Raúl Rivero sobre las elecciones en Venezuela entre Henrique Capriles y Nicolás Maduro: Duelo después del duelo
Venezuela
Duelo después del duelo
Por Raúl Rivero
Ningún país puede convertir su existencia en un velorio eterno porque hasta la muerte como espectáculo tiene previstos sus telones. Venezuela vuelve a una realidad que seca los pañuelos, guarda las banderolas y esconde el luto. La violencia no cesa, el bolívar se deprecia frente al dólar, se derrumba la economía, aumenta la escasez de alimentos y Nicolás Maduro hace campaña electoral disfrazado de Hugo Chávez.
El presidente encargado venció a los demás aspirantes a morar en el palacio de Miraflores. Él fue el elegido y ahí está con todo el poder para disfrutarlo. Y con un legado para padecerlo: el desastre de 14 años de autoritarismo, experimentos populistas y desbarajustes económicos y sociales perdidos en la letra pequeña del documento de la herencia.
El caudillo dejó a Maduro la boina roja y una nación desestabilizada, dividida por el radicalismo de su ideología y, ahora también, por las diferentes corrientes chavistas que se suben al ring. Le dejó el chándal y una Venezuela rica y fértil obligada a comprar los productos básicos en el extranjero y en la que salir a pasear o dormir tranquilo es una ilusión porque el año pasado se produjeron 21 mil asesinatos, una tasa de 73 muertes violentas por cada 100 mil habitantes.
Los aparejos que recibió de su amado líder irán con Maduro a los escenarios donde pronuncie sus discursos como aspirante a presidente en las elecciones del próximo 14 de abril. Y le acompañará, como parte de su cosecha propia, la fama de alumno predilecto del castrismo, las tánganas con sus compañeros de viaje y la tendencia de muchos electores chavistas a desaprobarlo en la comparación con el personaje real.
A pesar de todo, Maduro se presenta con ventajas. Cuenta con la mayoría de los seguidores del jefe muerto y dispone de todos los recursos del Estado para ganar los comicios más desiguales de la historia venezolana. Tiene a su favor, en la región, la complicidad o el silencio de los dirigentes políticos.
La oposición va a las urnas solo con la fuerza del candidato Henrique Capriles y los diálogos abiertos en las calles con los millones de venezolanos que quieren libertad y progreso. Pero los avatares del heredero de Chávez le pueden ayudar a salir del chavismo.
Este artículo apareció en El Mundo. Se reproduce con autorización del autor.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home