«Nuestra desconfianza está fundada en 56 años de dictadura»
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Los opositores y líderes de la sociedad civil Iván Hernández Carrillo, Eduardo Cardet, Antonio G. Rodiles, Berta Soler, Manuel Cuesta Morúa, Félix Navarro, Leonardo Calvo, Guillermo Fariñas, José Daniel Ferrer y los asistentes al Espacio Abierto, opinan sobre el acuerdo Obama-Castro y sus consecuencias.
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Líderes de la disidencia interna y de proyectos independientes
consultados por DIARIO DE CUBA valoran el acuerdo anunciado por la
Administración de Barack Obama y el régimen de Raúl Castro.
1-¿Cuál es su opinión sobre el anuncio de restablecimiento de
relaciones entre Washington y La Habana y las medidas que prepara la
Casa Blanca?
2-¿Cómo cree que se comportará el gobierno de Raúl Castro en esta nueva coyuntura?
3-¿Cómo se posicionará su organización en este contexto?
Iván Hernández Carrillo, secretario general de la
Confederación de Trabajadores Independientes de Cuba, exprisionero del
Grupo de los 75:
En cuanto al restablecimiento de relaciones diplomáticas,
consideramos que debemos mantener una posición de discreción.
Corresponde al Gobierno de Estados Unidos decidir con qué países
mantiene relaciones diplomáticas y eso lo respetamos.
No obstante, Washington debió haber valorado las características de
este régimen, que es antidemocrático, abusivo y viola los derechos
humanos.
En cuanto a las demás medidas, creo que Obama se ha apresurado, ha dado más de lo que ha recibido.
La liberación de 53 presos políticos no implica que el régimen tenga
intenciones de acabar con su práctica de enviar opositores a prisión (…)
Según todo parece indicar, lo que hará es continuar con los
encarcelamientos para luego utilizar a los disidentes presos como moneda
de cambio.
A corto y mediano plazo no vemos posible evolución positiva en el
régimen de Raúl Castro. Creemos que va a continuar su línea
antidemocrática, sus violaciones de derechos humanos, mientras obtiene
beneficios dando poco a cambio. Consideramos que de inmediato no vamos a
conseguir nada en materia de mejoría de derechos y libertades en Cuba.
Para enero próximo estaban previstas negociaciones con la Unión
Europea. Al Gobierno cubano le dio una pataleta y las suspendió cuando
los temas que se iban a tratar estaban precisamente relacionados con
derechos humanos. No parece que haya una voluntad política de La Habana
para que estas cosas mejoren.
Si esto no es una tomadura de pelo del Gobierno, creemos que debemos
aprovechar los eventuales posibilidades que dé el restablecimiento de
relaciones para canalizar nuestra inquietudes e intentar que mejore la
situación de las organizaciones sindicales independientes frente al
régimen, que dejen de ser reprimidas y que sea liberado el único
sindicalista independiente en prisión, Jorge Ramírez Calderón.
Esperamos que se respeten nuestras posiciones como organizaciones que defendemos los derechos de los trabajadores cubanos.
Eduardo Cardet, coordinador nacional del Movimiento Cristiano Liberación (MCL):
Todo este proceso de negociaciones que ha llevado Obama con Raúl
Castro como es costumbre ha sido en silencio y a espaldas de nuestro
pueblo. No tenemos una información clara de lo que se está manejando ni
sabemos el alcance de lo negociado, pero estamos convencidos de que
servirá de muy poco si no se restablece una democracia real en nuestro
país, si no se respetan los derechos humanos, si se sigue reprimiendo y
persiguiendo a la disidencia política, si se sigue sustrayendo la
posibilidad de que el pueblo, con su esfuerzo, pueda construir un
bienestar común.
Nosotros seguiremos luchando para que en nuestra patria los derechos
sean plenamente respetados, la diversidad política se reconozca y todos
podamos trabajar en un ambiente en el cual podamos determinar los
cambios que necesitamos y queremos.
