Encabezamiento de Carlos Alberto Montaner a su post.
El New
York Times ha estimulado un gran debate sobre la política que debe
desarrollar Estados Unidos con relación a Cuba. Lo que sigue es lo que
acabo de publicar. Incluyo las versiones en inglés y español.
Cuba No Merece Relaciones Diplomáticas con EE.UU.
Por Carlos Alberto Montaner
12 octubre de 2014
Estados Unidos no debe normalizar las relaciones diplomáticas con Cuba por varias razones.
Primero, el gobierno cubano ha sido oficialmente declarado “terrorista” por el Departamento de Estado. Es inconcebible oponerse a los terroristas en el Medio Oriente y tratarlos normalmente en tu propio vecindario.
También existe un consenso en Washington. Los tres senadores y los cuatro congresistas cubano-americanos, demócratas y republicanos, coinciden en mantener las sanciones. Son los mejores intérpretes del criterio de los casi tres millones de cubanos y descendientes de cubanos radicados en Estados Unidos.
Cuba se dedica sistemáticamente a perjudicar los intereses Americanos. Es aliada de Irán, Corea del Norte – país al que le suministra pertrechos de guerra – Rusia, Siria, de los terroristas colombianos de las FARC, de la Venezuela de Chávez y Maduro. El F.B.I. advirtió recientemente que la inteligencia cubana intenta reclutar personas del mundo académico como agentes de influencia. Ya las tuvo infiltradas en el Pentágono y en el Departamento de Estado y hoy están presas.
Cuba es una dictadura que viola los derechos humanos y no presenta la menor intención de rectificar. Los pequeños cambios económicos que ha efectuado tienen como objeto fortalecer al régimen. ¿Por qué premiar ese comportamiento? Durante todo el siglo XX (con razón) se le reprochaba a Estados Unidos que mantuviera relaciones con dictaduras de derecha. Por primera vez EE.UU. tiene una posición moralmente coherente en América Latina y no debe sacrificarla.
Normalizar las relaciones ahora sería un mazazo cruel contra los demócratas y disidentes cubanos que ven a Estados Unidos como el único aliado fiable del mundo. Sería la prueba que necesitan los estalinistas del gobierno cubano para demostrar que no tienen que hacer ningún cambio político para ser aceptados. La reconciliación sin cambios sustanciales es también un durísimo golpe a los reformistas del gobierno cubano que están presionando en la dirección de la apertura democrática.
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Cuba Doesn’t Deserve Normal Diplomatic Relations
The United States should not normalize diplomatic relations with Cuba for several reasons.
First, the Cuban government has been officially declared “a state sponsor of terrorism” by the State Department. It’s inconceivable to oppose the terrorists in the Middle East while treating them normally in the United States’ neighborhood.
There’s also a bipartisan consensus in Washington against the Castro regime. All three Cuban-American senators and four Cuban-American representatives, Democrats and Republican, agree that sanctions should be maintained. They are the best interpreters of the opinion of the almost three million Cubans and descendants of Cubans living in the United States.
Cuba systematically engages in undermining the interests of the United States. It is an ally of Iran, North Korea (to whom it furnishes war matériel), Russia, Syria, the FARC terrorists in Colombia and Venezuela. The F.B.I. recently warned that Cuban intelligence is trying to recruit people in the academic world as agents of influence. It once infiltrated them into the Pentagon and the State Department; today, they are in prison.
The Cuba dictatorship continues to violate human rights and shows no intention to make amends. The small economic changes it has made are directed at strengthening the regime. Why reward that behavior? During the entire 20th century, the U.S. was (rightfully) reproached for maintaining normal relations with right-wing dictatorships. For the first time, the U.S. maintains a morally consistent position in Latin America and should not sacrifice it.
A reversal of policy would be a cruel blow against the Cuban democrats and dissidents who view the United States as their only dependable ally in the world. Normalizing relations would be the proof needed by the Stalinists in the Cuban government to demonstrate that they don’t have to make any political changes to be accepted. Not to mention a premature reconciliation without substantial changes would also be a harsh blow to the reformists in the Cuban government who are pressuring toward a democratic opening.
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¿Tiempo de acabar con el embargo?
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