viernes, julio 04, 2014

ARTÍCULO Y VIDEO SOBRE LA . PARTICIPACIÓN DE ESPAÑA, CUBA Y OTROS PAÍSES DE AMÉRICA LATINA EN LA INDEPENDENCIA DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA









 *********
 VALORACIÓN DEL FACTOR NORTEAMERICANO DE LA CUBANIDAD. EL CONSEJO DE UN SABIO. CUBA EN LA GUERRA DE INDEPENDENCIA DE EE.UU. UNA HISTORIA OLVIDADA

( Muy breve fragmento de mi ensayo Ecos de Una Extraña Petición, Mención del Concurso Vitral 2000, concurso de la revista del mismo nombre de la Diócesis de Pinar del Río; el premio quedó desierto ...por las bases del concurso de haber recibido el premio se tenía que publicar. Mi ensayo fue escrito sin tener acceso al pequeño pero valioso libro del  muy notable historiador y ser humano Herminio Portell Vilá )

Por Pedro Pablo Arencibia Cardoso


VALORACION DEL FACTOR NORTEAMERICANO DE LA CUBANIDAD. EL CONSEJO DE UN SABIO.

En el citado artículo de Fernando Ortiz se lee una interesante cuantificación del efecto de esas relaciones hacia los cubanos:

¨La vecindad de esta poderosa cultura es uno de los más activos factores de la cultura nuestra; positivos o negativos, pero innegables. No nos ciegue el resquemor que en nosotros ha sido latente por sus invariables egoísmos, por sus frecuentes torpezas, a veces por sus maldades y a menudo por sus desprecios. No es un problema de gratitud, sino de objetividad.¨146

Estas palabras del tercer descubridor de Cuba nos alerta que la cultura cubana no debemos reducirla a los aportes que tributaron los diferentes grupos étnicos inmigrantes que conformaron la población cubana.

Ortiz, abundando sobre el tema de las relaciones añade:

(Fernando Ortiz Fernández. ¨El tercer descubridor de Cuba¨ )

¨Sabemos del vecindaje su historia, sus hábitos, sus petulancias, sus prepotencias, su sequedad fría y desdeñosa, su absorbente imperialismo...Sabemos que esa poderosísima industria sacarífera, que nos domina y es dominada por el anónimo extranjero, a pesar de haber ganado en una sola zafra unas utilidades mayores que el valor de todo el capital invertido en ella, no ha regalado a Cuba ni una modesta fundación benéfica o educativa que testimoniase al pueblo cubano la realidad de algún don espiritual del industrial forastero que se llevó nuestra dulzura. Pese a todo, de ese poderosísimo Niágara de fuerzas que es la civilización norteamericana nos llegan corrientes que nos arrastran pero que nos elevan a la espuma, corrientes que nos llevan lejos, en zozobras, pero sin hundirnos [....] El porvenir estará en aprovechar la corriente pero sin sumergirse en ella¨.147

DOS OBSERVACIONES NECESARIAS

A esas brillantes palabras del sabio cubano deseo hacerle humildemente dos observaciones. La primera no es tan importante como justa: Entre los salarios que se pagaban en Cuba antes de 1959, los ofrecidos por las compañías y propietarios norteamericanos estaban dentro de los más altos que se pagaban en el país; actualmente en Miami y Hialeah sigue esa misma situación: muchos empresarios cubanos ( y latinos en general ) pagan casi siempre a los cubanos, salarios más bajos que los empresarios norteamericanos; dando con ello, un ejemplo bastante precario de solidaridad. La segunda es muy importante: Los Estados Unidos, el país que más inmigrantes ha aceptado y acepta en el mundo (actualmente 26 millones de inmigrantes residen legalmente en los Estados Unidos, que corresponde al 10 porciento de su población; las dos terceras partes de esos inmigrantes llegaron a partir de 1980 )148, ha sido pese a toda esa frialdad y desdeño, el lugar donde generaciones de cubanos en diferentes épocas encontraron lo que en su propia tierra no pudieron encontrar. Estados Unidos fue el lugar del exilio de Varela, Saco, Martí y Juan Manuel Márquez y de muchos otros que en esas tierras encontraron las posibilidades de hacer realidad muchas de sus aspiraciones a fuerza de trabajo y respeto sin abandonar sus raíces y acciones políticas. Raíces que aun en la Madre Patria española les son recordadas, cuando algunas personas llaman peyorativamente al inmigrante hispanoamericano con el apelativo de "Sudaca".

