jueves, enero 06, 2011

CUBA: EL GRAN ALUMBRÓN DEL PINTOR PEDRO PABLO OLIVA, AUTOR DEL ÓLEO ¨EL GRAN APAGÓN¨

Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

Casa Taller ¨Pedro Pablo Oliva¨ situada en Martí 160 entre Cuarteles y Polvorín. La Casa Taller se fundó en 1998

(El Inconcluso Milagro del Pan y los Peces, de Pedro Pablo Oliva)

En El Inconcluso Milagro del Pan y los Peces las cuatro personas a la derecha son los cuatro autores del documento ¨La Patria es de Todos¨: Martha Beatriz, René Gómez Manzano, Félix Bonne Carcassés y Vladimiro Roca. Fidel está sentado al lado del Papa y tiene calzadas las zapatillas del Papa simbolizando su nombramiento vitalicio, o sea, de por vida. Hay ángeles caidos y cayendo ( dirigentes ¨tronados¨). A la derecha y arriba unos ojos vigilando todo, que representa a la Policía Política siempre atenta y acechando .Hay mas detalles como un gran camaleón que esta cambiando de color esperado el momento, que son los oportunistas; al centro una persona con una venda negra en los ojos que tiene una espada de Damocles encima de ellos por si se le cae la venda de los ojos, etc., etc., etc...

En El Gran Apagón Una tribuna vacia que simboliza de que no hay quien lo sustituya. La paloma cayendo muerta y el murciélago saliendo
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Tomado de http://www.desdecuba.com


El gran alumbrón


"El gran apagón" Obra de Pedro Pablo Oliva


Pinar del Río es una ciudad sin cines, un trozo urbano donde apenas pasan autos y en las noches tiene las calles oscuras y vacías. Sin embargo, algunos proyectos personales brillan en medio de tanto marasmo. Uno de ellos es la casa taller de Pedro Pablo Oliva, con su sala a medio camino entre el hogar familiar y la galería de arte. Allí te mandan a pasar, te dan café, te enseñan el lienzo colgado en la pared o la escultura que yace en una esquina, sin preguntarte quién eres, de dónde has venido. La primera vez que lo visité, Oliva daba pinceladas a un Fidel Castro en óleo, visto como a través de un aparato de radiografías. Flotaba con su barba rala y entre las manos tenía una doncella casi asfixiada, que se parecía –irrefutablemente– a Cuba. En la parte inferior del cuadro, diminutas personas con las cuencas de los ojos vacías presenciaban el forzado estrujón que el Máximo Líder le infringía a la patria.

(Pedro Pablo Oliva y Arturo Montoto en la Casa Taller ¨Pedro Pablo Oliva¨ y en la pared El Gran Apagón: foto y comentario añadidos por el bloguista de Baracutey Cubano)

Regresé a mi casa atesorando el cariño que me dieron aquel pintor, su esposa Yamilia y sus hijas, una de ellas con el hermoso nombre de “Azul”. Sentí que con gente así era posible el abrazo, el entendimiento, el debate; era posible incluso volver a alumbrar de vida las calles de Pinar del Río. Pocos meses después, supe que los mítines de repudio habían marcado también aquel lugar, cuando Yamilia empezó a realizar una serie de performances públicos bajo el título de “Sin permiso”. Seleccionó para ello el día 10 de diciembre, fecha en que en esta Isla los demonios de la intolerancia se desbocan. El resultado, un tumulto de gente gritando frente a su puerta, impidiéndole salir a llevar sus caballetes para que los transeúntes los llenaran de colores en las plazas y los parques. Un año después, también en la jornada por los Derechos Humanos, se volvió a repetir la misma escena, esta vez incluso con piedras y palos amenazantes que la obligaron a quedarse en casa.

A través del móvil, Yamilia mandó su mensaje de auxilio y recuerdo haber subido a Twitter aquel S.O.S que me llegaba desde el oeste. En un momento incluso recomendé públicamente que Pedro Pablo Oliva, figura emblemática de nuestra cultura, se pronunciara sobre lo que ocurría tan cerca de él. Hace unos días me llegó su respuesta, con la aclaración de que podía hacerla pública si así lo estimaba. Sus palabras son de un tono tan libre y reconciliador que creo merece la pena que las comparta con ustedes. Cuando las leí, supe que el cine de Pinar del Río algún día reabrirá y que esa inmovilidad urbana y cívica dará paso a una ciudad más viva, menos sectaria. A El gran apagón, que él mismo pintó en los años más difíciles del Período Especial, le ha surgido una velita aquí… una luciérnaga allá.

