La bomba de Julio Iglesias. Nicolás Águila sobre el ingrato cantante Julio Iglesias. En entrevista del diario El País a Julio Iglesias: ¨Antes no podías ir (a Cuba), te ponían bombas en Miami. Pero sí, me veo haciendo allí un unplugged, grabando sones y boleros¨
Nausea escribió:
La ingratitud (por no decir algo más feo) de Iglesias no es nada nuevo. En el 2001, estando en Caracas para dar concierto allí, fue invitado a una recepción privada con Hugo Chávez y el entonces dictador chino, Jiang Zemin, que había llegado a Venezuela directamente de La Habana, donde había visitado a su amigo Fidel. Por supuesto el muy divertido encuentro fue reportado con fotos de los tres concurrentes muertos de risa, y como parte del entretenimiento, los tres cantaron a coro la famosa canción de Luis Aguilé, "Cuando salí de Cuba," la cual se había convertido en todo un himno del exilio cubano. No puedo asegurar si tal grotesca falta de respeto y de decencia fue hecha a conciencia o por ignorancia, pero ya por entonces Iglesias llevaba unos 20 años viviendo en Miami, y me cuesta trabajo creer que no sabía lo que estaba haciendo. De todos modos, cubanos de su conocimiento en Miami como los Estefan, por ejemplo, deben haberle dicho enseguida que había metido la pata de mala manera, pero que yo sepa nunca hubo disculpa alguna. Desde ese momento, no lo puedo ver ni en pintura, aunque nunca me gustó como cantante antes de eso. Luego, en el 2009, se declaró a favor del supuesto "concierto por la paz" en La Habana del lamentable Juanes y sus amiguitos, y ahora vuelve a la carga como cualquiera que busca leña de árbol caído. Nada, miseria humana.
Realpolitik escribió:
Sobra decir que Iglesias ha sido muchísimo más favorecido por los "terroristas" de Miami que los Rolling Stones o el cantante Sting, ambos muy interesados en cantar en la "normalizada" Cuba, pero Julito les ha pagado con muy mala moneda--en parte por malagradecido, pero creo que más por considerarse una suerte de dios muy por encima de ellos. Por supuesto que Iglesias ha tenido un gran éxito comercial, aunque ya su momento pasó por mucho que haga para "actualizarse." En resumen de cuentas, es un globo inflado, mucho gorgojeo con muy poca voz, y su "romanticismo" es puro kitsch. Mi madre, que detestaba los pujos, siempre lo despreció como cantante por encontrarlo amanerado, ficticio y eloquecidamente enamorado de sí mismo. Me apena que no se le haya salido al paso mucho antes que ahora, cuando ya está de retirada. Si el tipo cree que va a causar sensación en Cuba, siento informarle que al pueblo allí no le interesa lo que considera música de viejos, aunque posiblemente le guste a la gerontocracia gobernante.
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Tomado de http://www.elmostrador.cl/
El día que Julio Iglesias intentó tocar en la ex cárcel pública de Valparaíso y le gritaron "¡hijo de puta!"
Por Katia Chornik
5 mayo 2014
(FRAGMENTO)
Las actuaciones de Iglesias no han sido siempre recibidas con clamor. En febrero de 1975, en plena dictadura de Pinochet, el artista se presentó en un lugar radicalmente distinto a los espectaculares escenarios donde suele actuar. La presentación ocurrió en la Cárcel de hombres de Valparaíso – una elección curiosa para un cantante acostumbrado a un público predominantemente femenino – y tuvo un final inesperado.
Este episodio poco conocido de Iglesias permanece vivo en la memoria de varios ex presos políticos que se encontraban recluidos en ese recinto 39 años atrás, a quienes he entrevistado en relación a mi investigación musicológica “Sonidos de la memoria: Música y cautiverio político en el Chile de Pinochet”. En cambio, al preguntarle a Iglesias acerca del episodio en la Cárcel, el artista respondió que no conservaba ningún recuerdo de éste
La Cárcel de Valparaíso
Durante la dictadura de Pinochet, la Cárcel de Valparaíso (actualmente el Parque Cultural de Valparaíso) fue el principal recinto de detención de la V Región. Los presos vivían una situación de constante hacinamiento y estaban separados en tres galerías, generalmente dependiendo del delito. En la primera estaban los reos culpados de crímenes financieros, en su mayoría provenientes de clase socioeconómica entre media y alta. En el segundo piso se encontraban los condenados por delitos comunes, pertenecientes a estratos modestos. En la última galería se hallaban los presos políticos, que incluían obreros, marinos constitucionalistas, artistas, estudiantes y profesores universitarios, periodistas y abogados, entre otros profesionales.
