domingo, julio 26, 2015

CUBA. LA GRAN ESTAFA DEL PROGRAMA DEL MONCADA Y VIDEOS DONDE SE DESMONTAN ALGUNOS DE LOS MITOS Y FALSEDADES SOBRE EL ATAQUE AL CUARTEL MONCADA EL 26 DE JULIO DE 1953


Primera nota del Bloguista de Baracutey Cubano

Tengo la opinión que el Castrismo no tiene esa  ¨...infinita capacidad de tergiversar la realidad para interpretarla siempre a su favor¨, pues de haberla tenido, o tenerla,  no hubiera tenido necesidad desde muy tempranamente, después de adueñarse  del poder político, de  eliminar la libertad de expresión como son, por ejemplo,  la libertad de imprenta y la libertad de prensa, tanto en prensa plana como radial y televisiva.

En otro orden de cosas. El asalto al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953 lidereado por Fidel Castro (en otras ocasiones se dice que por una dirección colectiva)  se llevó a cabo  para enfrentar a un régimen producto del Golpe de Estado del 10 de marzo de 1952  que rompió el ritmo constitucional al derrocar  al gobierno constitucional del Dr.  Carlos Prío Socarrás; sin embargo, la tiranía de Fidel Castro recibió casi como un jefe de Estado al Teniente Coronel Hugo Rafael Chávez Frías cuando llegó a Cuba después de ser inmediatamente excarcelado (producto de una amnistía otorgada por el Presidente venezolano Rafael Caldera) pese a que estaba encarcelado por intentar romper el ritmo constitucional en Venezuela al llevar a cabo un golpe militar en contra del Presidente constitucionalmente elegido Dr. Carlos Andrés Pérez. El hermano de Hugo Chávez, Adán Chávez, había trabajado en el Departamento América (sucesor del Departamento ¨Liberaciön¨), departamento  de Inteligencia y Subversión del Castrismo  dirigido por el Comandante y ex Viceministro del Interior  Manuel  Piñeiro Lozada, ¨Barba Roja¨,  que estaba estructuralmente supeditado al Comité Central del Partido Comunista de Cuba, pero que sólo tenía que responder al tirano Fidel Castro Ruz.

Este bloguista tiene la opinión que Fidel Castro, quién era un ¨Don nadie¨  como líder universiatrio y como miembro del Partido Ortodoxo, habiendo fracasado en varias elecciones para las que se había postulado (Por cierto: ¿Dónde estaba el supuesto carisma de Fidel Castro del que tanto se habla?)  necesitaba un evento  que lo catapultara a los titulares de las noticias y de la política nacional, aunque fuera al costo de numerables  vidas y lágrimas.  Su ego y narcisismo lo llevaría a continuar esa práctica en el ámbito internacional. Las tumbas y el llanto de viudas y huérfanos en Cuba y en muchos otros países del mundo así lo prueba.
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Tomado de http://www.cubaencuentro.com

Lo que nunca absolverá la historia

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La gran estafa del Programa del Moncada
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Por Eugenio Yáñez
Miami
25/07/2013