Video de obras de Yamilia Pérez

Justify Full

Carta de Pedro Pablo Oliva:

Yoani:

Quiero primero saludarte y preguntarte cómo anda tu salud y la de tu esposo, la última vez que nos encontramos fue en la calle Obispo a raíz de una cita que solicitó al oficial que te raptó (por decirlo de una manera poética) aquellos días feos y torpes. Él me enseñó las marcas de la violencia.

Voy al grano para no extender mucho mis palabras.

Me imagino conozcas la declaración que la Casa-Taller (proyecto que tengo hace 10 años) emitió relacionado con las acciones plásticas que Yamilia Pérez Estrella, en aquel momento mi esposa, realizó en la provincia de Pinar del Río, todavía está en Internet.

En algunos de los párrafos de esa declaración dejé expresada mi posición, pero si quieres puedo dejar definido otras cosas mucho más claras.

Estoy, estuve y estaré en contra de cualquier uso de la violencia manipulada o no para acallar un pensamiento o una idea, resulta realmente bochornoso intentar con agresividad imponer un pensamiento o intentar hacerlo desde la intimidación. Todo acto de este tipo genera rechazo y repulsión y en nada ayuda en la tan necesaria unidad de este país marcado por conflictos políticos y familiares.

Por otra parte creo y creeré siempre que el artista necesita espacios más abiertos de comunicación, y por eso lucha.

Mi generación por otra parte creyó en la función social del arte, yo al menos lo asumí con orgullo de ahí mi afán por una obra que intentara reflejar su contexto y que llevara un análisis crítico de la sociedad. Más de una censura he tenido por ello.

A Yamilia me une el afán por cambiar el mundo, por intentar hacerlo mejor, siempre desde posiciones diferentes, ella desde la confrontación directa como lo hacía o hace Tania Bruguera, yo desde el mismo sitio donde nacen los proyectos sociales, cuestionando o no, criticando o no. En algo estamos totalmente de acuerdo: -no es esta una sociedad perfecta, tampoco otras que he vivido lo son.

Sueño con una sociedad diferente, utopía de esté hombre que soy y que ha vivido años tras años aciertos y fracasos, pero que no cesa de luchar por ese sueño.

Soy, Yoani, de los que cree que los contrarios necesitan expresarse como lo hacen el día y la noche, lo húmedo y lo seco, creo sin miedo en la necesidad de más de un partido porque las personas tienen derecho a agruparse por afinidad de pensamientos o filosofías o por la preciosa coincidencia de soñar.

Si me preguntaran un día, (cosa que dudo) a qué partido me gustaría pertenecer respondería que a uno que no encierre a sus hijos por pensar diferente, a ese que permita el fluir de las ideas como el río corre entre las dos orillas, a ese que me enseñe que sus hijos estén donde estén recibirán el dulce abrazo de la patria, ese que respete que una mujer ame a otra mujer y un hombre a otro hombre. Aquel que cultive paso a paso el encantador embrujo del amor. Ese que te enseñe el horizonte no como fin sino como comienzo, ese partido que no te diga –esto es, sino que sea abierto como las alas de una mariposa, el que cuide a sus hijos del fantasma odioso del hambre y el terrible flagelo de los dogmas. Un partido que como fin entienda que las nuevas generaciones necesitan dirigir el país y expresarse como se expresa el viento y la lluvia, y muchas cosas más, Yoani, que sería interminable nombrar y que forman parte de ese sueño al que aspira este hombre.

Si algo he aprendido en todos estos años es que una persona no puede permanecer tanto tiempo dirigiendo un país, puedo entender la presencia de un partido 20 ó 30 años, tal vez 50; pero no dirigido siempre por la misma imagen, los rostros, la manera y el pensamiento; son necesarios cambiarlos cada cierto tiempo, cada hombre puede tener un método diferente.

