El obituario de la Dama de Blanco Laura Pollán en The Economist
El obituario de Laura Pollán en The Economist
October 31, 2011
Por The Economist
Laura Pollán Toledo, maestra y activista de derechos humanos, falleció el 14 de octubre a los 63 años de edad.
La casa de la calle Neptuno número 963, en Centro Habana, era pequeña, pero Laura Pollán la mantenía muy bien cuidada. Las grises baldosas del piso, con sus motivos de copos de nieve, siempre lucían recién barridas y limpias, aunque su lanudo perro, cruzado con terrier, dejaba por todas partes motas de pelo, y la puerta siempre se mantiene abierta para que de la calle —ruidosa, polvorienta, surcada por un enjambre de bicicletas— entre un poco de aire fresco. En la sala había sillas de mimbre, con el respaldo en forma de corazón; triángulos de encaje adornaban las repisas. Allá atrás, el diminuto patio sin techo era una selva de maceteros y enredaderas, y la ropa lavada se apiñaba, colgada o cuidadosamente doblada, contra los muros de color ocre. Atisbándolo todo, el alto campanario de la Iglesia del Carmen.
Pero la casa de Laura era también una célula de libertad. En las paredes de la sala colgaban listas de nombres de presos políticos, sus fotos y un inmenso gráfico que les mostraba rompiendo las cadenas cada vez que el grupo de mujeres se anotaba un éxito. Allí se apretujaban para el Té Literario de cada mes las esposas de los confinados y sus hijas. Una vez llegó a tener en ese reducido espacio, bajo un mortecino ventilador de techo, 72 mujeres; 25 pernoctaron esa noche en casa de Laura. Venían de toda Cuba: de Pinar del Río, Santa Clara, Las Tunas, Manzanillo (allá en Oriente, donde ella había nacido); hasta de la Sierra Maestra, en cuyas montañas se había ocultado Fidel Castro para comenzar su revolución. Se reunían en su casa porque era céntrica, y tenía teléfono.
(Laura Pollán Toledo)
A partir de 2003, el teléfono no dejaba de sonar, y ella respondía en voz baja, sabiendo que estaba tomado. Cada llamada la terminaban con un “Ten cuidado”. Frente a la puerta de la calle aparecieron reflectores y una cámara de seguridad, para complementar a los habituales “merodeadores” vestidos de paisano. Para entonces ya en la repisa de los libros había una estatuilla de Santa Rita, la patrona de los imposibles.
Todo empezó con el arresto de su marido, Héctor Maseda Gutiérrez, por “atentar contra la integridad territorial del Estado”. Durante la Primavera Negra de 2003, además de él otras setenta y cuatro personas, fueron detenidas y condenadas a un promedio de 20 años de cárcel. Pollán sabía que Héctor no había hecho nada. La imagen de él que llevaba estampada en su camiseta blanca mostraba a un hombre educado, sonriente, un ingeniero con las gafas colgándole del cuello. A él le gustaba subrayar frases de los periódicos y recortar los artículos, para luego organizarlos por temas como “Política” o “Medio Ambiente”. Ella suponía que él sólo estaba tratando de resaltar las contradicciones en la línea del gobierno. No hablaban mucho de eso, como tampoco intervenía mucho ella cuando venían a charlar los compañeros de Héctor en el proscrito Partido Liberal Democrático. Entonces Laura solía ??desvanecerse en la cocina, para colar café y dejar solos a los hombres.
Al final, se los llevaron. Desaparecieron de sus casas esposos, padres, hermanos. Pollán regresaba de impartir clases nocturnas cuando se encontró a 12 agentes de seguridad del Estado invadíendo su casa, y llevándose los recortes de periódicos y dos viejas máquinas de escribir. Cuando ella y Héctor trataron de despedirse, uno de los agentes se interpuso. Dos semanas más tarde, ella comenzó a reunir a las mujeres que había ido conociendo en los cuarteles de Villa Marista y en oficinas del gobierno, mientras todas buscaban noticias de sus hombres. Así surgieron las Damas de Blanco.
