lunes, septiembre 03, 2012

Enrique del Risco sobre hechos sangrientos del Castrismo en Cuba apenas conocidos: Conspiración del 30 de agosto: cincuenta aniversario



Conspiración del 30 de agosto: cincuenta aniversario

 Por Enrique del Risco (Enrisco)
2 de septiembre de 2012



Esta semana se cumplió el cincuenta aniversario de la Conspiración del 30 de agosto, uno de los acontecimientos más dramáticos y sangrientos y menos conocidos de la historia cubana del siglo XX. Varios de los principales grupos anticastristas (el Frente Anticomunista de Liberación (FAL), el Movimiento Montecristi, el Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR) y el Movimiento 30 de Noviembre) habían acordado llevar a  cabo un plan conjunto y este consistía en un levantamiento que se produciría la noche del 30 de agosto de 1962 en la capital cubana apoyado por decenas de oficiales de la Policía Nacional Revolucionaria y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias con la toma de estaciones de policía y otros puestos claves en la ciudad y el llamado a una insurrección popular. Con el objetivo de dificultar la respuesta de las fuerzas represivas y detener el avance de refuerzos de las guarniciones del ejército hacia el centro de la ciudad se había planificado la voladura de la planta eléctrica de Tallapiedra y del túnel de La Habana y el puente sobre el río Almendares.

No obstante la detención fortuita de varios de los dirigentes del movimiento insurreccional el mes anterior puso a las fuerzas de la seguridad del estado sobre la pista y le permitió lanzar una fuerte redada que desarticuló el movimiento. No obstante no haber llevado ninguno de los sabotajes planeados ni haber provocado heridos o lesiones el descubrimiento del plan llevó a la detención, enjuiciamiento de centenares de implicados y al fusilamiento de al menos 385 personas en las noches del 19, 20 y 21 de septiembre (en algunos textos se habla hasta de más de quinientos fusilados). 

Historiadores y periodistas oficialistas han realizado no poco esfuerzo en el encubrimiento de estos hechos ignorando la brutal represión del movimiento y haciéndolo pasar como parte del proyecto de la CIA conocido como operación Mangosta a pesar de la profunda discordancia de fechas. Por su parte los sobrevivientes de la conspiración niegan no sólo que haya sido una operación planificada por la CIA sino hasta que se haya hecho contacto con cualquier institución de inteligencia norteamericana para llevarla a cabo.

Incluso para la brutalidad común a las distintas dictaduras que han asolado la historia cubana, la represión subsiguiente al descubrimiento de la conspiración resulta excepcional. Compárese el asalto al cuartel Moncada que en el que murieron veinticinco miembros del ejército y como represalia fueron asesinadas cincuenta y siete personas con la esta conspiración que no produjo muertos ni heridos y por la que fueron asesinadas al menos seis veces más personas. La cifra que más se le acerca a lo largo de la dictadura batistiana fue la muerte de 147 revolucionarios durante la huelga del 9 de abril de 1957. Para buscar un equivalente a la crueldad con que se reprimió esta conspiración habría que remontase en la historia cubana al famoso Proceso de la Escalera en el siglo XIX. Pese a la desinformación e ignorancia en torno a estos acontecimientos los sobrevivientes de las diferentes organizaciones que tomaron parte en esta conspiración y el exilio han conmemorado anualmente a lo largo del último medio siglo el valor de aquellos que murieron durante aquellos días.

A continuación un fragmento del relato del miembro de Movimiento 30 de Noviembre Hiram Gonzalez sobre aquella conspiración recogido en su libro "Mi lucha por la libertad":

