Esteban Fernández: EL “COCO” Y ALABAU TRELLES
Por Esteban Fernández
Septiembre 26 de 2016
A los que no quieren una taza de caldo les doy dos y regreso a Guillermo Fariñas. Los que deseen creer en Fariñas allá ellos, pero a mí no me da la gana de confiar en él ni en sus fantasmagóricas huelgas de hambre. Llevo más de 55 años en esta contienda y principalmente vine para acá con el objetivo de poder decir lo que me dé la gana para que ahora vengan algunos a querer coartar mi libertad de expresión.
Comienzo por decirles que existe la creencia errónea de que las personas que hemos puesto en dudas las huelgas de hambre y sed de Guillermo Fariñas estamos parcializados con el llamado “Exilio Histórico” y nos sentimos envidiosos y relegados por las actividades pacíficas desarrolladas por las nuevas generaciones de disidentes. Y…de eso nada. ¡Qué más quisiéramos que alguien le pusiera el cascabel al gato!
Claro que perfectamente sé que lo ideal para mí sería quedarme callado y que cada cual se trague el paquete con o sin envoltura. Fíjense que tengo dos lectores, un tal Jotaviz y otro más, que me han pedido que no les envíe más mis escritos.
Y yo contento porque AOL se queja de que tengo demasiada correspondencia. Pero, es que yo no creo que sea necesario acudir a la burda mentira ni a un farsante, para desacreditar al régimen. Porque lo cierto es que los que se desacreditan son los que promueven esta payasada.
La pregunta obvia de todo el que tiene dos dedos de frente es: ¿En qué parte, en qué lugar, donde es que se daña a la tiranía? No sé, porque en el 90 por ciento de los medios que lanzan informaciones al respecto tal parece que los médicos, el hospital y los miembros de la dictadura están tratando de salvarle la vida a un adversario.
Los que se perjudican son los verdaderos oponentes sinceros del régimen y los que quedan como ilusos son los que se creen que haya un ser humano que pueda sobrevivir 55 días sin ingerir líquidos. Eso no se lo cree ni el bobo de la yuca. Y pobrecitos de los que sinceramente traten de imitarlo y emularlo. Porque ¡esos si se mueren!
Lo que están logrando es hacer lucir benevolente a un grupo de asesinos que matan, que encarcelan y que no perdonan. Un buen ejemplo de que ellos no olvidan agravios es que hace una semana el libelo Granma le echa con todos los rayos a un grupo de cubanos llamados Guillermo Novo Sampol, Luis Posada Carriles, Alvin Ross, Virgilio Paz, acusándolos de criminales, de terroristas y de cuanta cosa inventan por un hecho ocurrido hace más de 40 años. No es necesario ser brillante para darnos cuenta de que esos son los que la tiranía considera ser los verdaderos y peligrosos enemigos. Créanme que si ellos tuvieran en sus manos a estos patriotas no les ponían sueros intravenosos sino que les daban estricnina en cantidades industriales.
Ah, pero aquí les va la mejor prueba demostrativa de que las personas correctas y bien intencionadas siempre han actuado igual tratando honradamente de mantener la causa limpia e incólume:
Recordemos pues al doctor Francisco Alabau Trelles. Un compatriota decente, brillante, abogado y hasta magistrado del Tribunal Supremo de la Cuba de Ayer. Y, encima de eso, tremendo anticastrista, sin una sola mancha en su expediente. Hasta que muchos lo acusaron de haber cometido un error garrafal e imperdonable.
Por el motivo que sea -y que yo desconozco- al Dr. Alabau Trelles se le ocurrió la peregrina idea en 1971 de inventar y crear un supuesto ataque comando contra la Isla. Todos aplaudimos la supuesta batalla de Guayabal hasta el instante en que nos hicieron entender que se trataba de un embuste de marca mayor.
El distinguido letrado Alabau Trelles presentó “pruebas” en los periódicos del exilio que la inmensa mayoría consideró que exageraba, que agrandó fotos de tanques de juguetes y por lo tanto se choteó completamente. Todavía da tristeza acordarnos de la forma en que un patriota, un hombre respetado por todos, cayó en el más espantoso de los ridículos.
¿Los patriotas cubanos escondieron su gran decepción? ¿Le taparon el grave error táctico como hoy quieren que se lo tapemos a Fariñas? No señores, todos los defensores de la libertad de Cuba condenaron lo que consideraron una falta de respeto a la sagrada causa.
Juan Francisco Alabau Trelles presentó su foto en el periódico Patria enseñando que había sido herido en el combate y sólo tenía una venda y una curita puesta en una mano. No le aceptaron las explicaciones. Se derrumbó completamente toda una vida dedicada a la jurisdicción y a la Patria.
Así es que no joroben más queriendo que aceptemos las mamarrachadas de Guillermo Fariñas porque si alguien me demuestra que la foto de José Martí cayendo en Dos Ríos fue producto de un photoshop dejo de llamarlo “el Apóstol”.
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