viernes, diciembre 20, 2013

Cuba. Los comienzos de una estrategia mentirosa y manipuladora de Fidel Castro: El robo de la Campana de La Demajagua y su supuesto rescate por Fidel Castro

Nota del Bloguista

En 1970 para anunciar el estruendoso fracaso de la Zafra de los 10 millones, la tiranía de los Castro le asignó la misión a uno de los agentes infiltrados n la entonces muy beligerante organización  Alfa  66 (no recuerdo bien si era el Jefe de Operaciones Navales de esa organización) que debía promover  una  agresión. La agresión solicitada fue el secuestro de 11 pescadores por personas de esa organización. La tiranía mandó a movilizar a escuelas, centros de trabajos, CDR, etc. para un acto frente a la antigua Embajada Norteamericana en Cuba y actual Oficina de Intereses de los EE.UU.  en Cuba. Después de encender los ánimos con su discurso por la ¨agresión¨, que su misma dictadura urdió, anunció que  no se iban alcanzar los 10 millones de toneladas de azúcar en esa zafra de 1970 después que él había asegurado al pueblo cubano  y a la URSS de qué Van Van !. Los pescadores no sufrieron daño alguno y fueron dejados en uno de los cayos o isletas cercanos a Cuba. La misión y el objetivo estaban cumplidos.

En las fotos de la época y por las ¨poses¨de Fidel, se infiere el afán de protagonismo y la egolatría  que lo ha caracterizado toda su vida.

 

(El joven Fidel Castro al centro buscando publicidad con el ¨rescate¨ de la campana del ingenio De La Demajagua del Padre de La Patria Carlos Manuel de Céspedes; un montaje buscando publicidad. En la foto aparece su entonces amigo Rafael del Pino, no es el general de aviación que desertó en 1986, quien sería asesinado, dejado morir o inducido al suicidio en una prisión Castrista después de 1959. Rafael del Pino fue traicionado por Fernando Fuentes Cobas,ya  fallecido en Cuba  y enterrado en el panteón de las FAR, hermano del escritor Norberto Fuentes  Cobas )

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IMPORTANTE  comentario de Roberto A. Solera, historiador y periodista

Robert A. Solera dijo...

    Pedro Pablo: Tengo todos los datos del asunto de la Campana de La Demajagua y los publicare en mi proximo libro, Cuba, la Republica de Militares y Estudiantes. No es ni parecido a lo que dicen los "sabios". Tengo las declaraciones de los que rescataron la Campana en la Universidad y se la entregaron al Presidente Ramon Grau San Martin. En periodismo es un no-no decir sin pruebas y hablar por hablar. R. Solera



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LA MENTIRA 


El robo de la Campana de La Demajagua

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El entonces joven estudiante de Derecho, Fidel Castro, se mantuvo en la `pigmea fila durante la lucha del pueblo para que el gobierno devolviera la reliquia histórica...
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Por Pedro Antonio García
 6/11/2012

En la madrugada del 6 de noviembre de 1947, una noticia despertó a los cubanos: “Radio Reloj reportando, la noticia en acción... Robada la Campana de La Demajagua. Varios individuos armados, cuya identidad no se ha podido establecer, se robaron esta madrugadala Campana de La Demajagua”.

La reliquia histórica se encontraba en esos instantes en el Salón de los Mártires de la Universidad de La Habana. Para la noche de ese día la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) había convocado al pueblo a un acto en protesta contra la corrupción gubernamental.

Por iniciativa del entonces estudiante de Derecho, Fidel Castro, una guardia estudiantil la había escoltado toda la tarde y la noche. El diario Hoy consignaba: “Según nos dicen (los estudiantes), la medida obedece al temor de que alguien pudiera intentar la sustracción de la preciada reliquia”.

El propio rotativo denunciaba que el ministro Alemán y otros funcionarios del Gobierno estaban utilizando desde el intento de soborno hasta la amenaza para obstaculizar el mitin que la FEU proyectaba celebrar en la escalinata de la casa de altos estudios.