Iglesias en la Cárcel
La actuación de Iglesias fue ideada por un reo condenado por estafas. Como tenía gran influencia, consiguió que su ídolo – que se encontraba en la V Región con motivo del Festival de la Canción de Viña del Mar – aceptara hacer una presentación entre rejas. Los detalles del cómo se logró el acuerdo son inciertos. Posiblemente el preso se valió de aliados dentro y fuera de la prisión, que estaban conectados con el artista.
(Ex cárcel pública de ValparaísO. Foto: Mario Cordero Cedraschi(
Se anunció la venida de Iglesias dos días antes que ocurriera. Entre los presos comunes había gran expectación. Los reos políticos tenían una postura distinta: “No estábamos ni ahí con Julio Iglesias: nos preocupaba nuestra situación, nuestra salud, la política”, comenta Mauricio.
La construcción del escenario estuvo a cargo de los presos de la segunda galería, y comenzó la noche anterior al día del evento, con tal estrépito que mantuvo despierto al resto del penal. Álvaro se sorprendió cuando vio el escenario terminado. En lugar de hallarse en un espacio amplio como por ejemplo el patio, estaba en la primera galería que era muy estrecha. El escenario era de dimensiones mínimas: aproximadamente tres metros de largo por dos de ancho. Tenía un solo micrófono, y de mala calidad. Álvaro pensó: “ahí Iglesias no va a cantar”.
El espectáculo estaba programado para las 10 AM. Ese día, Gendarmería ignoró sus propios estatutos de disciplina: realizó la cuenta de presos sólo una vez, en lugar de tres. Este cambio de rutina nunca había ocurrido antes, ni siquiera cuando apareció el General Sergio Arellano Stark, comandante de la fatídica “Caravana de la Muerte”.
Las autoridades intentaron congregar a todos los reos frente al escenario. Los presos comunes accedieron pero los presos políticos se rebelaron y permanecieron en su galería, desde donde observaron todos los pormenores.
Iglesias apareció con mucho retraso, a las 4 PM, acompañado de una comitiva de alrededor de veinte personas. El cantante portaba una chomba chilota.
Cuando hizo su entrada el cantante, los presos comunes se alborotaron, pidiendo canciones y autógrafos. Cuando finalmente se restableció el orden, Iglesias se dirigió al público y según cuenta Redolés, el artista español se mandó un par de frases que no cayeron nada de bien.
Mauricio y Álvaro recuerdan sus palabras: “Aparentemente soy un hombre libre pero en realidad soy un prisionero de mis compromisos, de cantar aquí y allá, de los hoteles, los aviones. Las fans no me dejan en paz. Os entiendo muy bien. Os traigo un abrazo de fraternidad y espero que recuperéis la libertad lo más pronto posible.”
(Imagen añadida por el bloguista de Baracutey Cubano)
Las palabras del artista no fueron bien recibidas. Los presos políticos se ofendieron mucho: “Él se estaba riendo de nosotros. Comenzamos a gritarle epítetos espontáneos al unísono: ¡buena, concha de tu madre! ¡hijo de puta! y de ahí para adelante. Iglesias tenía cara de sorpresa, miraba para todos lados, estaba desconcertado”, recuerda Álvaro. Mauricio añade: “Iglesias preguntó: y vosotros allá arriba, ¿por qué estáis tan enojados? Alguien le explicó que había presos políticos.
Cuando hizo su entrada el cantante, los presos comunes se alborotaron, pidiendo canciones y autógrafos. Cuando finalmente se restableció el orden, Iglesias se dirigió al público y según cuenta el cantante Mauricio Redolés, quien era uno de los presos políticos que estaba en el lugar, el artista español se mandó un par de frases que no cayeron nada de bien.
