Guillermo I. Martínez: El largo camino del comercio de EEUU con Cuba
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Las grandes empresas americanas creen que tienen un nuevo mercado en Cuba. Una nueva China, con el único problema es que Cuba es mucho más pequeña y los cubanos no tienen poder de consumo.
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Por Guillermo I. Martínez
junio 28, 2015
Un buen amigo a quien admiro me mandó una copia del artículo publicado por Carlos Gutiérrez, ex Secretario de Comercio de los Estados Unidos en The New York Times.
El titular lo dice todo: Respaldo de un republicano a la política de Obama hacia Cuba. En su columna, Gutiérrez dice que al principio el se había opuesto a la política de restablecer relaciones diplomáticas con Cuba propuesta por el Presidente Barack Obama.
Sin embargo agrega: “Por primera vez en 56 años, hoy me siento cautelosamente optimista. Si Cuba permite una mínima cantidad de pequeñas empresas y si muchas compañías americanas tienen interés en entrar en un nuevo mercado, vamos a poder ayudar al pueblo cubano¨, escribió Gutiérrez.
No es extraño que al ex ejecutivo en jefe de la compañía de cereales Kellogg quien además fue Secretario de Comercio de George W. Bush diga estas cosas. Las grandes empresas americanas creen que tienen un nuevo mercado en Cuba. Una nueva China, con el único problema es que Cuba es mucho más pequeña y los cubanos no tienen poder de consumo.
Nada de lo que dicen los que ven una panacea económica en Cuba tienen razón.
Hace más de seis meses comenzaron las negociaciones para abrir embajadas y establecer relaciones diplomáticas. Esto es lo más sencillo del largo proceso hacia la normalización de relaciones y sin embargo, ni siquiera eso lo han logrado hasta ahora.
Para que las relaciones entre Cuba y Estados Unidos mejoren, es necesario que los hermanos Castro desaparezcan del escenario público. Mientras ellos estén vivos y ejerzan influencia sobre el gobierno, nada en Cuba puede cambiar. Los que vengan después tienen que estar dispuestos a darle más libertades políticas, económicas y personales al pueblo cubano. Sin que ocurran estas cosas nada es posible.
Gutiérrez habla de las pequeñas empresas de los micro empresario. Estos hace tiempo existen pero sólo pueden operar bajo un control estricto del gobierno cubano.
Las empresas americanas no pueden invertir en Cuba porque antes de que puedan hacerlo:
- Cuba debe pagar los miles de millones de dólares por las expropiaciones de precisamente empresas norteamericanas en los primeros años de la Revolución.
- Los cubanos tienen el ingreso per cápita más bajo en el Hemisferio Occidental – más o menos $20 al mes. Eso no les alcanza para comprar muchos productos americanos, aún si tuvieran la oportunidad.
- El Congreso Estados Unidos prohibió las exportaciones a Cuba hace muchos años y el presidente no puede evadir la ley con una orden ejecutiva. Cuba puede comprar algunos alimentos y medicinas siempre que los pague por adelantado. Y esto es una buena medida, ya que Cuba le debe dinero a María y a quien la cría.
- Si por casualidad Estados Unidos le diera crédito a Cuba y el gobierno cubano no pudiese paga, los contribuyentes americanos (nosotros) tendríamos que cargar con la cuenta.
Gutiérrez agrega que nunca pensó que las negociaciones llegaran a tanto, tan pronto. Y tiene razón. Las delegaciones de ambos países pueden hablar todo lo que quieran. Han tenido negociaciones en La Habana y en Washington. Y hasta ahora no ha pasado nada.
La verdad es que desde que comenzaron estas negociaciones Cuba ha arrestado y golpeado a un grupo cada día mayor de disidentes. Hablar no cuesta nada. Pero cambiar las abusos que comete el gobierno cubano en contra de su propio pueblo es mucho más difícil.
Mientras esto no cambie el Congreso de los Estados Unidos no va a permitir una normalización de las relaciones. Obama tampoco debía aceptarlo. Y Gutiérrez debe estar avergonzado por sugerir que las negociaciones marchan bien.
El día en que las cosas en Cuba cambien viene. Pero todavía no ha llegado.
1 Comments:
Gutiérrez me recuerda a Carlos Prío, "el presidente cordial" que mejor hubiera sido menos cordial pero menos comemierda. Claro, puede ser que me equivoque con Gutiérrez; puede ser que su problema sea simple hijeputez.
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