El exilio cubano en los E.U. desempeñó un muy destacado papel en la lucha anticolonialista contra España. En el discurso del 10 de 0ctubre de 1888, en el Masonic Temple expresó:

... Heridos, en la agonía del destierro, tan cerca del hueso que no nos parece que cuelga más que de un hilo la vida , ni nos quejamos, ni bajamos la cabeza, ni abrimos el puño, ni lo volvemos sobre nuestros hermanos que yerran, ni se lo sacaremos de debajo de la barba al enemigo hasta que deje nuestra tierra libre! Nosotros somos el freno del despotismo futuro, y el único contrario eficaz y verdadero del despotismo presente. Lo que a otros se concede, nosotros somos los que lo conseguimos. Nosotros somos espuela, látigo, realidad, vigía, consuelo. Nosotros unimos lo que otros dividen. Nosotros no morimos. ¡ Nosotros somos las reservas de la patria !

Para Martí, irse lejos de la tiranía española no fue nunca una vergüenza. En una carta a Manuel Mercado que aparece en el segundo tomo, página 848, expresó:

Si se tiene un poco de luz en la frente no se puede vivir donde mandan tiranos.

Martí era de la opinión que la tiranía ahuyentaba a los pueblos, mientras que la libertad los atraía.

Existen diferentes criterios con respecto a cual era la naturaleza del exilio cubano en los Estados Unidos teniendo en cuenta el peso que las componentes política y económica tenían en el mismo. Sobre esto quiero decir, que las migraciones económicas permanentes externas se caracterizan (según la literatura especializada, y en particular, el libro Estadísticas de Migraciones Externas y de Turismo, de la Dirección de Demografía del Comité Estatal de Estadísticas de la República de Cuba ) por:

  • Un significativo mayor número de migrantes masculinos, que de migrantes femeninos.
Por lo general en toda las migraciones permanentes, el número de varones es mayor que el de hembras, pero en las migraciones económicas, la diferencia es significativamente mayor.
  • Un mayor número de migrantes entre los 15 y los 45 años de edad.
Este mayor número de migrantes en este grupo etáreo debe contrastarse y está relacionado, con la pirámide poblacional que posea la población de donde emigran.
  • No emigra el núcleo familiar completo, sino individuos aislados que al emigrar tienen en ese momento la intención que después de estar debidamente asentados, traerán al resto del núcleo.

Cuando Cuba era un país de inmigrantes (esto fue hasta principios de la década del 30 del siglo XX) solamente dos grupos de emigrantes españoles inmigraron a Cuba conformando núcleos familiares; uno de ellos fue el grupo canario.

Todo investigador científico debe estudiar un determinado problema, no teniendo en cuenta el punto de vista subjetivo y personal que sobre él tiene, sino teniendo en cuenta lo que dicen las ciencias particulares que abordan o comparten ese problema, o sus aristas, como objeto de estudio.

UNA HISTORIA OLVIDADA PERO NO PROHIBIDA

En otro orden de cosas diré, que en las escuelas norteamericanas no se habla del importante papel que desempeñó Cuba en el apoyo a los independentistas de las Trece Colonias de Norteamérica; apoyo motivado por la posición de enfrentamiento de España en contra de Inglaterra en esa época, pero también motivado por las relaciones comerciales ya existentes entre Cuba y las Trece Colonias. Algunos hechos que fundamentan ese importante papel son:

(General Bernardo de Gálvez y Madrid)

