Chabela consiguió morir como vivió. Juan González Febles desde Cuba sobre derrumbes en Cuba
El derrumbe ocurrió la mañana del 23 de setiembre en la calle Carmen entre Cortina y Figueroa en La Víbora. El reporte de Michel Iroy informó sobre los detalles del caso y la agencia independiente ASPIC filmó detalles reveladores sobre este triste suceso. Hace casi un año reporté otro derrumbe en la calle Infanta del municipio Centro Habana que también aportó las desgracias personales irreparables y las pérdidas materiales de rigor, si es que puede conceptuarse como pérdida material, la miseria compartida que termina infelizmente como fue y es el caso en Cuba con tanta frecuencia.
En aquel derrumbe de la calle Infanta un negro entrado en años me dijo con ese tono respetuoso y esa voz grave que comunica majestad, elegancia y vecindad solidaria, que: "... quien acepta vivir como una cucaracha, deberá aceptar morir como otra". Entonces y de vuelta con el derrumbe de la calle Carmen de La Víbora el 23 de setiembre, pienso que fue como si Fidel y Raúl Castro personalmente aplastaran con sus botas a todos los que mueren como cucarachas en la Cuba que destruyeron, solo por retener en sus manos el poder omnímodo que disfrutan.
No es lo mismo morir en demanda de libertad, -la propia o la de todos- que aplastado en un derrumbe, ahogado o devorado por tiburones. No aplastados, ahogados o envenenados como cucarachas, deben despedirse de la vida los cubanos, tanto hombres como mujeres. Pero quizás, el negro viejo de Centro Habana lleve razón en su amarga y desgarrada afirmación, "... quien acepta vivir como una cucaracha, deberá aceptar morir como otra".
Noticias como esta sobre tragedias que afectan en Cuba a marginados o marginales, se hacen cada vez más corrientes. Es como si la vida tuviera necesidad de cobrar un precio por el mantenimiento en el poder absoluto durante más de cinco décadas de la banda verdeolivo y entonces, ese precio tuviera que pagarlo Chabela u otros que no habían nacido en 1959 o que fueron demasiado niños para ejercer una acción directa o inmediata. Los negros que murieron envenenados con metanol en Marianao, en su inmensa mayoría nacieron después de 1959. Ninguno conoció otra cosa o algo diferente a este legado letal dejado por sus mayores. Es su herencia y nada más.
De acuerdo con testigos y curiosos, si el derrumbe se hubiera demorado unos minutos más, quizás Chabela no habría muerto bajo los escombros. Pasaron largas horas de esfuerzos infructuosos por parte de las brigadas de rescate y salvamento del cuerpo de bomberos, quizás la única rama del Ministerio del Interior que presta un servicio a la población. Los únicos que van más allá ocuparse de la preservación del poder absoluto de la élite gobernante. De acuerdo con informaciones llegadas vía sms de Michel Iroy y David Águila de Aspic, luego de más de 23 horas bajo los escombros, Chabela murió cinco horas antes de su rescate.
El derrumbe se produjo en una escuela que cerró sus puertas porque existía la presunción de un derrumbe inminente, así en 1992, la dirección municipal de vivienda la cerró. Las autoridades municipales decidieron colocar en la misma a personas que habían perdido sus hogares. Entonces, hace cuestión de diez años, colocó a 10 familias en esa escuela, la primaria "Pedro María Rodríguez". Esto fue decidido hasta que se consiguiera algún albergue donde alojarlas, pero en conocimiento de que podría producirse un derrumbe. El derrumbe ya se produjo y ciertamente los responsables de esta y otras tragedias, algún día deberán responder por las consecuencias de tan irresponsable actuar.
Para Cuba actualidad: j.gonzalez.febles@gmail.com
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home