Fidel había insistido en que se mantuviera allí no solo una guardia, sino toda la masa estudiantil que se pudiera reunir. Hasta las cuatro de la mañana, la reliquia estuvo, como quería Fidel, custodiada masivamente por el estudiantado, pero a esa hora le empezó a entrar sueño a la gente.

La Campana parecía estar segura, tras una especie de rejas. Y la guardia bajó seriamente, la mayor parte del grupo de estudiantes se marchó a sus casas.

Las prevenciones de Fidel, como comprendieron sus compañeros aquella madrugada, no eran infundadas.

DEMAGOGIA GUBERNAMENTAL

Los escándalos se multiplicaban en el gobierno de Ramón Grau San Martín. Era voz pública el desfalco a las arcas del Ministerio de Educación por parte del BAGA (Bloque Alemán-Grau-Alsina), integrado por el titular José Manuel Alemán, el Presidente de la república y su cuñada, Paula Alsina.

Los atentados y combates callejeros entre pandillas se sucedían a diario. En el reparto Orfila, tras una batalla campal entre dos grupos de pandilleros, se produjo una masacre en plena vía; una de las víctimas fue una embarazada en avanzado estado de gestación.

Para mejorar la imagen de la administración Grau, su ministro de Gobernación, Alejo Cossío del Pino, quiso organizar un gran acto “patriótico” por el 10 de Octubre, que estuviera presidido por la Campana del ingenio Demajagua que Céspedes hiciera tañer durante su grito por la independencia.

Con ese motivo viajó a Manzanillo el 6 de octubre de 1947. Pero el pueblo de esa ciudad se opuso a las intenciones del Ministro y lo recibió con gritos de “Ladrones, la Campana, no”, “No se llevarán la Campana, no se la dejaremos llevar”.

Cossío del Pino regresó a La Habana sin la Campana. Pero al joven estudiante de derecho Fidel Castro se le ocurrió una idea y rápidamente le propuso a la FEU traer la histórica reliquia a la capital para convocar en la escalinata a un mitin contra los desmanes del gobierno.

Los dirigentes de la FEU acogieron con entusiasmo la idea de Fidel, quien fue comisionado, junto con otros estudiantes, a viajar a Manzanillo. Tanto los veteranos mambises como los concejales de la ciudad aceptaron la propuesta del estudiantado.

En tren, la Campana y su comitiva llegaron a la capital el 3 de noviembre de 1947. Los estudiantes la pasearon en hombros desde el andén hasta la calle, donde aguardaba un vehículo.

Una espontánea manifestación, que crecía en cada cuadra, escoltó a la reliquia histórica en su traslado por Zulueta, Neptuno, Belascoaín, San Lazaro hasta la Universidad, donde una multitud delirante vitoreó su llegada.

En el salón de los Mártires de la FEU, se colocó la Campana sobre un cojín, cubierta con la bandera de Carlos Manuel de Céspedes. De ahí la sustrajeron unos individuos armados con pistolas y pagados por el gobierno.

PRESIÓN POPULAR

A pesar de los intentos gubernamentales, el acto de la escalinata fue grandioso. Un mar de pueblo se extendió por la plazoleta frente a ella y la calle San Lázaro hasta Infanta. Cuando algún orador preguntaba al auditorio por la Campana, la muchedumbre respondía: “Está en Palacio (presidencial), está en Palacio”.

En declaraciones a la prensa, Fidel denunció como autores del delito a los aliados políticos del gobierno, “los mismos que robaron la tesorería de nuestra Universidad […], contando (para el robo) con la ayuda de la policía universitaria, cuyos miembros, en su mayoría, han sido colocados por ellos”.

Bajo la consigna de “Que nos devuelvan la Campana”, los manzanilleros se lanzaron en protesta a la calle. En la ciudad cerraron los comercios, se suspendieron los espectáculos, hubo un boicot espontáneo al transporte público.

