Orlando Fondevila Suárez sobre el artículo de Rafael Rojas “Breve historia cubana de la infamia”: LA ACADEMIA INFAME
Excelente artículo de Orlando Fondevila !
Otro buen artículo sobre el artículo “Breve historia cubana de la infamia” de Rafael Rojas es el titulado
INFAMIA SIN LÍMITES, de Manuel Ballagas.
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LA ACADEMIA INFAME
1ro. de Octubre 2012
El historiador -¿académico?- cubano, Rafael Rojas, ha vuelto a la carga con una de sus antiguas obsesiones: la equidistancia “académica” entre el bien y el mal, entre víctimas y verdugos. No le parece bien el régimen cubano, que reconoce intolerante -¿sólo intolerante?- pero tampoco le gustan los opositores intolerantes. No soporta la intolerancia de Miami.Y es que la historia de Cuba es, para el académico, una larga historia de encontradas intolerancias, infamantes acusaciones de traición. Y claro, como tenía que suceder, “la cultura política revolucionaria heredó de la época colonial y republicana algunas figuraciones de esa metatraición que, exacerbadas por la ausencia de debate historiográfico y político, nutrieron la ideología oficial.” El académico Rojas lo tiene claro, la culpa de nuestros achaques, del HORROR con mayúsculas del último más de medio siglo en Cuba, la tiene toda nuestra historia anterior, y todos los actores de esa historia, unos y otros. Todos malos y enfermos de intolerancia. Así, para el académico Rojas, el poder colonial (Weyler y los otros) eran intolerantes, pero los mambises también. La salvación, por supuesto, al día de hoy, sólo nos podría venir de la mano de nuestros ilustres “académicos” (entre ellos él mismo, faltaría más), quienes con su suprema sabiduría filosófica y superioridad intelectual –y también moral- nos conducirían a una especie de reino cuasi beatífico de la tolerancia. Vamos, que lo que necesitamos es un tipo de orientadores, de gobernantes ilustrados, al modo de la República de los filósofos de Platón.
En su ponencia, o ensayo, o lo que sea, “Breve historia cubana de la infamia”, Rafael Rojas, en el más rancio estilo académico, refrito de referencias y analogías históricas que no vienen a cuento, hace una apología verdaderamente infame de lo que entienden él y otros muchos académicos cubanos -de dentro de Cuba y residentes en el exterior- como “objetividad”, “punto medio” o “equidistancia”. Cito in extenso la siguiente perla “académica”:
“En el último medio siglo el Gobierno cubano ha sostenido por medios constitucionales, penales y policíacos el principio de que la oposición y el exilio son ilegítimos. En las tres primeras décadas porque ambos, aliados a EE.UU., aspiraron al derrocamiento violento del Gobierno revolucionario. En las dos últimas décadas porque, aunque apelen a métodos pacíficos, persiguen, según el régimen, la misma meta destructiva, La oposición y el exilio, por su parte, también siguen presentando al Gobierno cubano como ilegítimo, a pesar de que las vías pacíficas y reformistas que ha experimentado en los últimos veinte años implican, en la práctica, un reconocimiento de la legitimidad histórica del Estado socialista.”
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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS
Ninguno de esos dos artículos son "buenos" como dice Baracutey, aunque éste, a diferencia de Baracutey y Ballagas, por lo menos no cae en el ridículo de descalificar a Rojas por ser hermano de un viceministro. No son buenos estos artículos porque además de poseer ese "estilo infamante" del que habla Rojas distorsionan claramente la idea central del ensayo. Lo que dice Rojas es que la intolerancia en Cuba tiene un claro trasfondo constitucional e institucional derivado del carácter totalitario del régimen. Por tanto, no hay equidistancia ninguna entre víctimas y victimarios. Tampoco dice Rojas que la historia de Cuba sea una sarta de intolerancias porque él mismo reconoce en ese ensayo y en casi todos sus libros que huno momentos de aproximación a la democracia en Cuba, como el Pacto del Zanjón, los constituyentes de 1901 y 1940, los gobiernos de Gómez y Zayas y, sobre todo, los doce años que van de 1940 a 1952. La única forma de aceptar las diatribas de Ballagas y Fondevila es
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Comentario del Bloguista
Señor que se esconde detrás de un anónimo viviendo quizás en un país con libertad y democracia.
Le respondo que incluí en mi nota lo relativo a que Rojas es hermano del Viceministro Castrista de Cultura para explicar quizás, el porqué Rojas pese a sus estudios de historia y de vivir en un país libre cae en ocasiones, en mi opinión, en omisiones y se queda a medias en la profundidad del análisis como ensayista. Carlos Marx planteó que Hegel, pese a su brillantez, se quedó sin llegar a lo correcto por su admiración al Estado prusiano.
Sobre algunos de los hechos históricos en que Rafael Rojas se equivoca, ya escribí que están en algunas de mis Notas del Bloguista en este blog; el que busca encuentra.No obstante, por deferencia a usted, haré aquí esta observación: el Pacto del Zanjón, 1878, no fue un momento a la aproximación de la democracia en Cuba, pues lo único que trajo para Cuba fueron las mismas condiciones que ya desde hacia algunos años tenía Puerto Rico sin este país haber ido a ninguna guerra; Puerto Rico no se movió más hacia la libertad, independencia y democracia y permaneció en su carácter de colonia de España hasta 1898 cuando pasó a ser un protectorado de Estados Unidos. El Pacto del Zanjón con las medidas de ¨apertura¨ que el trajo para la Colonia , fue un punto de frenaje y de marasmo, en el camino de la liberación y democratización de Cuba, hasta que la obra de Martí y de muchos otros patriotas del Exilio, no DENTRO de Cuba y muchos años después, pusieron nuevamente a Cuba en el camino a la libertad y a la democracia.
Parece que su comentario quedó truncado; no he recibido su continuación.