martes, enero 18, 2011

Testimonio de un asesinato de la Seguridad Cubana en Villa Marista: la muerte de Omar Izquierdo Sánchez

Tomado de http://eichikawa.com



Enero 18 (2000) Denuncian muerto a golpes
enero 17, 2011

Por Gustavo Silva

El Comité Cubano Pro Derechos Humanos (CCPDH) notifica que el teniente Omar Izquierdo Sánchez, ex ayudante en Angola del cuadro partidista Antonio Pérez Herrero, murió en los calabozos de Villa Marista (foto: maristascuba.org). Izquierdo Sánchez se habría opuesto a que los veteranos de las guerras africanas y otras misiones internacionalistas marcharan en protesta contra «el secuestro del niño Elián González por la mafia cubana de Miami», y lo hicieran más bien para reivindicar mejor atención gubernamental por su conducta destacada en aquellas misiones.

Además de Izquierdo Sánchez fueron arrestados otros diez ex combatientes internacionalistas animados de igual propósito, quienes fueron sometidos a duros interrogatorios. Izquierdo había planteado ya sus demandas al ex jefe del Departamento Militar del Comité Central del Partido, general Sixto Batista Santana, así como a los generales Raúl Menéndez Tomasevich (MINFAR) y Manuel Fernández (MININT).

Un primo de Izquierdo Sánchez, Israel Pérez, afirmó haber recibido comunicación de las autoridades acerca de que aquel murió en el intento de «secuestrar una embarcación militar» para desertar a los Estados Unidos. El CCPDH sostuvo que otras fuentes familiares, incluso allegadas a Pérez Herrero, habían asegurado que Izquierdo Sánchez murió por causa de maltrato en prisión provisional. Y atribuyó de paso el incidente a la «delirante crisis» promovida por Castro para manipular la tragedia del balserito Elián González.

Denis Rousseau, director de la agencia de noticias AFP en La Habana, su colega Corinne Cumerlato, quien trabajo allí como corresponsal del diario La Croix y el semanario L’Express., abordaron el caso en La isla del Dr. Castro (Madrid: Editorial Planeta, 2001) como prueba, adicional a los juicios contra los generales Arnaldo Ochoa y Juan Abrantes, de que los oficiales más jóvenes no tenían chance de dar una solución «tunecina» al «problema cubano», esto es: sobrepujar a la vieja guardia, tal y como sucedió en Túnez con la destitución del octogenario presidente Habib Bourguiba por mera senilidad.

En todo caso, la presunta reivindicación que buscaba Izquierdo Sánchez estaba condenada de antemano al fracaso, porque ya el Tribunal Supremo Popular había fallado (junio 6, 1991) que el cumplimiento de misión internacionalista no significa conducta destacada, porque «resulta cotidiana» y no constituye «rasgo diferencial de tal magnitud».