    "En una de sus visitas Enrique Pichardo que era el coordinador del movimento en ese momento me informó que había sido contactado por Evelio Pérez (Frank), coordinador del Frente Anticomunista de Liberación (FAL), al que yo había conocido anteriormente, para realizar un levantamiento conjunto en agosto de ese año de 1962. Para ello contaban con la ayuda de militares comprometidos en la acción. Me contó que, inclusive, el jefe militar de la operación era un coronel. En ese momento salté y le pregunté:—¿Un coronel de Batista?—No sé, no lo creo —me contestó.Después supe que el oficial en cuestión era Armando Álvarez Margüelles, Coronel Jefe de Plaza del regimiento del Cuartel Moncada, en Santiago de Cuba, que se opuso al golpe del 10 de Marzo.En esa reunión, Pichardo me informó que, aparte de nosotros, estaban en la alianza con el FAL la Unidad Revolucionaria, el Movimiento Montecristi que dirigía en ese momento Ricardo Olmedo, que fuera uno de los asaltantes del Palacio Presidencial, y el MRR dirigido por Héctor Alfonso (Fabián), al que yo conocía muy bien porque habíamos estudiado juntos en la escuela Valdés Rodríguez y le tenía mucha confianza. El jefe militar de nuestra organización era Juan Carlos Montes de Oca, y el segundo Antonio Pons (Tony). Me pidió también que estuviera preparado, porque me irían a buscar para que asumiera la dirección del Movimiento en el momento en que estallara la sublevación.Aunque quienes lideraban el alzamiento eran gente probada, el hecho de que estuvieran tantas organizaciones involucradas facilitaba la infiltración de los cuerpos de seguridad del régimen, por lo que le dije a Pichardo:“Me preocupa mucho que tantas personas sepan de esto. Sabemos por experiencia la habilidad que ha tenido el G-2 para infiltrarnos a todos.”Mi advertencia, a pesar de su realismo, fue ignorada, porque el deseo de acabar con la incipiente tiranía cegaba nuestro entendimiento. Nada nos detenía, ni el presidio, ni los fusilamientos. Decidimos apoyar los planes de la FAL, asumiendo los riesgos y las posibles consecuencias. Para ello empezamos a fabricar brazaletes con el nombre del Movimiento, que enviamos a nuestros compañeros en la calle para que los usaran el día de la sublevación. Juan Carlos y Tony fabricaron los llamados Cocteles Molotov (botellas con gasolina y aceite para ser usadas contra los tanques), y situaron explosivos para dinamitar el puente Almendares y el Túnel de La Habana.En medio de esos preparativos, fueron detenidos cuatro miembros de la organización, entre los que se encontraba el organizador nacional Jesús Sierra, a quien después de varios días dejaron en libertad. Tres de los que habían sido detenidos, inmediatamente se comunicaron con Tony y le explicaron que los habían soltado con la condición de que informaran sobre las actividades de la organización y que a Sierra le propusieron lo mismo con la advertencia de que si no cooperaban serían detenidos nuevamente y fusilados.Por otro lado, Manuel Fernández Granda (Aníbal), que era el Coordinador Nacional del Sector Obrero y, muy astuto, siendo informado de esto, sospechó enseguida de Sierra, porque no había reportado lo sucedido. Lo sometió a un intenso interrogatorio y logró que confesara llorando que estaba colaborando con el G-2. Aníbal logró convencerlo de que diera información falsa a los agentes castristas, para confundirlos y ganar el tiempo necesario para escapar, pero había otra persona de la Seguridad del Estado infiltrado en nuestras filas: Omar Fernández Rojas (Pucho) que fue uno de los acusadores en el juicio que se celebró.El mismo 30 de agosto por la mañana, Juan Carlos le informó a Tony que la sublevación se iniciaría a las nueve de la noche, cuando explotara la planta eléctrica de Tallapiedra y volaran el puente Almendares y el Túnel de La Habana.A esa misma hora, ellos irían a la Cuarta Estación de Policía, para unirse al cuartel general de la sublevación, que se establecería allí. Lo que no sabían era que los principales dirigentes de la insurrección ya habían sido detenidos, incluyendo a Enrique Pichardo.El día transcurrió sin que Tony pudiera comunicarse con Juan Carlos y otros jefes de grupo, por lo que estaba desconcertado. Así y todo se dirigió a la Cuarta Estación, como se acordó. Al llegar, la encontró rodeada por un contingente del ejército que incluía tanques y armamento de grueso calibre. Indudablemente, la sublevación había fracasado.El descalabro fue profundo y desarticuló a todas las organizaciones que participaron. En medio del caos, Tony Pons asumió la jefatura militar y la de acción, pero sin recursos muy poco pudo hacer. La necesidad de obtener armas los obligó a robarse dos fusiles, y el G-2 consideró que los hermanos Salabarría (Carlos y Juan) estaban involucrados en el robo, por lo que intentó detenerlos en su casa, pero ambos jóvenes, en un descuido, escaparon por detrás. Los agentes se llevaron detenida a la madre, la señora Sara Rodríguez y le dijeron que la soltarían si lograba que sus hijos se entregaran. Al otro día la encontraron muerta en su celda. Se había suicidado para evitar que sus hijos accedieran a semejante chantaje.Fusilaron a los implicados en la conspiración en otras provincias y en La Cabaña, en días sucesivos, fueron ultimados por esa causa los líderes: el coronel Margüelles y el capitán Evelio Álvarez, y dieciocho más, incluyendo a nuestros compañeros Luis Sánchez Carpentier, Juan Carlos Montes de Oca y Jesús Sierra (cuando descubrieron que era un doble agente) y muchos otros compañeros fueron condenados a cumplir muchos años de prisión.Posteriormente fusilaron a Ricardo Olmedo cuando se negó ir a la televisión a declarar que estaba arrepentido de sus actividades contrarrevolucionarias al servicio del imperialismo yanqui.Esta fue la Causa que más fusilados y prisioneros ha agrupado en la historia de la lucha contra la tiranía de los hermanos Castro, a pesar de que no se provocó ningún daño material ni nadie resultó lesionado.

Le agradezco a Tony Pons, protagonista de aquellos hechos, toda la colaboración ofrecida en la redacción de esta nota.  





 (Fotos añadidas por el bloguista de Baracutey Cubano, extraidas del libro 30 años.Historia  de la Seguridad Cubana. Las reglas del juego, de la Comisión de Historia de los Órganos de la Seguridad del Estado. Dirección Política Central, Ministerio del Interior. Las fotos corresponden al caso Universidad)

Nota: Una de las  fotos de  arriba corresponde a Ricardo Olmedo Moreno, líder del Movimiento Montecristi, antiguo opositor a Machado y participante en el asalto a Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957 y fusilado a raíz de su participación en la conspiración del 30 de agosto.

2 Comments:

At 4:18 a. m., Anonymous Anónimo said...

Ricardo Olmedo Moreno: Uno de los Hombres (con mayuscula)mas valientes que ha nacido en tierras Cubana,conocer su historia ha sido un placer enorme para mi,y llevar su apellido sera siempre el orgullo de toda la familia Olmedo.
Gerardo Manzano Olmedo(Sobrino)

 
At 4:35 a. m., Anonymous Gerardo Manzano Olmedo said...

Ricardo Olmedo Moreno:Sin duda uno de los Hombres (con mayuscula)mas valiente que ha dado nuestra Patria,ha sido un placer conocer su historia y un orgullo llevar su apellido."Viva Cristo Rey",estas fueron sus ultimas palabras frente al peloton de fusilamiento.

 

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