De Cuba, y concretamente de La Habana, salieron los 2000 hombres, pertenecientes fundamentalmente a las milicias de esa localidad, que combatieron y expulsaron entre abril y mayo de 1782 a los británicos de Las Bahamas. De Cuba también partió el general Bernardo de Gálvez al frente de una tropa compuesta por españoles y habaneros que en tres años combatió y derrotó a los ingleses en la Florida Occidental, se apoderó de Fort Butler y de Natchez en el Mississipí y de Mobila y Pensacola en el Golfo para así contribuir a la independencia de los patriotas norteamericanos, y a la vez, recuperar dicha península para la Capitanía General de la isla de Cuba, pues al firmarse la paz exigió, y obtuvo, la Florida Oriental, la cual era española desde el siglo XVI149. Es interesante conocer que Cuba fue el centro para la ayuda exterior a la lucha independentista norteamericana aun desde los tiempos anteriores a que España definiera oficialmente su posición con respecto a esa lucha.

En dichas escuelas tampoco se habla, de la procedencia y lo decisiva que fue la donación patriótica y solidaria de más de un millón de libras tornesas, proveniente de las damas habaneras, con las que se pagó al ejército de Washington antes de la crucial batalla de Yorktown:

(Las Tropas del General Bernardo de Gálvez toman las posiciones de las tropas británicas)

¨... el millón que fue entregado a Saint-Simon por las damas de La Habana para pagar a las tropas, puede ser considerado, en verdad, como el cimiento monetario sobre el cual fue erigido el edificio de la independencia norteamericana.¨150

( Stephen Bonsal, historiador norteamericano)

Eduardo Torres-Cuevas en el capítulo octavo del libro La Colonia. Desde sus inicios hasta 1868, libro escrito recientemente por un colectivo de investigadores del Instituto de Historia de Cuba, plantea:

¨La participación de los criollos fue tan decidida, no solo en lo militar sino también en lo económico, que el agente escogido por el general Navarro para coordinar los socorros en dinero y elementos de guerra a los norteamericanos fue el comerciante habanero Juan Miralles. Las relaciones entre este último y el general Washington fueron tan estrechas que el propio general acudió al entierro de Miralles cuando este murió y ordenó que su ejército le rindiera honores militares.¨151

Para ampliar sobre este personaje cubano, actualmente ignorado en ambos países, puede consultarse la obra Juan Miralles, un habanero amigo de Jorge Washington , publicada en 1947 en La Habana y escrita por Herminio Portell Vilá.

Para valorar más objetivamente la ayuda de los criollos cubanos a los patriotas norteamericanos debemos decir que esta no se ofreció respondiendo solamente al hecho que en esa época España era enemiga de Inglaterra. Existían en esa época relaciones entre Cuba y las Trece Colonias que no pueden obviarse a la hora de hacer un análisis exhaustivo de las razones que motivaron esa ayuda, la cual se dio pese a la manipulación española de la información que sobre esa lucha se daba en Cuba. Foner escribe:

¨El gobierno colonial español, justamente aprensivo de la influencia de la nueva república sobre sus propias posesiones americanas, procuraba por todos los medios, aún después de haber entrado en la guerra contra Inglaterra, describir la lucha del pueblo norteamericano por su independencia como la lucha de unos pocos individuos ambiciosos y codiciosos por lograr ventajas personales, en lo económico y en lo político. Pero esta propaganda no podía ocultar al pueblo cubano el hecho de que trece colonias, carentes de grandes riquezas y recursos, habían desafiado con éxito a la nación más poderosa del mundo. Al terminar el año 1783, a pesar de la censura española sobre las noticias, el pueblo cubano supo que la nueva nación situada al norte había alcanzado a su independencia.¨152

LA HISTORIA DE UNA GUERRA CONTADA CON LA PERSPECTIVA DEL COWBOY HOLLYWOODENSE

Cuando se estudia la Guerra Cubano-Hispano-Norteamericana en las escuelas estadounidenses, se le llama Guerra Hispano-Norteamericana y no se habla de la participación cubana en esa guerra ni las condiciones en las que se encontraba en ese momento la guerra entre Cuba y España; y mucho menos se dice, que las fuerzas que tuvieron que enfrentar los cubanos contra España durante las tres guerras fueron muy superiores a las fuerzas que tuvieron que enfrentar los libertadores norteamericanos contra Inglaterra o las que tuvieron que enfrentar los ejércitos de Bolivar contra sus enemigos, pues de esa correlación de fuerzas* no se habla tampoco en las escuelas latinoamericanas. Según el historiador Arturo Amblard, en su libro Notas Coloniales, en 1897 durante la Guerra de Independencia de 1895 las fuerzas españolas ascendían a más de 200 000 soldados y más de 85 000 voluntarios.153

