jueves, junio 23, 2011

Desde Cuba: Con dos intolerantes basta

Tomado de http://www.diariodecuba.com



Con dos intolerantes basta


Por Luis Felipe Rojas
San Germán
22-06-2011

Amaury Pérez ríe ridículamente, Silvio se autodeclara oficialista y por todo el país circula un chiste.

En la noche del pasado 21 de junio llegó a su fin el programa "Con dos que se quieran basta", un producto televisivo que contaba con entrevistas del cantautor Amaury Pérez Vidal a personalidades de la elite cultural radicada en la Isla. Más exactamente, a personalidades radicadas en La Habana. Y se habría agradecido un perfil más nacional, menos capitalino. Porque en algún rincón de esta Isla pudo haberse encontrado a algún músico, pintor, bailarín o investigador de probada calidad que no fuese amigo del conductor del programa y viviera en Santa Clara, Jatibonico o Manzanillo.

Como colofón de su serie de programas, esa noche Amaury Pérez se reservó al trovador Silvio Rodríguez, conocido tanto por sus canciones y su adhesión a la "revolución" como por las anécdotas de cómo fue censurado a inicios de su carrera artística.

Ante las cámaras, Silvio parecía un tipo jovial y contraído a la vez. Amaury se empeñaba en agotar la paciencia de los televidentes, con una risita ridícula que en cada programa intentaba trocar en complicidad, y que esta vez hizo más recurrente.

Al cuestionamiento de por qué muchos lo consideran un artista oficialista, Rodríguez argumentó que si es con la revolución cubana y sus dirigentes (Fidel y Raúl), aceptaba tal etiqueta y la llevaba con orgullo. Y hasta ahí pudiera considerarse razonable su discurso, pues siempre han existido intelectuales al servicio de tiranos.

(Silvio Riodríguez)

Silvio, sin embargo, fue más lejos e hizo gala de una intolerancia a la altura de su servilismo. Acusó de oficialistas a "quienes le cantaron a Bush". Aquellos que discrepaban de la revolución cubana y de sus dirigentes eran para él oficialistas de una manera muy distinta a la suya. El término podía utilizarse en esos casos peyorativamente.

Pero lo que no dilucidó delante de las cámaras Silvio Rodríguez es que un exiliado cubano puede cantarle hoy al presidente Obama y cuatro años después terminará forzosamente su adhesión, si es que la hay. No aclaró que quienes le cantaron a George W. Bush en tanto presidente no podrán hacerlo ya más puesto que existe una constitución de más de 200 años que lo impide.

Otro ejercicio de mixtificación política llevó a Silvio Rodríguez a suponer que la discrepancia pública con la revolución cubana lleva incluida la aprobación tácita de los bombardeos en Irak y los supuestos intentos de las tropas norteamericanas de apoderarse de Libia.

El programa, producido por el sitio Cubadebate (la más reciente plataforma cultural del departamento ideológico del PCC), fue descendiendo tanto en interés y consistencia que llegó un momento en que prefirieron entrevistar a la dominicana Sonia Silvestre, actualmente agregada cultural de su país en Cuba. (Sin sonrojo alguno, la cantante confesó cómo, a través de sus influencias, envió a su hijo a estudiar una carrera científica, a la par que ella se hacía de la cartera diplomática).

Solo en unos pocos países —Cuba se encuentra entre esas excepciones— constituye un delito entender como aberración a un sistema perpetuado en el poder durante más de medio siglo. Pero como el buen cubano se empina por encima de sus hambres físicas y espirituales, allá por el mes de enero un chiste debió recorrer tanto los barrios como los pasillos del Comité Central del Partido Comunista. A la pregunta de cómo se llamaba el año que empezaba por entonces, la respuesta parodiaba el título del programa televisivo de Amaury Pérez para ajustar cuenta con dos ancianos hermanos: "Con dos que se mueran basta".
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