lunes, enero 28, 2013

MARTÍ: UN ACERCAMIENTO PUNTUAL ( Fragmentos). José Martí vilipendiado

Nota del Bloguista

Este artículo lo escribí y me lo publicaron en la revista Vitral en el año 2003, cuando yo aún vivía en Cuba
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Tomado de http://www.vitral.org

MARTÍ: UN ACERCAMIENTO PUNTUAL
( Fragmentos )

Por Pedro Pablo Arencibia Cardoso



Martí y el socialismo

Pero si su persona ha sido manipulada y reducida en toda su riqueza y complejidad humana mediante sensibles silencios, su ideario ha sido aún más usado, manipulado y podado de incómodos señalamientos; aunque hay determinados períodos de nuestra historia patria donde esto se ha manifestado más que en otros. Algunos ejemplos los podemos ver en su carta del 29 de mayo de 1883. En dicha carta Martí habla positivamente del fundador del marxismo pero desecha los métodos propuestos por Marx basados en la lucha de clases.

¨ Ved esta gran sala. Karl Marx ha muerto. Como se puso del lado de los débiles, merece honor. Pero no hace bien el que señala el daño, y arde en ansias generosas de ponerle remedio, sino el que enseña remedio blando al daño. Espanta la tarea de echar a los hombres sobre los hombres. Indigna el forzoso abestiamiento de unos hombres en provecho de otros. Mas, se ha de hallar salida a la indignación, de modo que la bestia cese, sin que se desborde, y espante…¨ (Tomo 9, 388)

y escribe más adelante:

¨ …Karl Marx estudió los modos de asentar al mundo sobre nuevas bases, y despertó a los dormidos, y les enseñó el modo de echar a tierra los puntales rotos. Pero anduvo de prisa, y un tanto en la sombra, sin ver que no nacen viables, ni de seno de pueblo en la historia, ni de seno de mujer en el hogar, los hijos que no han tenido gestación natural y laboriosa ¨ (Tomo 9, 388)
advierte:

¨… Son los rusos el látigo de la reforma: mas ¡no!, no son aún estos hombres impacientes y generosos, manchados de ira, los que han de poner cimiento al mundo nuevo: ellos son la espuela, y vienen a punto, como la voz de la conciencia , que pudiera dormirse: pero el acero del acicate no sirve bien para martillo fundador¨ (Tomo 9, 388-389)

En su crítica sobre la obra ¨ La Futura Esclavitud¨ de Herbert Spencer, Martí también plantea sus objeciones sobre el socialismo; una de esas objeciones es:

¨…De ser siervo de sí mismo, pasará el hombre a ser siervo del Estado. De ser esclavo de los capitalistas, como se llama ahora, iría a ser esclavo de los funcionarios.¨(Tomo 15, 391)

En sus cartas públicas y personales nuestro Apóstol también hace fuertes críticas al socialismo; estas cartas han sido muy poco divulgadas en nuestro país. En la carta al Director de La Nación del 9 de enero de 1890 plantea:

¨…Cada pueblo se cura conforme a su naturaleza, que pide diversos grados de la medicina, según falte este u otro factor en el mal, o medicina diferente. Ni Saint-Simon, ni Karl Marx, ni Marlo, ni Bakunin. Las reformas que nos vengan al cuerpo. ¨ (Tomo 12, 378)

Y en la carta personal a Fermín Valdés Domínguez de mayo de 1894 señala:

¨…Dos peligros tiene la idea socialista, como tantas otras:-el de las lecturas extranjerizas, confusas e incompletas, - y el de la soberbia y rabia disimulada de los ambiciosos, que para ir levantándose en el mundo empiezan por fingirse, para tener hombros en que alzarse, frenéticos defensores de los desamparados…¨(Tomo 3, 168)

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Martí en contra del caudillismo

La experiencia latinoamericana en lo relativo a las luchas intestinas y fratricidas que siguieron a la liberación del yugo español de ciertas naciones de América del Sur y la desconcertante experiencia de ver que varios de sus libertadores se convirtieron posteriormente en dictadores de sus pueblos, dejaron en Martí una impronta tal, que él prefería que Cuba siguiera siendo colonia española, antes de que cayera en manos de caudillos:

¨Y no quiero a mi patria ¡no! víctima de capataces. La prefiero esclava de los demás a verla esclava de sus hijos.¨ (citado por Pichardo, 286)

El 20 de octubre de 1884, y después de un incidente desagradable con Máximo Gómez, Martí le escribió al dominicano su determinación de:

¨no contribuir en un ápice por el amor ciego a una idea en que me está yendo la vida, a traer a mi tierra a un régimen de despotismo personal, que sería más vergonzoso y funesto que el despotismo político que ahora soporta y más grave y difícil de desarraigar, porque vendría excusado por algunas virtudes, establecido por la idea encarnada en él, y legitimado por el triunfo¨ (Tomo 1, 177)

En esa misma carta definió bien claro, como buen liberal, que la búsqueda de las libertades públicas son la única razón por la que se puede iniciar una lucha:

¨¿Qué garantías pueden haber de que las libertades públicas, único objeto digno de lanzar a un país a la lucha, sea mejor respetada mañana? ¿Qué somos, General? ¿ Los servidores heroicos y modestos de una idea que nos calienta el corazón, los amigos leales de un pueblo en desventura, o los caudillos valientes y afortunados que con el látigo en la mano y la espuela en el tacón se disponen a llevar la guerra a un pueblo, para enseñorearse después de él ?¨ (Tomo 1, 178)