No se habla de los disparates tácticos y estratégicos que se cometieron en la batalla de la Loma de San Juan y El Caney, que trajeron como consecuencia un número elevado de innecesarias bajas norteamericanas por no seguir los consejos de los avezados militares del Ejército Libertador. En total en los diferentes escenarios internacionales de esa guerra murieron en batalla 385 militares del ejército norteamericanos (2 061 por otras causas ) y un porciento alto de esas bajas en batalla corresponde a las batallas de El Caney y de San Juan.


(El Coronel Teodoro Roosevelt, al centro y sin sombrero, junto al regimiento de Rough Riders en la cima de la Loma de San Juan en julio de 1898 después que dirigió y encabezó la carga que finalmente la tomó)


No se habla en general de los miles de hispanos que combatieron en la Guerra de Secesión, entre ellos el cubano Cavada por mencionar solamente a uno, ni del alto número de hispanos que han recibido elevadas condecoraciones militares en las diferentes guerras en las que ha participado el país. Pero tampoco he conocido que se haya expulsado definitivamente de un centro educacional a profesores por haber expuesto todos los hechos históricos anteriormente señalados.

NECESIDAD DE UNA VALORACION OBJETIVA DE LAS RELACIONES CUBA-EU

Ser históricamente objetivos con respecto a las relaciones bilaterales Cuba-Estados Unidos es muy importante:

¿ Cómo se explicaría, sin sonrojos, el que mañana se entablen relaciones con el gobierno norteamericano y se soliciten o admitan préstamos estadounidense ? ¿ Cómo entablar relaciones con un gobierno que invariablemente y durante doscientos años ha querido apoderarse de Cuba ? ¿ Tendrá credibilidad, el plantear, que nuestra actitud heroica de todos estos años le ha cambiado a ese inmenso y poderoso país su esencia imperialista de saqueador de la plusvalía obrera, que durante tanto tiempo le ha sido asignado ?. Con un vecino que vive al lado de su casa, que siempre ha querido apropiarse de su casa y de su mujer y por lo cual se han producido fuertes enfrentamientos: ¿Usted se haría amigo de él y le pediría o admitiría que le prestara dinero y visitara su casa?¿ No sería más fácil admitir que en esa casa vecina han vivido diferentes familias con diferentes intereses y comportamientos y que esos intereses han variado aun dentro de una determinada familia; aunque, admitamos que nunca han sido vecinos desinteresados por nuestros destinos?

 *******
Nota del Bloguista de Baracutey Cubano
Published on May 25, 2014 por Jesús  Angulo, quien dirige el programa del Canal 17 , WRLN,  del que fue grabado este video. El  invitado fue el Dr. Frank de Varona, historiador, maestro, escritor y ex brigadista de la Brigada 2506. que luchó en Bahía de Cochinos en abril de 1961.

Comentario escrito por Jesús Angulo
El padre de la patria norteamericana su Primer Presidente, el General Washington, reconoció como fundamentales a los hispanos en la lucha por la Independencia de Estados Unidos.
¿Por qué sus palabras han sido ignoradas en los centros de enseñanza en este país?


Dr. Frank de Varona
Washington y la verdad sobre quienes ayudaron a la Independencia de USA




*****

 Nota de Pedro Pablo Arencibia, el bloguista de Baracutey Cubano

Muy interesante el artículo  de Diego Trinidad en cuanto a que fue en calidad de préstamo  y que no fueron las damas  las  que recaudaron las  1 200 000 libras tornesas  para ayudar a pagar las tropas de George Washington (400 000 libras)  y las de Francia (800 000).Ayuda que fue crucial  ya que habían  tropas de Washington que estaban desertando; George Washington tuvo hasta que fusilar para detener  esas deserciones provocadas por diferentes causas; entre las que se encontraba,  con gran peso,  la preocupación por el sustento de los familiares que dejaron atrás.