No guardamos ninguna esperanza de que, por el hecho de tener
relaciones diplomáticas el régimen de Cuba con Estados Unidos, se vayan a
resolver las dificultades que tenemos porque la falta de relaciones no
es la causa. La causa de nuestros males radica en la existencia de un
régimen totalitario que dura ya casi 56 años, que nos ha inhabilitado y
nos ha quitado la posibilidad de construir un país mejor para todos.
Es difícil tener una expectativa positiva del régimen de Raúl Castro.
Solo esperamos que Obama sea coherente con los principios democráticos
de Estados Unidos y que esto no se convierta en una validación más del
régimen actual por parte de otra nación; que haya exigencias y que se le
arranque algún compromiso puntual al Gobierno.
Nuestra desconfianza está fundada en 56 años de dictadura, de la
imposibilidad de ejercer nuestros derechos como ciudadanos. Lo único que
hemos recibido son imposiciones y transformaciones que solo persiguen
en el apuntalamiento del régimen para su permanencia en el poder.
El MCL va a continuar trabajando. Vamos a seguir defendiendo el
derecho que tenemos como ciudadanos a ser tomados en cuenta y a que se
nos consulte mediante un referéndum en el que podamos decidir cuáles son
los cambios que necesitamos.
Por ejemplo, al pueblo de Cuba nunca se le ha consultado si quiere
elecciones libres y plurales; nosotros estamos exigiendo esa consulta
porque situaría a nuestro pueblo en el lugar que le corresponde.
Antonio Rodiles, director de Estado de Sats y responsable de la Campaña por Otra Cuba:
Ha sido un error no tener una consulta con varios sectores de la
sociedad cubana y del exilio y tener estos contactos de forma secreta
con el régimen de La Habana. Creo que ha sido un mal inicio.
No obstante, me parece que si la Administración Obama quisiera dar
muestras de que tiene un posicionamiento firme, como ha repetido mil
veces, con la promoción de la democracia y los derechos humanos, está a
tiempo de dar un golpe de timón y pedir un compromiso del régimen en
derechos humanos.
Un punto que puede jugar un papel clave es exigir al régimen que
ratifique e implemente los pactos de derechos civiles y políticos,
económicos, sociales y culturales que firmó en la ONU, como busca la
Campaña por Otra Cuba. Eso ya lo ha planteado la Unión Europea (UE) al
régimen y podría llegar a ser parte del acuerdo bilateral con La Habana.
La Administración Obama debería poner esto como precondición. Darle
al régimen sin exigir nada a cambio me parece un error garrafal.
El Gobierno tiene muy claro que el castrismo está muriendo y,
evidentemente, está tratando de construir un autoritarismo neocastrista.
Por supuesto, va a salir a buscar las mayores ventajas para mantener
ese férreo control sobre la sociedad cubana y continuar concentrando
todo el poder político y económico.
Creo que esa es la jugada que tienen en mente los miembros del
régimen. Ellos saben que van a tener que cambiar muchas cosas, ese
castrismo rancio que han tenido hasta el momento es insostenible, y
darán pasos para tratar de mostrar otro rostro y sobrevivir.
Definitivamente, esa no es la salida que queremos para Cuba. No
queremos un autoritarismo capital, queremos una verdadera democracia.
Mostraremos firmemente nuestra posición, aunque no solos. Estos son
momentos en los que hay que unirse con otros grupos y mostrar la
posición de un sector amplio. El exilio tiene que ser parte de todo este
proceso.
Berta Soler, líder de las Damas de Blanco:
Las medidas del presidente Obama son para el Gobierno, no para Cuba.
Se ha equivocado si piensa que restablecer relaciones va a favorecer al
pueblo de la Isla. Aquí habrá cambios cuando se respeten los derechos
humanos y no existan los Castro.
Estas medidas van a permitir al Gobierno cubano fortalecer, equipar
su maquinaria represiva contra el pueblo cubano, contra la sociedad
civil. Sabemos que conseguir la libertad depende de nosotros los
cubanos, pero queremos contar con el apoyo moral de los gobiernos.
