viernes, junio 19, 2015

Eugenio Yáñez: El Club de París y el entierro ideológico de Fidel Castro


Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

Hay  enseñanzas y enseñanzas. Raúl Castro está aplicando una de las principales enseñanzas de su hermano Fidel: Tener en cuenta  las circunstancias de cada momento y: tener un doble discurso (y quizás alguno más de reserva)  para  manipular a tirios  y troyanos  con respecto a las razones que provocaron las  diferentes medidas tomadas dadas las circunstancias de cada momento. Además, tengo la convicción de que Fidel Castro  no ha tenido verdaderamente  y desde el punto de vista ortodoxo ninguna ideología. Fidel Castro lo que realmente siempre ha sido es ser Castrista ...; es decir; él, él, y él, aplicando sin escrúpulo alguno y sin misericordia, lo que otros pensadores teóricos escribieron respecto a cómo alcanzar el Poder y mantenerlo a toda costa y la práctica  que sobre eso llevaron a cabo diferentes dictadores y tiranos que le precedieron en el tiempo y en otras tierras. A continuación algunos ejemplos donde el propio Fidel Castro  hacía el supuesto ¨entierro ideológico¨ de Fidel Castro¨.
  • El primer ejemplo que daré es que mientras Fidel Castro llevaba a cabo  la campaña internacional (lanzada en 1985 si mal no recuerdo)  para  el no pago de la Deuda Externa de los Países  del Tercer Mundo (que duró varios años) ,   su tiranía llevó, durante cierto tiermpo,  la renegociación de la deuda  con el Club de París.
Cuba Annual Report: 1986
 By Voice of America-Radio Marti Program, Office of Research and Policy, United States Information Agency
 

  •  El  segundo ejemplo es  que Fidel Castro en en 1968  en  su discurso de aprobación  a  la invasión de Checoslovaquia por las tropas del Pacto de Varsovia (pese a que Fidel en 1956  había escrito un artículo en contra de la invasión de la Unión Soviética y otros países  a Hungria; también Raúl Roa García escribió en ese entonces un libribito titulado En Pié en contra de esa invasión donde  calificaba al Partido Socialista Popular como focas amaestradas al ellos aprobar la invasión a Hungria)  había asegurado que en Cuba no  se abrirían   tiendas y lugares  donde la juventud  se contaminara con los vicios del Capitalismo; en los años 90s en Cuba se abrieron  tiendas, clubs, etc.  para consumir mediante el pago en  divisas donde se podía practicar el ¨consumismo¨ y disfrutar de otros ¨vicios¨.
  • Tercero: El concepto de Salida Definitiva del País creado e impuesto por el Castrismo en sus primeros años  eliminaba la posibilidad de que los cubanos que habían salido de Cuba bajo ese status o que le había sido colgado por pertenecer más de 11 meses en el Exterior de manera continua,  ya en los años 90s del pasado siglo XX  era discretamente pasado por alto para aquellas personas (que no fueran antiCastristas)  mayores de 55 años, que no fueran carga para el Estado cubano y que tuvieran familiares o personas que le brindaran domicilio,  etc.. Esto lo leí en el mural de las oficinas de Inmigración y Extranjería de la provincia de Pinar del Río a finales de los años 90s.
Hago la observación que estos cambios estando Fidel Castro  totalmente en el Poder y las maniobras  que ha hecho Raúl Castro después que Fidel Castro le trasmitió de manera dinástica casi todos (pero poco a poco)  sus poderes han sido producto de determinadas  necesidades, casi todas financieras,   que la dictadura totalitaria ha tenido y tiene.

 Veamos otros  ejemplos donde se muestra que Fidel en plenas facultades físicas, mentales y con todo el poder en sus manos  llevó a cabo algo contrario a lo que anteriormente  él mismo había dicho.

Al triunfo de la Revolución  y en sus discursos durante la Caravana de la Libertad y en el de su llegada a La Habana  el 8 de enero de 1959,   Fidel Castro 

 1. “Yo no estoy interesado en el poder, no lo ambiciono… Restableceremos todos los derechos y libertades, incluyendo la absoluta libertad de prensa”. Santiago de Cuba, 3 de Enero de 1959.

2. “Habrá libertad para los que hablan a favor nuestro y para los que hablan en contra nuestro y nos critican”. 1ero. de enero de 1959 en Santiago de Cuba.

  3. “Nosotros tenemos un país libre. No tenemos censura y el pueblo puede reunirse libremente. Nunca vamos a usar la fuerza y el día que el pueblo no me quiera, me iré.” La Habana, 9 de Enero de 1959.

4.“Sé que están preocupados de si somos comunistas. Quiero que quede bien claro, no somos comunistas. Yo no soy Comunista ni tampoco el movimiento, pero no tenemos que decir que somos anti-comunistas por agradar al extranjero”. Declaraciones de Prensa, La Habana, Enero 13, 1959.

5. “Respecto al Comunismo, solo puedo decirles una cosa, NO SOY COMUNISTA, ni los comunistas tienen fuerza para ser factor determinante en mi país”. Discurso en la Sociedad Norteamericana de Editores de Periódicos de Washington, abril 17, 1959.