Disculpa mi disgregación o incoherencia. Sabes que Yamilia tiene una obra demasiado corta, pero sé que tiene espíritu y agallas suficientes para superar cualquier obstáculo en el proceso de creación.

Esta es mi posición, no hay otra, da pena ver tanto aparataje oficial girando alrededor de una delgada muchacha para impedirle hacer una acción plástica un día que alguien le adjudicó erradamente a la disidencia, si surgieran diez Yamilia, me imagino que desplegarían todo el ejercito.

Te aseguro, Yoani, que este hombre vive sin miedo.

Mi cariño hacia ti,
tu
Pedro Pablo Oliva.
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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS

Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "CUBA: EL GRAN ALUMBRÓN DEL PINTOR PEDRO PABLO OLIV...":

Sin comentarios, me parece que queda clara la posición de PPO. Pedro, te agradezco hayas desmenuzado el tríptico para los que como yo, nunca lo hemos visto de otra manera que no sea en fotos - bastante pequeñas generalmente - en las que no se alcanzan a ver los detalles. Ahora se entiende mejor por dónde le entra el agua al coco.

chicho el cojo

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Comentario del Bloguista de Baracutey Cubano

Chicho, "El Inconcluso Milagro del Pan y los Peces " fue el que desmenuzé y fue el que estuvo varias semanas en la antigua " Casa de Las Monjas" al lado del Obispado; me equivoqué y lo confundí con El Gran Apagón; ya rectifiqué ese error. En la Internet hay un video de la presentacion del libro sobre la masoneria y la iglesia Catolica en Cuba, autor Belisario Pi Lago (Belisario ya esta aqui en EE.UU.) y en ese video se ve a "El Inconcluso Milagro del Pan y los Peces " cubriendo toda la pared detras de la mesa de los presentadores.
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Vasari dijo...

Por muy interesante que sea su simbolismo o su "mensaje," desde el punto de vista del arte una pintura es antes que nada una imagen, y su mérito cómo arte depende de su mérito puramente visual (mandar un mensaje o "decir" algo se puede hacer de muchas formas, con o sin arte).

Por ejemplo, hay incontables pinturas de ciertos temas religiosos, pero aunque se trate del mismo sujeto, el mérito de cada una depende de la calidad de la imagen lograda por el artista, aparte del sujeto. Esta pintura de PPO, visualmente, mensaje aparte, no es gran cosa. Una serie de garabaticos, controlados y graciosos, pero en definitiva banales, cómo ciertos dibujitos infantiles. Y si de color se trata, la cosa pinta mal. Buen colorista PPO no es.

La pintura tiene, antes que nada, que satisfacer al ojo, pues para eso es arte visual y no de otro tipo (cómo literatura o música). Si no lo hace, falla como pintura, aunque funcione cómo otra cosa.

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Suprimir
Blogger PPAC dijo...

Aunque PPO no es el pintor cubano que más vende, sus cuadros se han vendido muy bien en las subastas de Christie's. Pese a su posición no doblegada hacia el régimen, se le otorgó el Premio Premio Nacional de Artes Plásticas 2006

Algunas de las razones de ese otorgamiento se lee en

http://www.cubasi.cu/desktopdefault.aspx?spk=160&clk=137110&lk=1&ck=71077&spka=35

07/11/2006


Considerado como uno de los mejores pintores cubanos de la hora actual, Pedro Pablo Oliva mereció ayer el Premio Nacional de Artes Plásticas 2006, reconocimiento que resalta el conjunto de su obra.

Un jurado convocado por el Consejo Nacional de las Artes Plásticas y presidido por José Gómez Fresquet (Frémez), ganador del importante galardón el año anterior, valoró en Pedro Pablo la singularidad estética de sus realizaciones pictóricas y la impronta social de su creación.
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Este Premio se otorga desde 1994 con carácter anual a un artista cubano vivo, residente en el país y cuya obra haya constituido un aporte valioso al desarrollo y a la historia de la visualidad cubana, considerándose además su trascendencia nacional e internacional.

