sábado, julio 27, 2013

Esteban Fernández: LA CATÁSTROFE CASTRISTA O LA CAGÁSTROFE DE FIDEL Y RAÚL CASTRO

 LA CATÁSTROFE CASTRISTA


Por Esteban Fernández
Julio 26 de 2013


                                                                                                                                                             Es loable hacer recuentos de nuestra tragedia nacional. Y sería bueno pasarle esta información a hijos, nietos y a cualquiera que no esté al tanto de lo ocurrido en la Patria que nos vio nacer. 

Entonces, aquí les cuento lo sucedido y usted le añade miles de atrocidades cometidas: Los dos hijos de Satanás atacaron un cuartel llamado Moncada un 26 de julio de 1953, hace exactamente 60 años, cumplieron varios meses de cárcel. Uno comiendo espaguetis y fumando tabacos "H. Upmann" mientras el afeminado pasaba desapercibido.

En México se vistieron de verde olivo, se montaron en el barco Granma, desembarcaron en nuestro país por Las Coloradas, se subieron a lo más alto del Pico Turquino donde los soldados apenas se acercaban. Y crearon un mito. Un fraude que terminó siendo una gigantesca maldición.

No fue una guerra sino un montón de pequeñas escaramuzas. Casi se puede decir que fue un largo picnic. Más que una lucha contra el régimen fue un concurso de simpatías. Allá sube un americano más sinvergüenza que tonto - o las dos cosas- y los convierte en héroes en las páginas del New York Times. "Bohemia" secunda la gran estafa. 

Amedrentaron y mataron a campesinos de la Sierra. Y en La Habana balacearon a policías desprevenidos. Al frente de estos asesinatos estaban los fidelistas Gustavo Machín y Raúl Díaz Argüelles. Se alegraron de la eliminación de los principales y más valientes líderes antigubernamentales (Frank País, José Antonio Echevarría, Menelao Mora, Pelayo Cuervo Navarro) que no se les subordinaban. 

El 31 de diciembre de 1958 Batista se montó en un avión y se fue rumbo a Santo Domingo, abandonó el territorio nacional. Se fue, "no lo fueron". No hubo victoria, y si hubo victoria fue de todos los grupos opositores. Sería correcto recordar que algunas de esas organizaciones combatieron más y sus miembros se jugaron la vida más, y tuvieron muchos más mártires que los castristas... 

Castro no salió disparado para La Habana, sino que maquiavélicamente partió en una larga, tediosa, y mañosa caravana que duró una semana por toda la Carretera Central. Raúl inició la masacre en Santiago de Cuba. Miles de oportunistas se unían al desfile y cuando llegó a la Capital ya era una fuerza enorme capaz de tomar el poder y de eliminar a la "competencia". 


Inmediatamente comenzaron una labor de zapa encaminada a adueñarse de la nación cubana. Se Inició un baño de sangre para aterrorizar al país. No sólo mataron y encarcelaron a los derrotados batistianos sino a todos los que simplemente discreparan. 

Alrededor de Fidel Castro se reunían unos bestiales campesinos de la Sierra. Era su primera guardia pretoriana. Junto a Raúl estaba la gente del Segundo Frente Oriental. Son lo que hoy gobiernan en Cuba. Intervinieron todos los negocios, acabaron con la propiedad privada, engañaron a los guajiros prometiéndoles una Reforma Agraria donde los Castro terminaron como los dos únicos latifundistas de la nación, prometieron una Reforma Urbana- de la cual les hablaré la próxima semana- y ellos terminaron como dueños de todas las casas del país. 

Prometieron unas elecciones libres en dos años. En su lugar crearon los Comités de Chivatos en cada cuadra. Enviaron a miles y miles de cubanos a inhumanas cárceles. Ensangrentaron al país, miles cayeron ante los paredones de fusilamientos. Adoctrinamiento comunista a los niños en las escuelas que hoy -hasta en el exilio- sufrimos las consecuencias. 

Mediante la brutal represión obligaron a millares de cubanos a abandonar el país y convertirse en desterrados. De pronto (y yo no sabía por qué pasaba eso) se acabó la comida, las medicinas, las frutas, la ropa. Hoy entiendo que era parte de un plan draconiano para controlar a la población. Algo parecido sucede en la actualidad en Venezuela siguiendo el ejemplo cubano.

Intervinieron en los asuntos internos (enviaron guerrillas, promovieron la inestabilidad) de casi todos los países de la América. África también sufrió la invasión de los castristas. Provocaron el rompimiento con los Estados Unidos. Se convirtieron en testaferros de los soviéticos a los cuales llevaron a la bancarrota. 

Destruyeron totalmente la economía de un país enormemente próspero. Acabaron con la prensa libre, casas sin pintura, una Capital (ayer preciosa) sin luces, sin electricidad, sin agua, edificios apuntalados y derrumbados, basura en las calles, mosquitos, perros famélicos, dengue, cólera, jineteras, y cubanos tirándose al mar en balsas y muchos devorados por los tiburones. 

Y a cambio ¿qué obtuvieron?: Sí, que un grupo de esbirros (Fidel, Raúl, Ramiro, Colomé, Guillermo García y comparsa) gracias a unos meses de estancia en la Sierra Maestra, y a la maldad suprema después, hoy son- como le dije en mi escrito La Nueva Clase- los propietarios de una Isla y viven mejor que los reyes y los príncipes.

Al final de la jornada, con las manos llenas de sangre, y después miles de fracasos económicos, al considerar que tienen completamente aplastada y controlada la población cubana se han convertido en usureros, en buscadores de divisas que logren mantener los beneficios de esa nomenclatura.

El objetivo primordial de todo paso que dan (intercambios culturales, visitas de allá para aquí y de aquí para allá, turismo, prostitución, renta de médicos y soldados, ventas de casas y de nichos, tráfico de drogas, de habanos y de ron, cirugías a extranjeros y cientos de negocios más) es obtener el billullo que mantenga la tiranía funcionando y que los herederos conserven los privilegios.

Son, al mismo tiempo, represores y mercaderes. Carceleros y mercachifles. Pedigüeños y chantajistas. Guapetones y limosneros. Después de tantos alardes han convertido la revolución en tan verde como los dólares. Venden el patrimonio nacional, las obras de arte, las pinturas y hasta las palmas reales. Y si Lina Ruz estuviera viva también la subastaban al mejor postor.

Y en ese menester se valen de todo y de todos los que les falta principios, moral, cívica y patriotismo en Cuba y en el destierro. Se nutren de todo aquel que los crímenes y la destrucción de nuestro país no le interesa, no le duele o le importa un bledo y se convierte en cómplice de la barbarie.