A la vez se construyeron barricadas para obstruir las vías principales y en cada balcón, en cada ventanal, se colocaban crespones negros.

Un juez dispuso la devolución de la Campana a la ciudad del Guacanayabo. El gobierno de Grau no opuso resistencia. El 12 de noviembre de 1947, en avión, el jefe del Ejército, Genovevo Pérez Dámera llevó la Campana a Manzanillo.

Hoy día, la reliquia histórica está ubicada en el Parque Nacional Demajagua, en el mismo lugar que Carlos Manuel de Céspedes, en 1868, al hacer vibrar su bronce, enarboló para siempre como banderas de la nacionalidad cubana, la lucha por la plena independencia y la justicia social.

Sobre el autor
Pedro Antonio García
Periodista de la Revista Bohemia

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LA VERDAD


¿Qué hubiera pasado si Chibás llega a la presidencia?

Era un loco, pero tenía gran popularidad. Podía haber ganado las elecciones de 1952. Pero era demasiado trastornado. Lo traté mucho, hacía cosas disparatadas. En la presidencia hubiera sido un desastre.


¿Peor que Fidel Castro?

A Fidel Castro lo conocí más que a ninguno. Le decían El Guajiro desde que estaba en el colegio jesuita de Belén. Se incorporó a la vida pública a través de mí. Me llamó la atención aquel tipo alto, fuerte. Me contó que estudiaba Derecho, y quería aspirar a la política. Entonces comienza a provocar escándalos. Un día, en una bronca contra la compañía de ómnibus, asaltó una guagua y la puso en lo alto de la escalinata de la Universidad. En otra ocasión se robó la campana del ingenio La Demajagua y la trajo de Bayamo a La Habana en un camión.

(El ya fallecido Luis Ortega durante la entrevista)

Fidel estaba dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de que saliera su foto en Prensa Libre, con sus 100 mil ejemplares de circulación. El resto de los periódicos que había en La Habana, unos quince, eran de mucho menor tirada. El Diario de la Marina circulaba entre el comercio español, pero no pasaba de 10 mil ejemplares. Prensa Libre arrasó porque recogía el espectáculo de la política. Y todos los columnistas eran intelectuales de nombre, como Vasconcelos, que atacaba al presidente Grau. Ahí fue cuando metí al propio Grau a escribir y para balancear convertí en periodista a Batista. Y claro, Fidel quería que su foto apareciera en Prensa Libre.

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Tomado de  http://www.cubanet.org

El primer robo de Fidel

Por Tania Díaz Castro
Noviembre 9, 2012
  
LA HABANA, Cuba, noviembre, www.cubanet.org -Visité La Habana por primera vez en noviembre de 1947. Por aquellos días escuché una conversación entre mi padre y unos amigos suyos, que nunca pude olvidar. Fidel Castro, un estudiante universitario, se había robado la campana del Ingenio La Demajagua, con la cual, en 1868, Carlos Manuel de Céspedes llamó a los esclavos para dar inicio a la guerra de independencia.

No fue la última vez que escuché hablar sobre aquel robo, que representó el bautismo de fuego de Fidel en la prensa nacional.

Por estos días tuve la oportunidad de hablar con varios octogenarios, que no son opositores, ni luchadores por los Derechos Humanos, sino simples ciudadanos que no olvidan el pasado. Ellos coinciden en que fue Fidel quien se robó la célebre campana en busca de protagonismo político.

Han transcurrido 65 años. Hace unos días, el primero de noviembre, el periódico Granma comentó, a su manera, aquella historia. Acepta que fue Fidel quien se llevó la campana del poblado de Manzanillo, “como protesta contra la corrupción política existente¨, pero, según el texto, no se entiende si fue Fidel quien propuso el robo, o fue la Federación Estudiantil Universitaria, FEU.