En estos momentos nos sentimos desprotegidos, pero con apoyo o sin él
lo importante es mantenernos en nuestra lucha, buscando la libertad del
pueblo de Cuba.
Hasta este momento, hemos sido hombres y mujeres golpeados y
encarcelados. Ahora creemos que pueden aparecer activistas muertos en
las cunetas.
Tras el anuncio de Obama y Raúl Castro, el Gobierno cubano se está
riendo de la sociedad civil y más de personas como nosotras, las Damas
de Blanco, que hemos pedido que se mantenga el embargo e incluso que se
recrudezca. Estamos recibiendo llamadas de burla de la Seguridad del
Estado.
De todas formas, no nos importa. Lo único importante es que Cuba para cambiar depende de nosotros y vamos a continuar.
Le vamos a demostrar al presidente Obama y también al papa Francisco,
que Raúl Castro no va a cambiar. Vamos a salir a las calles a ejercer
nuestros derechos y seremos como siempre mujeres golpeadas y llevadas a
calabozos.
Raúl Castro no tiene voluntad de cambiar para nada su posición
política. Lo que va a aumentar en Cuba son las golpizas y el
encarcelamiento de activistas.
Manuel Cuesta Morúa, líder del Arco Progresista y el proyecto Nuevo País, y promotor de Consenso Constitucional:
Son medidas difíciles de asimilar en un nivel emocional, sobre todo
por parte de la comunidad de cubanos que, tanto dentro como fuera del
país, durante muchos años han venido luchando, han hecho sacrificios.
Muchos tienen en su memoria los momentos dolorosos de enfrentar a un
régimen tan duro, tan cruel como el cubano. Pero, al mismo tiempo, son
medidas que, en un nivel político, mueven el escenario para favorecer la
democratización de Cuba; de alguna manera, le ponen fin a la fase épica
de la lucha y la resistencia contra el castrismo y abren la fase
política para que las estrategias que por años hemos intentado adelantar
puedan tener mejores condiciones.
Estas mejores condiciones, en mi opinión, son tres. Primero, se puede
utilizar más la solidaridad global para favorecer nuestras estrategias
en materia de recursos, de contactos, de relaciones. Segundo, es posible
destruir para siempre la narrativa del régimen, que siempre nos ha
acusado a nosotros, los disidentes, de trabajar a favor de potencias
extranjeras, sobre todo de EEUU. Tercero, pero no último, nuestro
contacto con los cubanos al interior del país puede ser menos envenenado
porque ahora los ciudadanos, que son los que dan legitimidad a
cualquier apuesta y propuesta política, están en mejores condiciones de
participar, de interactuar con nosotros.
El gobierno de Raúl Castro debe haber ido pensando durante los 18
meses que dicen han durado las negociaciones, tratando de definir una
mejor estrategia para lidiar con la oposición, con las circunstancias
dentro de Cuba. Pero lo va a tener bastante difícil para manejar el
nuevo enfoque que la comunidad internacional va a potenciar en relación
con Cuba, sobre todo aquellos que están interesados en la
democratización.
Primero, ya no va a poder seguir apelando a la figura retórica y
política del enemigo para justificar la represión. Segundo, si bien ha
celebrado una especie de victoria política, esta solo tiene sentido como
victoria épica, como último capítulo en su guerra contra Estados
Unidos.
Le va a ser muy difícil manejar las propuestas para mejorar la
conectividad de Cuba, para abrir la economía. No va a poder seguir
justificando el fracaso económico en las políticas de hostilidad de
EEUU, y va a tener que abrir mucho más el campo de las reformas
internas.
Al mismo tiempo, va a tener que cambiar sus tácticas de represión
contra la disidencia porque la conexión contra la disidencia y la
ciudadanía se va a acelerar.
Ya tenemos ejemplos de ciudadanos que comienzan, no a felicitar al
régimen por esta normalización, sino a la disidencia, a los activistas
de derechos humanos.
Para el Gobierno será difícil manejar su derrota simbólica frente a
los ciudadanos. En internet han aparecido fotos de personas que en sus
casas, al lado de la bandera cubana, han puesto una estadounidense, y
esto es una derrota simbólica para el régimen.