A usted puede no gustarle la pintura de Pedro Pablo Oliva ya que el gusto estético es subjetivo, pero las razones que usted expone se parecen mucho a las críticas de los cuadros de Picasso cuando creó el Cubismo.
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Vasari ha dejado un nuevo comentario en su entrada "CUBA: EL GRAN ALUMBRÓN DEL PINTOR PEDRO PABLO OLIV...":

Por supuesto que de gusto se trata, y cada cual tiene el suyo. Lo de vender más o vender menos no tiene que venir al caso, pues eso puede deberse a muchos factores aparte del único que importa: la calidad de la obra cómo arte (y no cómo otra cosa, aunque muchos se dejen llevar por otras consideraciones). Si Ud. estima que Picasso y el cubismo tienen que ver con Oliva su obra, se lo respeto pero no se lo comparto.

Desconfío o miro con ojeriza toda obra que depende demasiado del mensaje o significado, sea cual Justify Fullsea, algo muy socorrido cuando lo puramente visual, lo plástico o formal, es relativamente inferior y no puede pararse solo (o sea, que necesita muleta conceptual). En un arte cómo la pintura, el sine qua non, lo primordial, es la calidad o impacto visual de la imagen cómo tal. Qué la obra signifique esto o aquello sólo importa si tiene suficiente valor o calidad plástica. En ese sentido, Oliva se queda corto o ligero. Tiene un estilo propio y reconocible, pero eso lo tiene Romero Britto, un "artista" puramente comercial. Oliva también tiene cierto "charm," cierta gracia aniñada y hasta tierna, y sería un estupendo ilustrador de libros para niños, pero eso es otra cosa. Es mejor dibujante que pintor, aunque eso se puede decir de Lam. Pero, Oliva aparte, le propongo algo:

Hay, o hubo hasta hace poco, otro pintor pinareño, no mulato sino negro, una de las principales figuras del arte vanguardia (abstracción) en Cuba en los '50 y principios de los '60. Pudo haberse vendido a buen precio (o acomodarse) al aparato cultural castrista, pero prefirió vivir y trabajar en libertad y se fue temprano, viviendo el resto de su larga vida en París. Su carrera, por supuesto, fue afectada, por no decir tronchada, pues ha resultado mucho más rentable ser artista cubano radicado en Cuba y visto cómo parte del andamiaje "revolucionario." Eso tiene cierto cachet o "chic" para mucha gente extranjera, el tipo de gente que todavía venera al "Che" Guevara, entre otros mitos. Ser verdadero exiliado cubano cuesta, en muchas formas. Pero, aunque no alcanzó (en vida) la fama ni la fortuna de otros con mucho menos talento, por no hablar de integridad, su arte se mantuvo fuerte y erguida hasta el final. Hablo de Guido Llinás. Si no conoce su obra, debe buscarla, pues bien vale la pena.
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Comentario del Bloguista

Saludos Vasari

Yo no comparo a Pedro Pablo Oliva con Picasso ni la obra de ambos, sino que hubo personas que desde un punto de vista estético academicista de la época, le chocaba entonces la pintura de Picasso cuando creó el Cubismo. Disculpe si no me expresé bien.

(Muchacha con Mandolina, Picasso 1910)

La obra de Guido Llinás la conocí a través de su hermano Sergio Llinás, quien fue mi profesor de postgrado de Pedagogía y de Investigación Pedagógica y amigo (La obra artística de Sergio es desconocida y fue dirigida a la Escultura); de la misma manera conocí su encuentro con su hermano Guido en Francia, en la década de los años 90s, después de décadas y como Guido cubrió los gastos de la operación de glaucoma de su hermano estando en Francia; Sergio Llinás, excelente persona, había sido en los primeros años simpatizante de la Revolución y Guido rápidamente se definió opuesto; ellos son un ejemplo de la familia cubana y su reencuentro. Ambos están ya al lado del Señor por la Gracia de Dios. La viuda de Sergio, Julieta, y sus hijos están o estaban en España hace 4 años. Magdalena habló conmigo para que yo me quedara o la Iglesia Católica con parte de la Biblioteca de Sergio LLinás, pero yo tenía mis planes de irme de Cuba y la Iglesia no tenía espacio en el local que la ¨bondad¨ del régimen le permitió tener en la antigua capilla de la escuela de los Escolapios en Pinar del Río después que se robaron todo el lujoso plantel, hoy convertido en ruinoso y peligroso edificio. La Iglesia posteriormente tuvo que irse de ese local y repartir por varias casas de feligreses, los libros de la Biblioteca Diocesa de la Diócesis de Pinar del Río.

