miércoles, junio 05, 2013

Esteban Fernández sobre Alejandro Castro Espín: NI GATO NI LIEBRE TUERTA

NI GATO NI LIEBRE TUERTA


 Por Esteban Fernández

Esta no es una opinión. A esto póngale el cuño: Mientras Fidel Castro ha procreado una claque de chulampines y vagos, Raúl se ha esmerado casi desde su nacimiento el 29 de julio del 65 en la creación del futuro tirano. Del siguiente monstruo. La mentalidad de Fidel es “Después de mí el diluvio” la de su hermano es preservar el raulismo eternamente.

Y no se pueden desdorar a las esposas porque todo el mundo sabe la influencia que tienen las mujeres sobre  sus esposos, y mientras Dalia Soto del Valle siempre ha actuado como una gallina clueca cuidando a sus pollitos y tratando de alejarlos de la política, Vilma Espín era tan o más perversa que su marido y cooperó extraordinariamente en la formación de su retoño como un consumado esbirro. Desde el mismo instante en que Raúl Castro declaró que estaría solamente cinco años en el poder fue fácil deducir que él ya estaba  preparando, y tenía casi listo, a su sustituto.


Todo el que ha conocido a Alejandro Castro Espín lo tiene en el peor de los conceptos. Es pesado, agresivo  y engreído desde que era un muchachito. Mientras los hijos de Fidel y Dalia  andan de bacanales en bacanales, de fotógrafos, jugando golf, y ligando jebas, a Alejandro lo han tenido estudiando, escribiendo libros, constantemente practicando la oratoria y cuidándolo como un gallo fino listo para la  batalla.

Al mismo tiempo lo colocaron en el Ministerio del Interior, le pusieron los grados de coronel y perdió un ojo en un accidente en África. Todo esto buscando la aceptación futura de los altos jefes militares. Si usted ve los croquis y esquemas del Partido Comunista, del Consejo de Ministros y del Poder Popular su nombre está al lado del de su padre y por encima de todos los demás miembros.

Creo firmemente que es peor ser humano que su tío y más acomplejado que su padre. Y esto es mucho decir. Y aunque a los cubanos, aquí y allá, les dirán que tiene las manos limpias de asesinatos, estoy convencido de que está dispuesto a hacer correr ríos de sangre si fuera necesario para mantener el poder heredado. Junto a él regresa el paredón de fusilamientos.

Es precisamente para evitarle esa contingencia y ese peligro que han construido una falsa oposición que ya por las claras nos está diciendo que irán a un contubernio con el vástago después de desaparecido su progenitor.

Para despistar han puesto a un anodino llamado Miguel Díaz Canel como si fuera el segundo hombre al mando de Cuba. Eso es una coña, una burla a la inteligencia hasta del más bruto. Pero engañan a algunos y ayer precisamente leía que este mequetrefe sería  “el Gorvachev  de Cuba” cuando la realidad es que será el sexto purgado después de Carlos Aldana, Roberto Robaina, Carlos Lage, Felipe Pérez Roque y de Carlos Balenciaga. Porque allá la única apertura posible es la de la portañuela de Raúl.

Hoy en día Alejandro Castro es el TERROR de todos los miembros de la nomenclatura cubana. Desde él mas encumbrado general hasta el Presidente del Parlamento Esteban Lazo les tiemblan las piernas de sólo imaginar que dentro de unos minutos estarán en presencia de este tipejo.

( Alejandro Castro Espín)

Desde hace rato, y eso es parte del maquiavélico plan para preservar el poder eternamente y los privilegios de los raulistas, han ido minando al exilio cubano para que el día de mañana se reciba ecuánimemente, y quizás con muestras de alegría, la llegada al poder de lo que en ese momento dejaría de ser una tiranía para convertirse ante los ojos del mundo en una monarquía.  La primera dama de Cuba, desde luego, sería Mariela, ocupando el lugar que dejó vacío su madre.

 Los herederos de Fidel, que siempre han despreciado al primo Alejandro, y ni les han permitido la entrada en Punto Cero, se tendrán que ir a freír espárragos y a disfrutar de sus fortunas en el extranjero.

Esta es la gran verdad, este es el futuro, y los que queremos a una Cuba libre y soberana no nos queda más remedio que estar claros, no dejarnos dar  ni gato ni liebre tuerta, y luchar con todo lo que esté a nuestro alcance para evitar la llegada del tercer tirano.