Creo que para el gobierno de Raúl Castro se impone, más que una
estrategia represiva frente a la comunidad prodemocrática cubana, pensar
en una estrategia política. Va a tener que empezar a lidiar con los
cubanos desde el punto de vista estrictamente político, y va a tener
serias dificultades para prevalecer a mediano y largo plazo en el modelo
totalitario que en este momento trata de oxigenar y reflotar.
Los proyectos independientes estamos posicionándonos en el nuevo
contexto con la potenciación de nuestras estrategias de cambio
democrático, que justamente deben ser más exitosas en un escenario como
el que se comienza a dibujar.
Nosotros tenemos estrategias que puntualizan más el proceso que el
acontecimiento del cambio político. Desde ya estamos y vamos a seguir
empujando una estrategia de cambio en la cual la participación y el
empoderamiento de la ciudadanía desde el punto de vista político será
fundamental, y un escenario de distensión que es inevitable que se
empiece a fortalecer a mediano plazo pues favorece nuestra visión de que
sean los ciudadanos los que, desde abajo, comiencen a promover el
cambio democrático.
Eso estamos haciendo fundamentalmente desde Consenso Constitucional, a
través del cual los ciudadanos se reúnen en casas, proponen cambios
legales para dar a sus derechos seguridad jurídica y estabilidad y, al
mismo tiempo, se recogen firmas para un cambio en las leyes, porque todo
lo que pueda acontecer en el mediano plazo tiene que tener garantía de
seguridad jurídica desde la Constitución y desde las leyes.
Creo que ahora estamos en mejores condiciones para potenciar una
estrategia de cambio y reforma constitucional, y de movilizarnos hacia
una constituyente.
Félix Navarro Rodríguez, miembro del Partido por la
Democracia Pedro Luis Boitel, excoordinador general de la UNPACU,
exprisionero del Grupo de los 75:
Fueron conversaciones a espaldas de todos los factores de la sociedad
civil cubana, de implicados dentro y fuera de la Isla, que somos los
principales protagonistas del caso cubano y a quienes por nuestra
responsabilidad y nuestra conciencia nos corresponden los cambios.
Consideramos que no era el momento apropiado para que estas cosas
ocurrieran. Nunca creímos que se obviarían los criterios de los
diferentes miembros de sociedad civil que fueron convocados en momentos
determinados. Siempre dijimos que cualquier tipo de cambio debía ser
consultado con la sociedad civil cubana, pero esto no ocurrió.
Creemos que esto ha sido un gran espaldarazo del presidente Barack
Obama a la tiranía de los hermanos Castro en un momento en el cual
continúa la represión a una escala bien alta, en el que los derechos y
las libertades civiles de este pueblo están totalmente conculcados y el
que no se vislumbra la más mínima mejora.
En este momento hay personas eufóricas, no porque hayan liberado a
los espías y a Alan Gross, sino porque consideran que habrá un cambio en
la nación. Sin embargo, continúa el gobierno de una familia que está
desde 1959 en el poder y sabemos que prepara la sucesión dinástica.
En las cárceles hay alrededor de un centenar de presos políticos. Se
ha anunciado que, como parte del acuerdo con EEUU, serán liberados 53
prisioneros políticos, pero hasta ahora desconocemos el nombre de
algunos de ellos.
No ha habido ningún cambio para el cubano, las dificultades que ayer
afrontábamos continúan hoy. Además no vemos un panorama en el cual se
tomen en cuenta las demandas de la oposición.
El régimen reaccionará de la misma forma que ha hecho siempre, con
más represión, más encarcelamientos, más confiscaciones de bienes y
servicios para este pueblo.
En los días del anuncio, una lancha con 32 personas que abandonaban
la Isla hacia EEUU por la zona de Matanzas fue embestida aproximadamente
a 21 millas de la costa por guardafronteras cubanos. La embarcación
quedó partida en dos y hay un ciudadano desaparecido. Esto demuestra la
naturaleza violenta del régimen que a toda costa quiere seguir sembrando
el terror entre las familias.