Si algo hay que reconocerle al castrismo es su infinita capacidad de tergiversar la realidad para interpretarla siempre a su favor. Tenebrosa habilidad que ya cumple sesenta años afectando la vida de todos los cubanos, en un sentido o en otro.
Todo comenzó con un rotundo fracaso militar el 26 de julio de 1953, producto del proyecto irracional de un líder irresponsable, con objetivos utópicos, mal planificado, pésimamente ejecutado y peor dirigido, que al final del día dejó por resultado decenas de muertos, la mayoría no en combate, sino tras los asaltantes haber sido capturados, torturados y asesinados por las fieras del gobierno dictatorial de entonces.
Se ha hablado y escrito bastante sobre el ataque en muchos lugares y momentos, por lo que no hay que insistir en esos aspectos. Sin embargo, es oportuno destacar que ese grosero fracaso y colosal irresponsabilidad son los factores medulares que fundamentan la fiesta nacional más importante de la llamada revolución cubana.
Así se justificó un proceso que desechó la celebración tradicional de las fechas de inicio de las dos guerras de independencia del siglo XIX, así como la del día de la fundación de la República de Cuba —a pesar de que nació lastrada con la Enmienda Platt— para establecer como la única gran efemérides nacional, a celebrar por todos, la evocación del fracaso militar y la exaltación de la irresponsabilidad política y social.
Y todo a través de actividades políticas solemnes condimentadas con carnavales, algún pan con lechón, mucho alcohol, y cientos de invitados extranjeros disfrutando en Cuba del turismo solidario que pagan los cubanos sin que se les haya consultado nunca si están de acuerdo en pagarlo, en lo que ha venido a convertirse en una casi perfecta y excelente versión tropical y socialista del pan y circo romano.
(Fidel Castro en el vivac de Santiago de Cuba después de rendirse sin combatir en la finca de los Lisán, cerca de la Gran Piedra, en la antigua provincia de Oriente; en el combate de Alegría de Pío, inmediatamente después del desembarco-naufragio del yate Granma tampoco hizo frente a las tropas del ejército. Comentario añadido por el bloguista de Baracutey Cubano)
Cuando Raúl Castro se quejaba hace algunos días de la pérdida de valores cívicos y ciudadanos por parte de los cubanos de la Isla, a quienes acusó de aprovecharse de la supuesta nobleza de la supuesta revolución, y llamaba a recuperar todo lo que se había perdido de virtudes y comportamiento adecuado en sociedad, podía haber planteado, de haber sido honesto consigo mismo y no pretender escurrir el bulto, que los problemas comenzaron desde el mismo momento en que se elevó el fracaso a nivel de fiesta nacional, se exaltó la irresponsabilidad como virtud, se identificó la alegría ciudadana con el consumo de alcohol y el libertinaje, y se entronizó la manipulación y tergiversación de los acontecimientos como historia oficial.
Nada de eso lo estableció ni lo provocó el imperialismo yanki, la mafia de Miami, los disidentes, la Ley de Ajuste Cubano, los agentes de la CIA, el bloqueo, la sequía, los mercenarios, los huracanes, los bandidos, el cambio climático, o la gusanera. Porque, al contrario, todo ha sido obra de los que hoy detentan el poder en Cuba y lo han detentado por más de medio siglo, sin elecciones libres ni consultas populares, esos “líderes históricos” que muestran con orgullo, para situarse por sobre todos los demás cubanos y hasta por sobre las leyes y la nación, que ellos fueron los que comenzaron precisamente con el asalto al Moncada aquel 26 de Julio de 1953.

Es decir, que la legitimidad vitalicia que siempre han pretendido y pretenden los “dirigentes revolucionarios”, y que con tanto esmero y placer le reconocen sus amanuenses del patio o en el extranjero, se fundamenta en la evidente irresponsabilidad, en haber fracasado estrepitosamente, en haber llevado el país a la ruina, y en haber demostrado desde el primer momento la condición de invencibles de los vencidos.
Podría estarse discutiendo demasiado tiempo sobre las promesas y los resultados demostrados por ese liderazgo histórico, pero para juzgar fría y objetivamente sus verdaderos logros basta con mirar, una vez más, lo que prometió Fidel Castro en el llamado Programa del Moncada, que supuestamente expresó en su discurso conocido como La Historia me absolverá —y digo supuestamente porque la única versión existente es la que ofrece el mismo interesado— y que puede resumirse en el siguiente párrafo, que aquí se desglosa en oraciones para beneficio de los lectores:
“El problema de la tierra,
el problema de la industrialización,
el problema de la vivienda,
el problema del desempleo,
el problema de la educación y
el problema de la salud del pueblo;
he ahí concretados los seis puntos a cuya solución se hubieran encaminado resueltamente nuestros esfuerzos, junto con la conquista de las libertades públicas y la democracia política”.
Podríamos hablar ahora durante mucho tiempo sobre las tierras sin cultivar en el país y la incapacidad de producir alimentos en los campos cubanos, del descalabro de todas las industrias cubanas en todas partes, del lamentable estado del parque de viviendas para los cubanos de a pie en todo el país, de la situación real del desempleo en estos momentos, de los abrumadores problemas en la educación y el fraude escolar, y del continuo deterioro de “la salud del pueblo”, esos seis puntos a los que Fidel Castro prometió, en su discurso de 1953, encaminar resueltamente los esfuerzos para encontrar soluciones. A lo que habría que añadir la conquista de las libertades públicas y la democracia política, según dijo el tantas veces vencido invencible Comandante.
Juzguen los lectores por sí mismos:
¿Se ha cumplido en algún momento el programa del Moncada?
¿Podrá la historia absolver al líder “histórico” de la llamada revolución cubana?
© cubaencuentro.com

