Esteban Fernández, Jr.: ¡MAFIA CUBANA Y A MUCHA HONRA!
¡MAFIA CUBANA Y A MUCHA HONRA!
Por Esteban Fernández Jr.
Algo que me encanta es que ninguno de los epítetos despectivos que nos han lanzado los defensores del régimen castrista nos ha hecho mella.
Desde los inicios de nuestra oposición trataron de acomplejarnos con nombretes despreciativos. Y acto seguido, se convertían en un orgullo para nosotros.
Lo primero que nos endilgaron fue decirnos “contrarrevolucionarios”. Era hasta cómico, porque a veces le llamaban de ese modo a algunos que habían sido tremendos revolucionarios en contra de Batista. Porque la verdad monda y lironda, es que llamarles “contrarrevolucionarios” a Manuel Urrutia, a Huber Matos, a Miró Cardona, a Nino Díaz, a Conte Agüero y a Pedro Luis Díaz Lanz fue una verdadera coña.
Recuerdo que unos alumnos del Instituto donde yo era estudiante arrancaron y destruyeron unos cartelones enormes que habían puesto en el portón del plantel y que defendían la revolución. Entonces alguien me delató injustamente y me llevaron preso. Al llegar a la Jefatura de la P.N.R. -que yo conocía perfectamente bien por haber sido propiedad de mi tío Enrique Fernández Roig y ellos se la habían robado- pregunté: “¿Y se puede saber por qué me han traído aquí?” y un policía me respondió: “¡Por gusano!”...
Que me llamaran de esa forma me sorprendió y me molestó esa primera vez, pero al pasar los días pude comprobar que era símbolo de estar en contra de la dictadura, y a igual que todos mis amigos, me sentía orgulloso que me llamaran de esa manera. “Gusano” era sinónimo de patriota, y hasta me presentaba diciendo: “Yo soy gusano cien por cien”...
Después nos lanzaron miles de injurias mas. Nos llamaban "lumpen, niños bitongos, góticos, miembros de la pequeña burguesía, latifundistas", etc. Recuerdo que un día un miliciano me dijo: “Sí, ya sabemos que tú eres un cavernícola”...Y yo pensé: "¿Y qué diablos será eso?"... Posiblemente él tampoco sabía el significado.
En realidad, lo único que nos indignaba (y todavía esa palabra me saca de quicio), era cuando no nos conocían por el nombre y nos llamaban “compañero”. Y aquello fue como si todos nos hubiéramos puesto de acuerdo en el país entero y comenzamos a responderles: “¡Compañeros son los bueyes!”...
Creo que la última payasada que se les ha ocurrido es llamarnos “Miembros de La Mafia Cubana de Miami”. Y eso, que en realidad no existe, se ha convertido en un timbre de orgullo para nosotros.
Y siguen insistiendo y tratando de mortificarnos llamándonos "retrógrados, ultra derecha, terroristas, recalcitrantes, intransigentes, lame botas del Imperio", y cuanto improperio más se les ocurre. Y mi respuesta eterna para esa gentuza es: “Llámenme como quieran, menos fidelista o comunista, porque eso sí me ofende”.
Una buena prueba de lo que les digo fue cuando tres cubanos llamados Hiram González, Agustín País y Aldo Rosado fueron atacados desde Cuba por un esbirro de la pluma nombrado Percy Alvarado, y –sin convenio- respondieron públicamente: “Las criticas de este tipejo son un orgullo para nosotros”...
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