Algunos de los sobrevivientes dieron declaraciones sobre lo
acontecido a medios extranjeros e inmediatamente las autoridades cubanas
los amenazaron. Ahora no responden a los teléfonos o se niegan a dar su
testimonio.
Desaprobamos totalmente las posibilidades que le ha dado el gobierno
de Barack Obama al tiránico gobierno de los hermanos Castro, pero
tenemos que adaptarnos al nuevo escenario.
Seguimos batallando. Si ayer, sin un acuerdo entre los gobiernos,
habíamos avanzado, habíamos crecido y dado el paso en busca de la
libertad de Cuba, ahora avanzaremos mucho más, porque estamos más
cohesionados, tenemos más clara cuál es la demanda
Leonardo Calvo Cárdenas, vicecoordinador del Comité Ciudadanos por la Integración Racial:
Para mí es totalmente positiva [la noticia], llevamos muchos años
abogando por un cambio de perspectiva (…) ofrece un nuevo horizonte y
nuevas perspectivas para el desarrollo del país.
Por parte del Gobierno de Cuba, no hay voluntad; era necesaria la
posición norteamericana, el embargo se había demostrado totalmente
inútil en sus propósitos. El gesto de valentía política del presidente
Obama abre un nuevo horizonte para el futuro de la sociedad civil de
Cuba, nuevas posibilidades en una realidad muy convulsa, que puede
ayudar a renacer a la sociedad cubana y a mirar hacia el futuro.
Vamos a ver cuáles van a ser las nuevas argucias del Gobierno cubano para intentar mantener el statu quo.
Guillermo Fariñas, coordinador general del Frente Antitotalitario Unido:
Es una traición a la nación cubana haber alcanzado estos acuerdos de
espaldas a la sociedad civil no violenta que lucha dentro de Cuba. Es
una manera de afianzar en el poder a la cúpula militarista mafiosa de la
dinastía Castro, que quiere hacer una transición mezcla entre el
nasserismo egipcio y el putinismo ruso.
Es importante que el gobierno de Barack Obama entienda que EEUU tiene
un liderazgo y por lo tanto una obligación ante la democracia en el
mundo, y con quienes han demostrado durante varias décadas que son
terroristas, no se negocia.
Consideramos que es un momento muy inadecuado para hacer esto. En su
discurso el presidente estadounidense reconoce que lo hacen por evitar
el colapso de la sociedad cubana, que es por lo que se ha luchado y se
han entregado vidas.
Creo que es una doble traición a la lucha de cubanos que han perdido
la vida, han estado tras las rejas muchos años, han tenido que morir en
el exilio. Cuando la sociedad cubana estaba a punto de colapsar y el
Gobierno cubano cerca de tener que sentarse a negociar con su propia
ciudadanía, el Gobierno estadounidense hace esto.
Aunque el Gobierno cubano esté diciendo que no va a negociar los
principios, creo que lo que está es tratando de negociar que la dinastía
Castro se quede con la inmensa mayoría de las cadenas de hoteles, la
industria del turismo y las que producen los mayores ingresos en
divisas. Esto es lo que se va a tratar, con qué porción se queda la
dinastía Castro en un cambio. Si ven que no podrán quedarse con nada,
indiscutiblemente van a ir hasta las últimas consecuencias, a producir
una ruptura.
Lo más importante es trabajar en tres direcciones. La primera, seguir
tomándole las calles al Gobierno para que el mundo, incluidos el
presidente Barack Obama y sus asesores, se percaten de que nada ha
cambiado desde el punto de vista de la represión al ejercicio no
violento de los derechos.
La segunda, tratar de que el Gobierno estadounidense lleve una agenda
pro democrática y pro Estado de Derecho, una carta de ruta en la cual
no se viole ni se corrompa la verdadera democracia.