No  estoy de acuerdo en que Diego Trinidad haya reducido la ayuda de España, Cuba y otras colonias españolas a ese dinero. La ayuda fue mucho más que eso, tanto económicamente como  en combatientes que lucharon en contra de los ¨casacas rojas¨ e indios que luchaban a favor de Inglaterra. En el libro de Herminio Portell Vilá, libro que seguramente Diego Trinidad ha leido, aparece en detalles esa ayuda, incluyendo la ayuda personal de individuos como Juan de Miralles y otros que los llevaron casi a la ruina económica, pues  no les fueron pagados, por ejemplo,  las reparaciones de barcos en los astilleros de La Habana que se hicieron a crédito de sus fortunas.

 Sobre el surgimiento de la  nacionalidad cubana, Diego Trinidad  comparte el mismo punto de vista que el historiador cubano  Torres Cuevas, residente entre Cuba y Francia, que es el historiador oficialista cubano que más ha abordado el tema  sobre el surgimiento de la nacionalidad cubana.  Pero Diego Trinidad  se va al otro extremo ya que en esa época los criollos  se sentían más habaneros, matanceros, vueltabajeros, etc. que españoles y tenían significativas relaciones comerciales con las Trece Colonias, antes y después de la toma de La Habana por los Ingleses,  pese a la prohibición de la Metrópoli española. No olvidemos tampoco que no son pocos los  españoles que  aún hoy,  se sienten gallegos, catalanes, vascos, etc.
 ***********


LOS MITOS EN LA HISTORIA DE CUBA: LA CONTRIBUCIÓN DE LAS “DAMAS DE LA HABANA” AL TRIUNFO DE LAS COLONIAS AMERICANAS EN LA GUERRA DE INDEPENDENCIA CONTRA INGLATERRA

Por Diego Trinidad, Ph. D.
july 7, 2014 

Los cubanos tenemos muchas virtudes—y casi tantos defectos. Basta leer “El Profeta”, del gran historiador y escritor cubano, el fallecido Luis Aguilar León, para conocerlos bien. Entre los grandes defectos está el vasto desconocimiento de su historia. A los cubanos, generalmente no les gusta mucho ni escuchar (prefieren escucharse a ellos mismos hablar interminablemente), ni mucho menos leer. Pero eso sí, les encanta creer en los mitos históricos que los hacen lucir y sentir bien. Es casi imposible esclarecer la verdad histórica enfrentando esta manera de ser. Pero como la obligación del historiador—en contra de la opinión de muchos miembros de la Academia de la Historia de Cuba—es la búsqueda de la verdad, consideremos uno de los mitos favoritos de los cubanos: la contribución “crucial” de las “Damas de La Habana” a la victoria de las colonias americanas en su guerra de independencia contra Inglaterra.

Este gran mito (algunos escritores cubanos, en su insaciable hipérbole, han llegado hasta escribir que gracias a Cuba, los americanos ganaron su guerra de independencia—típico ejemplo de lo que el citado Luis Aguilar León llamó, “el ombliguismo” de Cuba, o sea, considerar a Cuba el punto central o más importante del planeta, una soberana tontería. Y Martí, según Aguilar en su libro Reflexiones sobre Cuba y su Futuro [2003, p. 48] llegó a escribir que “la independencia de Cuba iba a salvar a la América Latina, contener la expansión de los Estados Unidos y restablecer el equilibrio del mundo”), lleva muchos años considerado como la verdad histórica entre muchos cubanos, incluyendo varios miembros de la Academia, convencidos contra la evidencia documental, en la verdad de la ayuda decisiva de las “Damas de La Habana” a las fuerzas del General George Washington durante la decisiva Batalla de Yorktown, que puso final a la Revolución Americana.