Por último, mis conocimientos sobre Pintura son insignificantes, por eso copié y pegué el criterio de destacados y renombrados especialistas.

5 Comments:

At 6:13 a. m., Anonymous Anónimo said...

Sin comentarios, me parece que queda clara la posición de PPO. Pedro, te agradezco hayas desmenuzado el tríptico "El Gran Apagón" para los que como yo, nunca lo hemos visto de otra manera que no sea en fotos - bastante pequeñas generalmente - en las que no se alcanzan a ver los detalles. Ahora se entiende mejor por dónde le entra el agua al coco.

chicho el cojo

 
At 4:11 p. m., Anonymous Vasari said...

Por muy interesante que sea su simbolismo o su "mensaje," desde el punto de vista del arte una pintura es antes que nada una imagen, y su mérito cómo arte depende de su mérito puramente visual (mandar un mensaje o "decir" algo se puede hacer de muchas formas, con o sin arte).

Por ejemplo, hay incontables pinturas de ciertos temas religiosos, pero aunque se trate del mismo sujeto, el mérito de cada una depende de la calidad de la imagen lograda por el artista, aparte del sujeto. Esta pintura de PPO, visualmente, mensaje aparte, no es gran cosa. Una serie de garabaticos, controlados y graciosos, pero en definitiva banales, cómo ciertos dibujitos infantiles. Y si de color se trata, la cosa pinta mal. Buen colorista PPO no es.

La pintura tiene, antes que nada, que satisfacer al ojo, pues para eso es arte visual y no de otro tipo (cómo literatura o música). Si no lo hace, falla como pintura, aunque funcione cómo otra cosa.

 
At 9:28 p. m., Blogger PPAC said...

Aunque PPO no es el pintor cubano que más vende, sus cuadros se han vendido muy bien en las subastas de Christie's. Pese a su posición no doblegada hacia el régimen, se le otorgó el Premio Premio Nacional de Artes Plásticas 2006

Algunas de as razones de ese otorgamiento se lee en

http://www.cubasi.cu/desktopdefault.aspx?spk=160&clk=137110&lk=1&ck=71077&spka=35

07/11/2006


Considerado como uno de los mejores pintores cubanos de la hora actual, Pedro Pablo Oliva mereció ayer el Premio Nacional de Artes Plásticas 2006, reconocimiento que resalta el conjunto de su obra.

Un jurado convocado por el Consejo Nacional de las Artes Plásticas y presidido por José Gómez Fresquet (Frémez), ganador del importante galardón el año anterior, valoró en Pedro Pablo la singularidad estética de sus realizaciones pictóricas y la impronta social de su creación.

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Este Premio se otorga desde 1994 con carácter anual a un artista cubano vivo, residente en el país y cuya obra haya constituido un aporte valioso al desarrollo y a la historia de la visualidad cubana, considerándose además su trascendencia nacional e internacional.


A usted puede no gustarle la pintura de Pedro Pablo Oliva ya que el gusto estético es subjetivo, pero las razones que usted expone se parecen mucho a las críticas de los cuadros de Picasso cuando creó el Cubismo.

 
At 3:12 p. m., Anonymous Vasari said...

Por supuesto que de gusto se trata, y cada cual tiene el suyo. Lo de vender más o vender menos no tiene que venir al caso, pues eso puede deberse a muchos factores aparte del único que importa: la calidad de la obra cómo arte (y no cómo otra cosa, aunque muchos se dejen llevar por otras consideraciones). Si Ud. estima que Picasso y el cubismo tienen que ver con Oliva su obra, se lo respeto pero no se lo comparto.