La tercera, aclarar a la ciudadanía cubana, que está desinformada y
bastante confundida, que el único triunfo real que ha obtenido el
Gobierno cubano es la liberación de sus tres espías y por ellos tuvo que
entregar 53 presos políticos. Además, que el restablecimiento de
relaciones diplomáticas es un arma de doble filo para el Gobierno
cubano. Han orientado a las organizaciones de masas que den una imagen
optimista de que todo se va a resolver, que pronto va a haber carne,
mucha comida, que no va a haber problemas de transporte, de vivienda,
pero nada de eso se va a producir.
El embargo sigue siendo la llave en las negociaciones que se
iniciarán a partir de enero de 2015 para llevar a Cuba hacia una
sociedad democrática y abierta.
José Daniel Ferrer, extracto de la declaración del secretario ejecutivo de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU):
Todo lo anunciado repercutirá favorable o negativamente según la
voluntad y los pasos que den los actores implicados. En el caso de las
relaciones EEUU-Cuba hay cuatro actores principales: los gobiernos y
pueblos de ambas naciones. En varias cuestiones pueden coincidir los
intereses de parte de los actores implicados, por ejemplo: el régimen
castrista dice ser tenaz defensor de la independencia nacional, aunque
sabemos cómo la ha comprometido muchas veces, y el pueblo cubano, sin
dudas, defenderá siempre su soberanía, tanto de un poder extranjero como
de los gobernantes que hoy nos la pisotean.
El pueblo cubano y pueblo y Gobierno norteamericanos coincidimos en
que es necesario democratizar a Cuba —en este acápite solo el régimen
castrista tiene otro punto de vista. Sin embargo, los que estamos a
favor no lo deseamos con la misma intensidad, y es lógico, no es lo
mismo el apetito del hambriento que el del saciado. Los cubanos
necesitamos y deseamos democratizar nuestra patria porque es la única
fórmula efectiva para alcanzar los derechos y libertades, y la
prosperidad y el bienestar para todos.
En medio de los nuevos escenarios que puedan surgir como resultado de
la decisión del Gobierno norteamericano respecto al régimen castrista,
la UNPACU reafirma su voluntad de esforzarse al máximo para acelerar el
proceso a favor de la libertad y la democracia en Cuba. No descansaremos
hasta tanto no tengamos un verdadero Estado de derecho, donde se
respeten todos los derechos humanos, donde exista independencia entre
los poderes del Estado, donde se respete el pluralismo político y se
realicen elecciones libres, donde se potencie la creatividad y se
fomente una economía robusta que permita prosperidad y bienestar al
alcance de todos, donde se respete la libertad sindical y los
trabajadores disfruten de salarios decorosos y condiciones dignas.
Espacio Abierto de la Sociedad Civil, foro de debate de la oposición:
Declaración publicada en
14ymedio tras una reunión realizada este 22 de diciembre:
En relación con el anuncio del restablecimiento de relaciones entre
Cuba y EEUU, derivado de una negociaciones secretas, el Espacio Abierto
de la Sociedad Civil cubana desea hacer constar que:
—Nos alegramos por las decenas de compatriotas que serán excarcelados y también con la liberación de Alan Gross.
—Opinamos que esto pone fin al pretexto y la narrativa oficial de
plaza sitiada por lo que debemos centrarnos en el cambio democrático en
Cuba.
—Asumimos que la presión de los demócratas cubanos dentro y fuera de
la Isla ha contribuido de forma sustantiva a la creación de este nuevo
escenario, por lo que ratificamos que en el futuro debemos aumentar el
protagonismo de nuestra sociedad civil.
—Debemos prestar oído, reflejar y dar voz a lo que el pueblo cubano
está sintiendo en estos momentos y ofrecerle una nueva narrativa,
tácticas, estrategias y un nuevo lenguaje.
—Llamamos a fortalecer la unidad en la diversidad alcanzada hasta
ahora, cualquiera que sea el criterio que tengamos al respecto y
mantengamos la ecuanimidad y el respeto.
—Esperamos que próximas negociaciones se efectúen con mayor
transparencia y teniendo en cuenta todos los actores de la sociedad
cubana, sin secretismos ni de espaldas a las instituciones.
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