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Segunda nota del Bloguista de Baracutey Cubano
El balance entre los asaltantes y los soldados muertos durante el ataque, apunta a que la premeditación, la nocturnidad y la alevosía se hicieron presentes por parte de los asaltantes. Otras fuentes plantean que fueron 22 los soldados y 5 los asaltantes muertos durante el ataque.
Una hipótesis, cuya aceptación o rechazo podrían estar en los archivos de la antigua KGB, plantean que los soviéticos conocían de ese asalto. Lo cierto es, que los dirigentes comunistas del PSP estaban en Santiago de Cuba celebrando el cumpleaños de Blas Roca y que en la bahía de Santiago de Cuba se encontraba un barco jamaicano en el que, según algunas fuentes, estaba abordo y clandestinamente Fabio Grobar (seudónimo) un agente del Kominter en Cuba y fundador del Partido Comunista en 1925 junto a otros comunistas.
Los Moncadistas, incluyendo a Fidel Castro, no llegaron a cumplir 2 años de prisión debido a una amnistía general que se decretó a todos los presos políticos. ¿ Qué les hubiera pasado a los asaltantes de una unidad militar de los Castro ?.Sabemos que por mucho menos que eso, han fusilado a miles de opositores antiCastristas.
Las actas de los dos juicios del Moncada desaparecieron de los archivos de la Audiencia de Santiago de Cuba desde muy tempranamente ¿ Por qué y quiénes las desaparecieron ?. La tiranía Castrista trata de que no se les desbaraten sus mitos ni se les descubran sus abundantes mentiras ...
( Foto poco conocida: Algunos de los ataudes de los militares muertos por los asaltantes al Cuartel Moncada; ceremonia de despedida de duelo; nota y foto añadidas por el bloguista de Baracutey Cubano)
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VIDEOS DEL AÑO 2007 DONDE SE DESMONTAN ALGUNOS DE LOS MITOS Y FALSEDADES SOBRE EL ATAQUE AL CUARTEL MONCADA
Durante más de medio siglo la tiranía castrista ha creado a su conveniencia un gran número de mitos y situaciones fantasiosas e irreales a partir de hechos históricos: el ataque al Moncada ha sido uno de ellos.
En estos videos   se analizan los mitos relacionados con el ataque al cuartel Moncada de Santiago de Cuba en la madrugada del 26 de julio de 1953 por un grupo de asaltantes encabezados por Fidel Castro y Abel Santamaría. En el panel de programa  participan el Dr. Antonio de la Cova, catedrático y autor del  libro "ATAQUE AL MONCADA"  que  es el  resultado de muchos años de investigaciones  serias y documentadas sobre los hechos; también participa el Sr. Manuel Bartolomé, quien al producirse el ataque al Moncada era dueño de la funeraria "Bartolomé" de Santiago de Cuba cuyos servicios  fueron utilizados para con los muertos ese dia; en el panel tambié participa el Sr. José Olivares,  soldado en una de las postas del Cuartel Moncada el dia del ataque. 
Parte 1