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El Club de París y el entierro ideológico de Fidel Castro

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Los alabarderos del régimen llamarán “dialéctica” al funeral
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Por Eugenio Yáñez
Miami
18/06/2015

Veamos estas tres informaciones:

  1.     “Me culpan a mí de decir que la deuda es impagable. Bien. La culpa hay que echársela a Pitágoras, a Euclides, a Arquímedes, a Pascal, a Lobachevsky, al matemático que ustedes prefieran, de la antigüedad, moderno o contemporáneo. Son las matemáticas, las teorías de los matemáticos las que demuestran que la deuda es impagable… Yo tengo que hablar de eso y quiero fundamentar por qué pienso que es impagable y cómo ninguna de las fórmulas técnicas de que se habla resuelve el problema”. Fidel Castro, reunión internacional sobre la deuda externa, Palacio de las Convenciones, La Habana, 3 de agosto de 1985.
  2.    Caracas. Diario Las Américas. 8 de junio de 2015: “El gobierno de Raúl Castro y el Club de París acordaron el pago de la deuda externa que la isla caribeña dejó de cubrir en 1986… La deuda fue fijada en 15 mil millones de dólares por ambas partes… Este acuerdo es de gran relevancia para el gobierno de Castro, en su objetivo de reincorporarse a la economía mundial”.
  3. Martínoticias. 9 de junio de 2015: “The Economist recuerda que en los últimos años Cuba ha negociado acuerdos con varios países para reducir su deuda y extender sus plazos de pago. Una avenencia en 2013 con Rusia (un miembro del Club) para solucionar los más de $20.000 millones de la deuda contraída con la antigua Unión Soviética ayudó a allanar el camino para el acuerdo con el Club de París. El gobierno cubano también ha llegado a arreglos similares con sus acreedores comerciales japoneses y alemanes, así como con China y México”.

Raúl Castro sabe que para que su gobierno pueda ser tomado en serio, no tiene más remedio que “cuadrar” con ese despreciable capitalismo que los jenízaros del departamento ideológico del partido comunista consideran no ha resuelto ningún problema a la humanidad en varios siglos (ni siquiera un buen plato de lentejas con cerdo ahumado, chorizos, tocino, papas y zanahorias), pero que los neocastristas necesitan desesperadamente. No para el imposible socialismo troglodita, próspero y sostenible, que nunca llegará, sino simplemente para poder subsistir, porque el vaso de leche diario, la buena educación y conducta de los cubanos, la eficiencia de las empresas estatales, la calidad de la producción y los servicios, el “ahorro”, el incremento de la productividad, la sustitución de importaciones, la exigencia revolucionaria, el periodismo oficialista objetivo y crítico, o el fin de la corrupción, que son casi permanentes cantaletas oficiales del régimen, quedan para los dibujos animados de Elpidio Valdés o los grises discursos de Machado Ventura o Díaz-Canel, cual de los dos más desabridos y aburridos. Aunque sin embargo mucho más “intelectuales” y “simpáticos” que el energúmeno al mando en Caracas, inventor de conspiraciones y golpes de estado, tan obtuso que en las escuelas del partido en Cuba ni siquiera aprendió a mentir, lo que ya es mucho decir.

La prensa poco seria, incluida alguna que abunda en Miami, dijo enseguida que ese acuerdo implicaba que “Cuba”, es decir, el régimen, pagaría su deuda con el Club de París, lo que no es exacto. La deuda cuelga desde 1986, cuando dejó de pagarse, e incluye principal, intereses y sanciones. Haberla reconocido permite renegociarla, solicitar condonaciones y nuevos términos de pago, pero no garantiza que sea pagada, sino solo la posibilidad de negociar sobre ese tema.

Como dice The Economist, sin transparencia y sin declarar internacionalmente la verdadera situación económica, reservas de divisas, estados financieros y estadística económica, no puede esperarse que los acreedores sonrían y den palmaditas en el hombro a Raúl Castro como si nada hubiera sucedido en los últimos treinta años.

Por otra parte, los “amigos” rusos, chinos, mexicanos, japoneses y españoles, podrían preguntarse por qué nunca hubo dinero para pagarles a ellos y el régimen exigía acuerdos y más acuerdos siempre favorables a La Habana, mientras con el Club de París ha sido posible entenderse y prometer, aunque no se hayan concretado acuerdos específicos todavía.

El descaro plañidero de Fidel Castro de que la deuda era impagable y debía borrarse de a porque sí no era más que una de sus tantas alucinaciones y dislates que nunca aportaron beneficios reales a los cubanos de a pie.

El propio Raúl Castro ha ignorado tranquilamente el legado y las “enseñanzas” del “invencible” Comandante en Jefe al negociar con el Club de París, porque sabe que quien quiera poder recibir créditos tiene que pagar las deudas, aquí, allá y acullá, hoy, mañana y siempre.

Aunque el queridísimo hermano estuviera diciendo a gritos y en todas partes, hace treinta años, precisamente lo contrario.

¡Pobrecito! En sus delirios de profeta iluminado, no adivinaba nunca.

Ni adivinará jamás. Mucho menos ahora, decrépito y senil.

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