Para mi sorpresa, hasta el excelente escritor Vicente Echerri, mencionó este mito en un reciente artículo, “El Odioso Sueño de la Razón”, publicado en El Nuevo Herald, el pasado jueves 14 de julio. Algunos miembros de la Academia me han insistido sobre la veracidad de este mito, por mucho que he tratado de convencerlos de su equivocación.

JOAMBAPTISTECONDEDEROCHAMBEAU Los hechos son los siguientes. En octubre de 1781, un ejército combinado de 12000 tropas americanas al mando de Washington y 7000 soldados franceses al mando del Mariscal Jean-Baptiste Donatien, Conde de Rochambeau, (dibujo a la izquierda) avanzaban contra el atrincherado ejército inglés comandado por el General Lord Charles Cornwallis en Yorktown, Virginia. Rochambeau pidió la ayuda de la flota francesa bajo el mando del Almirante Conde Francois Joseph Paul de Grasse, que se encontraba anclada en Port Francoise, en la entonces colonia francesa de Saint Domingue (Haití). La flota francesa, pedía Rochambeau, debía urgentemente zarpar hacia la Bahía de Chesapeake para evitar que el ejército de Cornwallis fuera evacuado de Yorktown por barcos ingleses.

Además, y aquí entra la base del mito, Rochambeau solicitaba ayuda financiera para pagar a sus tropas y a las de Washington.

De Grasse, que era un hombre riquísimo, carecía de los fondos necesarios (recuérdese que en aquellos tiempos no habían bancos disponibles para prestar dinero de emergencia). De manera que los solicitó, a manera de préstamo garantizado por sus plantaciones en Saint Domingue y Francia, al Capitán General de Cuba en La Habana, Juan Manuel de Cajigas y Monserrat. Pero el “Sitiado”, el dinero que Cuba recibía desde México para pagar por el gobierno de la isla todos los meses, no había llegado. Cajigas apeló al gobernador de Luisiana, Bernardo de Gálvez (posesión española entonces), quien controlaba las finanzas de las colonias españolas en Luisiana, Florida y el Caribe, y quien había sido autorizado por el rey español Carlos III para proporcionar ayuda económica a las colonias americanas desde casi el principio de la rebelión para proveer los fondos, pero como el tiempo apremiaba, Gálvez autorizó a que se organizara una colecta entre personas de medios en La Habana para recaudar fondos a manera de un préstamo (contra el Sitiado y con los avales del Conde de Grasse). Se recaudaron—en solo seis horas—1,200,000 libras francesas, en gran parte con la contribución de joyas donadas por las “Damas de La Habana”. El dinero fue colectado en Matanzas por De Grasse (días después, otros 100,000 pesos fueron recogidos en La Habana), quien procedió hacia la Bahía de Chesapeake a bloquear a Cornwallis y a entregar el dinero a Rochambeau y Washington para pagar las tropas asediando a Yorktown. Todo lo descrito sucedió y está ampliamente documentado (ver Charles Lee Lewis, Admiral De Grasse and the American Indepence [1945]; Eduardo J. Tejera, La Ayuda Cubana a la Lucha por la Independencia Norteamericana [1972]; y Loliannette Emmanuelli, Spanish Diplomatic Policy and Contribution to the United States Independence [1990]). Todo, excepto la donación de las joyas de las “Damas de La Habana”. Ese es el mito.