Parte 2



Parte 3


Parte 4


Parte 5


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LA MENTIRA DE FIDEL CASTRO EN LA HISTORIA ME ABSOLVERÁ SOBRE EL ¨TIGRE¨, QUE REALMENTE ERA ¨EL MULO´, QUE SUPUESTAMENTE LE SACÓ LOS OJOS A ABEL SANTAMARÍA EN EL MONCADA CUANDO REALMENTE NI ABEL TENÍA SACADOS LOS OJOS Y ¨EL MULO ¨ ERA REALMENTE UN INFELIZ INCAPAZ DE MATAR A NADIE. EL DUEÑO DE LA FUNERARIA ATESTIGUÓ EN UN PROGRAMA DE " A MANO LIMPIA " DE QUE NO HABÍA NINGÚN CADAVER SIN OJOS.

Fragmento tomado de http://www.latinamericanstudies.org

Entrevista del Dr. Antonio de la Cova a Jesús Yanez Pelletier

Debajo de las matas. Otra cosa, aquí se habla también de que el oficial Morejón fue uno de los que implicaron también en la muerte de esta gente. ¿Este no era el teniente Pedro Morejón Valdés?

Pedro Morejón, sí.

¿Este es uno de los oficiales que implican en las muertes de los presos?

Sí, sí, sí, y él, si le hubieran dado chance, hubiera acabado allí también.

Por cierto, yo también hablé con “El Mulo” González.

¿”El Mulo” González? [risa]

Murió en el año 78 [Febrero 28, 1988].

Sí, ¿no? Bueno, pues, “El Mulo,” ¿cómo se llamaba él, Eladio?

Eulalio González Amador.

Eulalio. Eulalio González. Era un infeliz. ¿Tú sabes lo que me dijo él? Que él, el único gran dolor que tenía él era que le habían perforado, que estuvieron a punto de matar la hijita. Que uno de los disparos rompìó la cuna.

Y le mataron la cotorra. El le echó la culpa a Alfonso Silva.

Yo no sé a quien le echó la culpa, pero él me decía a mí, “Coño, Yánez, por poco me matan la chiquita.”

Yo tengo la tesis que González, para mí, por lo que me has dicho tu y me ha dicho muchaotra gente, González yo no creo que participó en matar a los presos.

No, no hombre, no, mentira.

Sí. Yo creo, aunque a él le echan la culpa en “La Historia Me Absolverá,” y lo apodan “El Tigre,” y toda esa cosa.

Sí, el que le sacó los ojos a Abel y que tenía las manos ensangrentadas. “El Mulo” González no tenía valor para eso.

Efectivamente, no tenía valor para eso.

Era un infeliz.

Sí, era un infeliz. Eso mismo es lo que me han dicho otras personas. Y claro, los grandes culpables ahí eran Lavastida, Rico Boué, toda esta gente, Policarpo Ochoa Ferrer, toda esta gente. Y entonces, claro, cogen a este infeliz, le echan a él todos los muertos, y esta gente se queda callada.

Se quedan callados, por supuesto.

Sí. Oyeme, él, que trabajo, él, yo se que él trabajaba en la prisión de Boniato que era donde tenía los gallos finos. ¿Qué es lo que él hacía allí?

Nada. El no trabajaba allí.

¿No trabajaba allí?

El iba a la prisión a cuidar sus gallos, él tenía gallos allí, que los cuidaba allí.

El iba allí nada más a cuidar sus gallos.

A cuidar sus gallos. El no trabajaba en la prisión.

El falleció en el año 88. Yo lo ví semanas antes de que muriera. Oye, y cobarde. Tu sabes que a mí me dijo el teniente Camps, que una vez lo vió a él en una bodega, y él decía, “No, porque yo en Cuba, yo a lo que me dedicaba era a trabajar en un central. Yo era campesino, esto y lo otro.” Y dice Camps que él fue y lo miró y le dijo, “Oigame, yo lo conozco a usted del central Moncada.” Y que se asustó. Se asustó porque no lo reconoció. Y después lo vió y le dió un abrazo.

Era un guajiro infeliz. Yo tengo la idea que era un guajiro infeliz. El era amigo de mi suegro.