Las marchas por Miramar
Pollán no tenía experiencia en hacer campañas. Ella era sólo un ama de casa, una maestra, la madre de Laurita: alguien que amaba la literatura y había enseñado a leer a los campesinos en los primeros años de la revolución. Nunca había intentado nada más atrevido que eso. Rubia, llenita, de baja estatura, no estaba configurada para ser arrastrada por la policía. Lo único que quería era ver de nuevo a Héctor, y a los demás. El grupo se reunía todos los domingos en la iglesia de Santa Rita de Miramar, el distrito más exclusivo de La Habana, para rezar el rosario, oír misa, y luego caminar en silencio diez cuadras por la Quinta Avenida, entre los canteros y bajo las palmas. Vestían de blanco, el color símbolo de la pureza, y portaban gladiolos, uno cada una.
Luego entró en juego la política. Al finalizar cada marcha, las mujeres coreaban “¡Libertad!”, para sus hombres y para toda Cuba. Dejaban caer lápices con la inscripción “Derechos Humanos”, por un lado, y “Damas de Blanco”, por el otro, con la esperanza de que la gente los fuera recogiendo. Sus enemigos les llamaron “mercenarias” y “Damas de Verde”, aludiendo a que estaban en la nómina de los Estados Unidos. Pollán tuvo que admitir que sí recibían, para sus hombres presos, dólares americanos y paquetes enviados de Estados Unidos. Turbas de choque integradas por mujeres eran transportadas especialmente en autobuses para atacarlas, golpearlas y arrancarles el cabello. Pollán luchó con lo mejor que tenía: cuando un hombre la llamó una vez “P…”, ella le tiró en la cara sus gladiolos. Durante una de estas refriegas, en septiembre pasado, fue lanzada contra una pared. El impacto podría haber desencadenado los problemas respiratorios que la mataron.
Para entonces, los 75 presos por los que habían venido abogando habían sido liberados; la mayoría, con la mediación de la Iglesia Católica y el gobierno de España; unos veinte, por sus propios esfuerzos. Héctor fue excarcelado, demacrado y flaco, en febrero pasado. El número de Damas se redujo a unas 15; su misión parecía haber concluido. Pero no para Laura. Mientras existieran las leyes que podían volver a llenar las prisiones, sus Damas tenían que seguir marchando. Mientras Cuba no fuera libre, ella seguiría sentándose frente a su computadora, con la puerta de la calle abierta y el perrito tendido a su lado en las baldosas grises; atenta al teléfono; lista para partir hacia Santa Rita, mientras un mortecino ventilador bate a bajas revoluciones el sofocante aire de Centro Habana.
(Traducción: Rolando Cartaya)
5 Comments:
Ahora que hay petroleo en Cuba, "The Economist" se interesa por Cuba, como no.... Ellos dedicaron un numero a Viet Nam para desestimular a los inversionistas estranjeros en ese pais por ser una economia de "papa y mama" y al mes justo de salir la publicacion con largos articulos de por que no se debia invertir en Viet Nam, Bill Gates abrio las puertas de las inversiones en ese pais que incluso se "sobrecalento" por demasiadas inversiones extranjeras,Viet Nam tiene actualmente como principal socio a Estados Unidos y esta fabricando por ejemplo excelentes camaras fotograficas y lentes de la marca japonesa "Olympus". Realmente, yo no creo en "las buenas intenciones de "The Economist",sobre todo despues del bombardeo y destruccion de las ciudades de Libia por la Otan, la masacre de miles de civiles y miles de prisioneros ejecutados extrajudicialmente por grupos tribales extremistas islamicos que censura "The Economist", ni despues que en Honduras secuestraron un Presidente en pijamas mediante golpe de estado y lo llevaron a otro pais, jamas "The Economist" ha hablado de no menos de 300 mujeres hondurenas violadas y maltratadas en las estaciones de policia de Honduras post golpe y que pese a ser denunciado y documentado el hecho en la comision de derechos humanos de Honduras en internet y por radio de ese pais, la prensa