domingo, marzo 03, 2013

Luis Cino desde Cuba: Los viajes, el look y lo que decimos



Los viajes, el look y lo que decimos

Por  Luis Cino

No pienso viajar al exterior por ahora. Nadie me ha invitado a ningún lugar, no tengo dinero ni paciencia para el papeleo, y estoy muy  aprensivo de que si me dejan salir, luego me impidan regresar  por las mismas razones de “seguridad nacional e interés público” por las que a muchos disidentes no les permiten salir. Siempre he dicho que me aterra la posibilidad de quedarme sin mi gente y mis lugares.

No obstante, si algún día me decido a viajar, tendré que ocuparme  de actualizar mi facha. Lo digo por ciertas críticas que he leído en algunos blogs sobre el look de “hippie izquierdosa” de Yoani Sánchez. ¡Imagínense ustedes qué dirían de mí que todavía sigo  en jeans y melenudo con la matraca de Woodstock y la Bob Dylan’s Rolling Thunder Revue!

Resulta que encima de tantas expectativas como hay puestas en los disidentes que salen al exterior, también se les exige que sean lindos y estén vestidos a la moda. Como si en Cuba los feos  estuvieran solo en el Politburó. Como si todos pudiésemos comprar ropas de marca en cualquier boutique habanera. Como si fuese fácil atenderse con un dentista en Cuba. ¿No se han fijado que casi todos los cubanos, incluso algunos de los jefazos del régimen, tenemos muchas muelas de menos y en general, la dentadura en candela?

Precisamente por lo de las demasiadas expectativas, para no defraudarlas y hacer quedar mal a todos los que se supone que van a representar, los disidentes que salgan al exterior deben cuidar lo que dicen y cómo se comportan.

(Yoani Sánchez)

Lo del look es secundario, tiene remedio si es que aceptamos disfrazarnos para complacer peticiones; lo que no tiene remedio son los papelazos, los disparates y las meteduras de pata.

Sé que cualquiera falla. Los cubanos somos propensos a hablar mierda, los hay que no tienen para cuando parar. Especialmente cuando se ven ante las cámaras y los micrófonos, luego de tanta mordaza. Entonces les da por  emular en verborrea con el Comandante. Y hasta por repetir sus estribillos.  Por algo fue el  único referente que tuvimos durante demasiado tiempo. ¡No te ocupes que siempre algo queda!

En esta movida de la reforma migratoria, el régimen debe haber sopesado los pros y los contras de dejar salir al exterior a determinados disidentes.

Hablo de los disidentes  de verdad, no de los que trabajan para el aparato. Para estos últimos hay un guión ya preparado. Ya veremos la película en la Mesa Redonda o en una próxima temporada de Las razones de Cuba.

Respecto a los otros, además de las coordinaciones de las embajadas cubanas con las turbas de camaradas solidarios y otras trampas alevosas, seguro los muy  maquiavélicos  tuvieron en cuenta todos los deslices en que posiblemente incurrirían y cuanto decepcionarían a sus eventuales simpatizantes cuando empezaran a adoptar poses, a hacerse las súper-víctimas y los heroicos, a creerse que en Cuba se decide el destino de la humanidad, a ponerse más anticomunistas que Churchill y Truman juntos, a hablar tonterías, a meterse en temas que ignoran,  a entregarse a la pilonancia y el deslumbramiento con el neón, las vidrieras y la pacotilla.

No quiero ponerme demasiado exigente. Sé cuán vulnerables somos en el mundo real en cuanto asomamos la nariz fuera de la bio-probeta castrista. Pero  si los que salen  van a representar ante el mundo a los disidentes, a los cubanos todos o a lo que sea, por favor, ya que no pidieron permiso para hablar por nosotros, que tengan un poco de cordura y cuiden lo que digan. Al menos a mí, una de las cosas que más  me revientan es que me hagan pasar penas.

luicino2012@gmail.com