por el unicornio perdido o la controversia con Montaner. ¡Quién sabe! Hoy podrían ser hasta balletómanos. A propósito: ¿Cómo lucirá un tutú verdeolivo con estrellitas amarillas? ¡Quién la viera! Como ya el American Ballet no es ‘refugio de resentidos y anti soviéticos anti comunistas’. Como el American Ballet dejó de ser, ‘una guarida para renegados y desertores’, las cosas para La Habana cambiaron.

Por allá en el Norte, ya no parece tan monstruoso tres infelices negros fusilados en La Habana o jóvenes sentenciados a cadena perpetua, que no lastimaron a nadie. Tampoco 75 presos por pensar y actuar diferente o que un purpurado se ocupe de tareas propias de la secretaria de cárceles y prisiones. Los casos y las cosas cambian y de acuerdo con el compañero Fidel, los cinco espías estarán de vuelta antes que concluya el año.

Los americanos que inventan, trabajan, mueren por su sueño o por el sueño compartido y descansan mientras corren y sudan tras las mariposas, no tienen tiempo ni talante para hacer política y la política hecha por los otros, apesta. ¡Que se va hacer!

juanchogonzal@gmail.com