internacional ha censurado las violaciones en ese pais mientras cargan la mano con Cuba, aunque muchas universidades norteamericanas si han recogidos estas denuncias de las comisiones de derechos humanos en Honduras, tampoco hablan del maltrato y tortura en el Sahara y Marruecos, ni una jota de Libia mientras les convino, ni absolutamente de que Mubarak en Egipto mantenia 30,000 disidentes encarcelados, muchos sin juicio, por tiempo indefinido, y blogueros detenidos y muertos extrajudicialmente,a algunos los rociaban con gasolina en las celdas y los quemaban como castigo, eso siempre lo oculto "The Economist,entre otros medios "occidentales", no creo que esa revista le haga un favor a Laura Polian despues de muerta, pienso que la siguen "usando" hasta que les convenga, ahi,en esa portada de "The Economist" hay gato en jaba, piensalo y no se dejen coger como guajiros a sombrerazos por las aves de rapina debido a lo agrio del propio vino.Todo es razonar entre cubanos con inteligencia y no dejarse arrastrar a que seamos vendidos al mejor postor como un terreno baldio en la Edad de Piedra como lo es hoy Irak y Libia, no nos dejemos "usar", pensar con cabeza propia y defender lo nuestro, lo que nos pertenece sin dictados extranjeros.Esa es mi opinion.
Señor Gualterio
Para Cuba el Castrismo y su afiliación simbiótica y mercenaria al Comunismo y al Terrorismo internacional, incluyendo al terrorismo libio de Muamar El Gadafi que también fue un terrorismo nacional llenando de tumbas colectivas al país, ha sido peor que, ¨The Economist¨, la OTAN, etc... Ninguna crítica suya al terrorismo de los Castro que causó centenares de miles víctimas en América Latina y África y provocó la muerte documentada de más de 10 000 cubanos y centenares de miles de años de prisión y que mantiene desde hace más de medio siglo la más feroz y sangrienta tiranía que ha habido en América Latina incluyendo la de Austo Pinochet. Todo eso me es altamente sospechoso en su planteamiento .
De todas maneras, aunque tenemos ideas distintas sobre Cuba, gracias por publicarme y no sospeche de otra cosa que ya nos encontraremos en el mismo camino hacia Cuba, aunque por distintas vias, no se cual de los dos podra llegar primero, ni se siquiera si llegaremos a ver estando vivos una Cuba para todos y para el bien de todos que es el objetivo final, incluyendo los comunistas que tambien son cubanos igual que Ud. y que yo y tienen su dertecho a pensar como piensan. Gracias por su atencion.
Dejeme aclararle, por si usted no lo sabe que el principal accionista de una compania de software que se aplica en la educacion de Estados Unidos, era, el Gadhafi, incluso fue hace pocos dias antes de morir el dictador Libio que se discutio en el county no usar mas ese software ampliamente vendido y usado aqui en Estados Unidos. La informacion salio en un blog del "
Sarasota Herald Tribune", o sea que hasta ultima hora aqui en Estados Unidos se apoyaba en todos los aspectos al Gadhafi y eso debe tomarlo en cuenta, fue a ultima hora que cambiaron de "palo para rumba" como se dice en buen cubano, o sea, nada le coja de sorpresa.Y mas con petroleo en abundancia.
Desde el 2003 muchos países cambiaron su actitud ante Gadaffi, entre ellos EE:UU.. Gadaffi había hecho algunas concesiones y se había alejado del terrorismo internacional, aunque en Libia él empleaba el terror a sus anchas. Por Internet está circulando fotos de Gadaffi con muchos jefes de Estado; esas fotoss en unos cuantos era por afinidad ideológica, en otros por conveniencia económica y en otros por ser ¨un jefe de Estado¨. Italia, España, Francia y otros cambiaron más de palo para rumba que los EE.UU.. Gadaffi se había pronunciado en contra de Bin Laden y Al Qaeda y eso era muy importante para los EE.UU. Ya Al Qaeda esttá casi anulada y Bin Laden muerto, luego .... No todo es por economía solamente.
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