Desconfío o miro con ojeriza toda obra que depende demasiado del mensaje o significado, sea cual sea, algo muy socorrido cuando lo puramente visual, lo plástico o formal, es relativamente inferior y no puede pararse solo (o sea, que necesita muleta conceptual). En un arte cómo la pintura, el sine qua non, lo primordial, es la calidad o impacto visual de la imagen cómo tal. Qué la obra signifique esto o aquello sólo importa si tiene suficiente valor o calidad plástica. En ese sentido, Oliva se queda corto o ligero. Tiene un estilo propio y reconocible, pero eso lo tiene Romero Britto, un "artista" puramente comercial. Oliva también tiene cierto "charm," cierta gracia aniñada y hasta tierna, y sería un estupendo ilustrador de libros para niños, pero eso es otra cosa. Es mejor dibujante que pintor, aunque eso se puede decir de Lam. Pero, Oliva aparte, le propongo algo:

Hay, o hubo hasta hace poco, otro pintor pinareño, no mulato sino negro, una de las principales figuras del arte vanguardia (abstracción) en Cuba en los '50 y principios de los '60. Pudo haberse vendido a buen precio (o acomodarse) al aparato cultural castrista, pero prefirió vivir y trabajar en libertad y se fue temprano, viviendo el resto de su larga vida en París. Su carrera, por supuesto, fue afectada, por no decir tronchada, pues ha resultado mucho más rentable ser artista cubano radicado en Cuba y visto cómo parte del andamiaje "revolucionario." Eso tiene cierto cachet o "chic" para mucha gente extranjera, el tipo de gente que todavía venera al "Che" Guevara, entre otros mitos. Ser verdadero exiliado cubano cuesta, en muchas formas. Pero, aunque no alcanzó (en vida) la fama ni la fortuna de otros con mucho menos talento, por no hablar de integridad, su arte se mantuvo fuerte y erguida hasta el final. Hablo de Guido Llinás. Si no conoce su obra, debe buscarla, pues bien vale la pena.

 
At 3:12 p. m., Anonymous Vasari said...

Por supuesto que de gusto se trata, y cada cual tiene el suyo. Lo de vender más o vender menos no tiene que venir al caso, pues eso puede deberse a muchos factores aparte del único que importa: la calidad de la obra cómo arte (y no cómo otra cosa, aunque muchos se dejen llevar por otras consideraciones). Si Ud. estima que Picasso y el cubismo tienen que ver con Oliva su obra, se lo respeto pero no se lo comparto.

Desconfío o miro con ojeriza toda obra que depende demasiado del mensaje o significado, sea cual sea, algo muy socorrido cuando lo puramente visual, lo plástico o formal, es relativamente inferior y no puede pararse solo (o sea, que necesita muleta conceptual). En un arte cómo la pintura, el sine qua non, lo primordial, es la calidad o impacto visual de la imagen cómo tal. Qué la obra signifique esto o aquello sólo importa si tiene suficiente valor o calidad plástica. En ese sentido, Oliva se queda corto o ligero. Tiene un estilo propio y reconocible, pero eso lo tiene Romero Britto, un "artista" puramente comercial. Oliva también tiene cierto "charm," cierta gracia aniñada y hasta tierna, y sería un estupendo ilustrador de libros para niños, pero eso es otra cosa. Es mejor dibujante que pintor, aunque eso se puede decir de Lam. Pero, Oliva aparte, le propongo algo:

Hay, o hubo hasta hace poco, otro pintor pinareño, no mulato sino negro, una de las principales figuras del arte vanguardia (abstracción) en Cuba en los '50 y principios de los '60. Pudo haberse vendido a buen precio (o acomodarse) al aparato cultural castrista, pero prefirió vivir y trabajar en libertad y se fue temprano, viviendo el resto de su larga vida en París. Su carrera, por supuesto, fue afectada, por no decir tronchada, pues ha resultado mucho más rentable ser artista cubano radicado en Cuba y visto cómo parte del andamiaje "revolucionario." Eso tiene cierto cachet o "chic" para mucha gente extranjera, el tipo de gente que todavía venera al "Che" Guevara, entre otros mitos. Ser verdadero exiliado cubano cuesta, en muchas formas. Pero, aunque no alcanzó (en vida) la fama ni la fortuna de otros con mucho menos talento, por no hablar de integridad, su arte se mantuvo fuerte y erguida hasta el final. Hablo de Guido Llinás. Si no conoce su obra, debe buscarla, pues bien vale la pena.

 

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