Cualquiera que tenga dos dedos de frente se preguntará por qué entonces no se citan los nombres de aquellos que le encomendaron tan extraña tarea, y por qué no se dicen los nombres de los manzanilleros que aceptaron que un joven desconocido se llevara la campana, y mucho menos -dada la buena memoria del dictador cubano- se dicen los nombres de los veteranos de la guerra de independencia que lo acompañaron en el tren hasta La Habana, con la campana a cuestas.

Luego, Granma hace el relato de la inexplicable trayectoria que sufre nuestro símbolo patrio, a lo largo de doce días, cuando fue robada por segunda vez de la FEU, pese a estar custodiada, por orden de Fidel.

Si fueron unos gánsteres armados quienes se la robaron de allí, según Granma, ¿por qué a estas alturas no se conocen sus nombres? Y si eran gánsteres, ¿por qué la depositaron en el portal de la vivienda de un general del Ejército Libertador, donde estaba más segura y protegida?

Lo cierto es que la campana volvió a su verdadero lugar de destino y que, en 1968, cuando Fidel Castro ya se había robado todo el archipiélago cubano, se acordó de ella por primera vez.
Entonces le construyó un memorial y un Parque Nacional, para proclamar, el día de su inauguración, que la revolución que instauró su dicadura familiar había comenzado allí precisamente, el 10 de octubre de 1868.

Pero la historia del Memorial es bastante triste. Durante largos años tuvo muy pocas condiciones para recibir al público. Sus instalaciones se fueron deteriorando tanto, que perdieron no solamente el techo, sino sus puertas y ventanas, que protegían objetos históricos.

En el verano de este año, y en ocasión de su 144 aniversario, comenzó a ser restaurado. Yoilán Rivero, inversionista de la obra, informó a Granma que el tiempo había dañado demasiado la instalación.

Se trataba del sitio donde el Padre de la Patria calificó de “carcomido y caduco” el poder español, y dijo que si nos parecía grande, era a consecuencia de que por más de tres siglos lo habíamos contemplado de rodillas.

Lo mismo se podría decir hoy sobre la revolución y la dictadura de la familia Castro; tan carcomida y caduca, como el poder español, y también si nos parece grande es sólo porque, durante más de medio siglo, la hemos contemplado de rodillas?



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El historiador y Reverendo  Marcos Antonio Ramos en su libro La Cuba de Castro y despues...: Entre la historia y la biografia, en su página 157  escribe:

Fidel Castro no fue una de las personas en recibir mayor publicidad  por lo de Cayo Confite. Un incidente que quiz'as utiliz'o para seguir d'andose a conocer tiene relaci'on con una campana. El gobierno de Grau pensaba utilizar en un aniversario del Grito de Yara de 1868 la campana que Carlos Manuel de Céspedes hizo tocar en La Demajagua para anunciar la libertad de sus esclavos y el inicio de la lucha . El ayuntamiento de Manzanillo, sin embargo, no colaboró con los planes del gobierno. Fidel Castro y Lionel Soto, con apoyo de la FEU, se trasladaron a Manzanillo y llevaron la campana para la Universidad de La Habana.

Días después, la campana desapareció. Castro y otros estudiantes convocaron a una concentración en la cual pronunció un discurso acusando al gobierno por el ¨robo¨de la campana, de frustrar la expedición de Cayo Confite y del encubrimiento de los responsables   del asesinato  de Emilio Tró.Según Esquivel, Fidel aprovechó el discurso para criticar firmemente la gestión gubernativa de Grau. ...

1 Comments:

At 12:29 a. m., Anonymous Robert A. Solera said...

Pedro Pablo: Tengo todos los detos del asunto de la Campana de La Demajagua y los publicare en mi proximo libro, Cuba, la Republica de Militares y Estudiantes. No es ni parecido a lo que dicen los "sabios". Tengo las declaraciones de los que rescataron la Campana en la Universidad y se la entregaron al Presidente Ramon Grau San Martin. En periodismo es un no-no decir sin pruebas y hablar por hablar. R. Solera

 

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