En su artículo del 18 de agosto de 1888 titulado El General Sheridan, Martí al alabar a Sheridan, alabó a todos aquellos luchadores que dejando generosamente a un lado su ambición de poder, dan paso a otros por el bien de la nación:

¨ Te defendí ¡ oh patria ! en la hora de necesidad; pero no te perturbaré en la hora de la paz con mi ambición, porque me diste vida para defenderte y ocasión para ganar gloria; ¿ haré yo de mi valor ¡ oh patria ! un látigo, y de tí haré mi caballo ? Así no habló Sheridan, que no era hombre de palabras finas; pero obró así, que es mucho mejor que hablar¨ (Tomo 13, 120)

Martí, como ya vimos en la tercera cita de este subtítulo, no quería que Cuba se convirtiera en la finca particular de un caudillo como había sucedido en otros países iberoamericanos después de concluidas las guerras contra la Metrópoli, pero para Martí no sólo los caudillos eran merecedores de fuertes críticas; también los pueblos llevaban su parte. En el segundo volumen de la edición de las Obras Completas de nuestro Apóstol, publicadas en el centenario de su nacimiento, y en sus páginas 50 y 51 se lee:

¨ De hombres que no pueden vivir por sí, sino apegados a un caudillo que los favorece, usa y mal usa, no se hacen pueblos respetables y duraderos

Y con vistas a una convención de clubes independentistas donde se discutirían múltiples temas, manifestó:

… ¡que los pueblos no son como manchas de ganado, donde un buey lleva el cencerro, y los demás lo siguen .! ” (Tomo 2, 17)

Martí no sólo criticó el control de un país por un caudillo; también criticó el control político de la nación por un solo partido político:

¨ Siempre es desgracia para la libertad que la libertad sea un partido¨ (Tomo 20, 25)
Y para Martí, según plantea en ¨Tres Héroes¨ en la conocida obra La Edad de Oro:

¨Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía.¨
A raíz de la ascensión del Partido Republicano estadounidense al poder en 1883, escribió sobre lo conveniente que era para una nación que un partido político no permaneciera mucho tiempo en el poder:

¨ La libertad ha de ser una práctica constante para que no degenere en fórmula banal. El mismo campo que cría la era, cría las ortigas. Todo poder amplia y prolongadamente ejercido, degenera en casta. Con la casta, vienen los intereses, las altas posiciones, los miedos de perderlas, las intrigas para sostenerlas; las castas se entrebuscan y se hombrean unas con otras.¨ (Tomo 9, 340)

Es cierto que Martí fundó un solo partido, nadie funda más de un partido a la vez, pero ese partido por las bases tan amplias que tenía, no era excluyente; se fundó con el único propósito de llevar la independencia a Cuba y Puerto Rico. En el Partido Revolucionario Cubano (PRC) había personas de todas las tendencias políticas: demócratas, anarquistas, socialistas, etc.; bastaba que la persona deseara la independencia para pertenecer al mismo. En las bases no se habla de continuar la existencia del PRC después de la independencia cubana y puertorriqueña de España (por eso Don Tomás Estrada Palma, el sucesor de Martí, lo disuelve al lograrse la independencia de España concluida la Guerra Hispano Cubana Norteamericana); en las bases del PRC tampoco se habla de excluir o de prohibir la participación de otros partidos políticos en la lucha independentista o en la vida republicana.

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Martí vilipendiado


Por Julio M. Shiling


Lo que hay hoy en Cuba, sus instigadores nos dicen, comenzó en el acometimiento de un cuartel en Oriente. La responsabilidad intelectual de la monstruosidad que derivó de aquel ataque al Moncada, nos ha parloteado su máxima figura, es José Martí. ¿Cuánta verdad podrá haber en dicha afirmación?

La revolución cubana está sustentada sobre mentiras. Cuba es el único caso donde el comunismo alcanzó el poder negando, insistentemente, su esencia marxista. La necesidad metodológica de su implantación institucionalizó el embuste, la falsificación de la historia. Era de suponer que la figura insigne de Cuba no escaparía la embestida trolera.

José Martí jamás fue o podía haber sido socialista o, mucho menos, comunista. Claro quedó escrita su crítica directa a las pretensiones socialistas. Más aún, el Maestro estructuralmente rechazó las premisas imperiosas que sustentan la teoría de su contemporáneo, Carlos Marx. Martí creía en la concordia de las clases sociales, no en su lucha. La economía y las relaciones que engendraba eran para el autor del Manifiesto comunista el óptimo factor determinante en la vida del hombre. Concepto, para el Apóstol, absurdo. En el rico léxico de Martí, la palabra economía sólo se encuentra 14 veces. Dramática diferencial con libertad, que aparece 346 instantes.

Lo que más le repelía al Apóstol de los esquemas socialistas se sintetiza en cuatro puntos:

• la enmascarada demagogia de su liderazgo, utilizando hipócritas diatribas para engatusar a los pobres y adquirir poder;

• el precio social y cultural de subordinar lo individual a lo colectivo;

• la fomentación de un Estado cíclope;

• el atropello a la libertad para implantar esas ideas ``confusas''.

La obra de Martí lo defiende grandilocuentemente contra el infame paralelismo que vincula el ideario martiano con el proyecto comunista.

Julio M. Shiling
Dtor. de Patria de Martí
www.patriademarti.com