Raúl Rivero: LA VIDA ENTERA BAJO UNA TORMENTA
Como hemos aceptado las enseñanzas de la sabiduría popular y sus proverbios, sabemos que ciertas personas sólo se acuerdan de Santa Bárbara cuando truena. Una aplicación de esa máxima a la actuación de algunos organismos internacionales con relación a Cuba puede llevarnos a la certeza de que, en esas instancias, nada más tienen presente a los representantes de oposición pacífica en el momento en que la muerte llega. O manda mensajes con sus emisarios sutiles.
Lo había advertido Oswaldo Payá Sardinas quizás con el presentimiento de que un día podría ser él mismo el gestor involuntario de esa alarma fatal y de última hora. Y lo saben, lo han experimentado durante muchos años, los líderes opositores que trabajan dentro de la isla y las figuras del exilio político.
La gravedad, el dolor, incluso el escándalo de la muerte, es lo que hace salir a esos reconocidos gestores universales y regionales de la libertad a redactar una nota, una llamada de atención y a difundir un gesto de solidaridad tardía para quienes, en realidad, viven en circunstancias peligrosas las 24 horas de todos los días de su vida.
Esos expertos, estén en México, Washington o Bruselas, tienen la obligación del monitoreo cotidiano, de la observación constante.
Quienes trabajan en instituciones de diversos rangos y categorías, con el mandato de velar por el respeto de los derechos humanos, no se pueden permitir la licencia de recibir con los labios cerrados delegaciones y gestores del mismo régimen que les prepara el sobresalto de un asunto que no tiene remedio.
En ese mismo terreno, con la mirada intensa puesta en otros sitios o protegida por espejuelos de sol, aparecen muchos líderes políticos poderosos de nuestro continente. En estos personajes el problema tiene la carga de la cercanía y los compromisos de las esencias culturales. Ellos se han acostumbrado a compartir saraos diplomáticos con los enviados de los represores y a enviar notas de condolencia, saludos y apoyos a los cubanos que deben ser sus aliados naturales.
Esta semana una noticia viola monotonía y quiebra la indiferencia. Se vuelve a mirar a Cuba y llegan recados de Europa y desde otros puntos del planeta. Hay preocupación por la salud de Marta Beatriz Roque Cabello y otros activistas que están en huelga de hambre en Cuba y reclaman la libertad del preso político Jorge Vázquez Chaviano, un hombre que ya cumplió su condena y sigue encarcelado.
Es la economista Roque Cabello, diabética, de 67 años, la que peor estado de salud presenta. Hace unas horas dijo en su casa de La Habana que seguiría en huelga porque es su responsabilidad como dirigente opositora.
Para explicar su postura y añadir un argumento a su decisión de mantener el ayuno expresó como un desafío esta queja amarga: “El mundo no mira hacia la disidencia cubana”.
Ella está ahí y sabe lo que dice.
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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS
"...el mundo no mira para la disidencia cubana" y el exilio muy poco Marta, esa es nuestra desvergonzada verdad. Como pedirles que levanten la huelga y ensayemos otros metodos, es preciso mover a la mayoria o sobrevivir para los que realmente nos quieren. Mi abrazo para Uds. Ricardo Rodriguez Bosch
1 Comments:
"...el mundo no mira para la disidencia cubana" y el exilio muy poco Marta, esa es nuestra desvergonzada verdad. Como pedirles que levanten la huelga y ensayemos otros metodos, es preciso mover a la mayoria o sobrevivir para los que realmente nos quieren. Mi abrazo para Uds. Ricardo Rodriguez Bosch.
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