¿Cómo se recaudó el préstamo (pues eso es lo que fue, y no una donación)? Con la contribución de 28 ciudadanos ricos habaneros. Entre esos 28 personajes había solamente una mujer, Doña Bárbara Santa Cruz, Marquesa de Cárdenas. En cuanto el Sitiado llegó de México se le devolvió el dinero prestado a todos los 28 prestamistas—con interés (ver Jonathan R. Dull, The French Navy and American Independence: A Study of Arms and Diplomacy [1975]; y especialmente Thomas A. Chávez, Spain and the Independence of the United States: An Intrinsic Gift [2002]. Pero ¿por qué creer esta versión y no la anterior? Porque Chávez es el único que ofrece pruebas documentales, incluyendo la lista de los 28 contribuyentes con nombres y apellidos, lista que encontró en los Archivos Españoles en Madrid. Además de esa “pequeñez” hay otras importantes razones. Primero, en 1781, no existían “Damas de La Habana”. No existían siquiera los cubanos. Todos los residentes de La Habana y de Cuba entera eran españoles, incluyendo los nacidos en Cuba que eran identificados como “criollos”. Esto no es solo cuestión de semántica, de si las “Damas” eran cubanas o no (el concepto de “cubanía” no surgió por casi 75 años mas), sino que es cuestión de que simplemente no hay un ápice de evidencia documental que demuestre que ningún grupo de mujeres residentes en La Habana en aquel momento contribuyeron sus joyas para ayudar a Washington y a Rochambeau en Yorktown (solo una, la Marquesa de Cárdenas, prestó algún dinero). Segundo, aunque el préstamo (que por cierto, de acuerdo con Dull y Chávez fue de 500,000 pesos plata españoles y no de 1,200,000 libras francesas, lo cual tiene sentido ya que el dinero se recaudó en La Habana, colonia española, no francesa) fue una importante contribución a la victoria americana/francesa en Yorktown, las tropas aliadas ya tenían asediado a Yorktown, y lo hubieran tomado con la ayuda económica de La Habana o sin ella. El ejército americano de George Washington básicamente peleó durante toda la Guerra de Independencia sin cobrar, y cuando cobraban, eran pagados con dinero sin valor emitido por el Congreso Continental en Filadelfia. Los soldados y marinos franceses, por supuesto hubieran peleado por obligación y por obedecer a sus líderes, pagados o no. La importancia que realmente tuvo el préstamo fue que con parte del dinero se adquirieron suministros y pertrechos para llevar a Yorktown a las tropas aliadas.

Recordemos también, adicionalmente, el factor de las demoras en las comunicaciones en aquellos tiempos. Rochambeau solicita urgentemente a de Grasse ayuda económica (mucho más importante fue la ayuda naval para bloquear la Bahía de Chesapeake). ¿Cómo? Pues tiene que haber enviado el barco más rápido posible a su disposición a Saint Domingue. Por lo menos eso tomó una semana. De Grasse pide ayuda a Cajigas en La Habana. Otra semana. Cajigas apela a Gálvez en New Orleans. Dos semanas más ida y vuelta. Se recauda el préstamo en La Habana, de Grasse colecta el dinero en Matanzas y lo lleva a Virginia.

Dos semanas más. Han transcurrido ya al menos seis semanas. Si la ayuda económica y naval solicitada tan urgentemente a de Grasse era tan crucial ¿cómo se pudo esperar seis semanas por ella para ganar la batalla de Yorktown? Claramente esto no es concebible; por consiguiente, esta ayuda no pudo haber sido tan esencial. Y por supuesto, para terminar, la contribución cubana—o más propiamente, española—a la independencia de las colonias americanas, no se puede bajo ninguna circunstancia describir ni como decisiva ni crucial. Fue solo un factor.

La guerra, con la entrada de Francia años antes (España no contribuyó militarmente), probablemente se hubiera ganado de todas maneras, ya que para Inglaterra era muy difícil—por las enormes distancias—seguir enviando tropas a Norte América, para no mencionar la gran oposición a la guerra en el Parlamento en Londres (el gran Edmund Burke, el ex primer ministro William Pitt, y el líder del partido Whig y brevemente ex ministro de relaciones exteriores Charles James Fox, entre otros). España también llevaba años contribuyendo con ayuda económica a los americanos, otro factor para asegurar la victoria eventual de Washington. Los que creen en los hechos y no en los mitos, deben aceptar esta versión, que es la verdadera historia. Y los que quieran examinar los hechos pueden encontrar una excelente descripción de lo sucedido, con toda la documentación, en el website:

www.xenophongroup.com/mcjoynt/spain01.htm..  Pero en verdad tengo poca confianza que convenceré a muchos miembros de la Academia.


Como dije al principio, los cubanos prefieren los mitos buenos a la verdad histórica.