El manager anunció que Iglesias se iría. Y se marchó sin haber cantado ni una sola canción.”
Para Álvaro, el episodio fue “el acontecimiento más absurdo que he visto en mi vida. Iglesias fue muy caradura, se fue sin decir nada”. Los presos políticos temieron que hubiera represión pero no ocurrió. “Ni siquiera los patos malos reaccionaron mal a nuestros abucheos. También se sentían ofendidos.”
¿Por qué Julio Iglesias había aceptado cantar en una lúgubre cárcel de hombres, estando acostumbrado a grandes escenarios y al clamor de un público mayoritariamente femenino? ¿Estaría motivado por curiosidad, un impulso benéfico o un deseo de publicidad? ¿Tendría en su mente al cantante de música country Johnny Cash, cuyas grabaciones de conciertos en cárceles estadounidenses “Johnny Cash at Folsom Prison” (1968) y “Johnny Cash at San Quentin” (1969) le valieron los primeros puestos en los rankings Billboard y ventas de discos superiores a las de los Beatles? ¿Y por qué Iglesias se marchó? Quizá el enterarse de la existencia de presos políticos en aquella cárcel causó su partida. Tal vez la mala acogida que tuvieron sus palabras, o las condiciones mediocres del escenario fueran el detonante. 1
3 Comments:
La ingratitud (por no decir algo más feo) de Iglesias no es nada nuevo. En el 2001, estando en Caracas para dar concierto allí, fue invitado a una recepción privada con Hugo Chávez y el entonces dictador chino, Jiang Zemin, que había llegado a Venezuela directamente de La Habana, donde había visitado a su amigo Fidel. Por supuesto el muy divertido encuentro fue reportado con fotos de los tres concurrentes muertos de risa, y como parte del entretenimiento, los tres cantaron a coro la famosa canción de Luis Aguilé, "Cuando salí de Cuba," la cual se había convertido en todo un himno del exilio cubano. No puedo asegurar si tal grotesca falta de respeto y de decencia fue hecha a conciencia o por ignorancia, pero ya por entonces Iglesias llevaba unos 20 años viviendo en Miami, y me cuesta trabajo creer que no sabía lo que estaba haciendo. De todos modos, cubanos de su conocimiento en Miami como los Estefan, por ejemplo, deben haberle dicho enseguida que había metido la pata de mala manera, pero que yo sepa nunca hubo disculpa alguna. Desde ese momento, no lo puedo ver ni en pintura, aunque nunca me gustó como cantante antes de eso. Luego, en el 2009, se declaró a favor del supuesto "concierto por la paz" en La Habana del lamentable Juanes y sus amiguitos, y ahora vuelve a la carga como cualquiera que busca leña de árbol caído. Nada, miseria humana.
Un enlace a una foto de la fiestecita en Caracas del 2001 mencionada arriba:
http://ep01.epimg.net/diario/imagenes/2001/04/19/internacional/987631216_850215_0000000000_sumario_normal.jpg
Sobra decir que Iglesias ha sido muchísimo más favorecido por los "terroristas" de Miami que los Rolling Stones o el cantante Sting, ambos muy interesados en cantar en la "normalizada" Cuba, pero Julito les ha pagado con muy mala moneda--en parte por malagradecido, pero creo que más por considerarse una suerte de dios muy por encima de ellos. Por supuesto que Iglesias ha tenido un gran éxito comercial, aunque ya su momento pasó por mucho que haga para "actualizarse." En resumen de cuentas, es un globo inflado, mucho gorgojeo con muy poca voz, y su "romanticismo" es puro kitsch. Mi madre, que detestaba los pujos, siempre lo despreció como cantante por encontrarlo amanerado, ficticio y eloquecidamente enamorado de sí mismo. Me apena que no se le haya salido al paso mucho antes que ahora, cuando ya está de retirada. Si el tipo cree que va a causar sensación en Cuba, siento informarle que al pueblo allí no le interesa lo que considera música de viejos, aunque posiblemente le guste a la gerontocracia gobernante.
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