Tania Díaz Castro desde Cuba: Las broncas políticas y el afán protagónico, sus principales lastres
Las broncas políticas y el afán protagónico, sus principales lastres
Por Tania Díaz Castro
Septiembre 22, 2016
HABANA, Cuba.- La mala fe de determinados periodistas en la prensa de nuestra vida republicana, hoy ya se conoce bien. Producto de las broncas políticas, del afán protagónico de ciertos personajillos jóvenes y hasta del exceso de libertad de la que gozaban aquellos medios de prensa, nuestra nación, que al parecer no sabía cómo gobernarse a sí misma, sufrió en carne propia.
Los que más sobresalieron y que más daño ocasionaron, a juicio de historiadores que investigan sobre esto, fueron Ramón Vasconcelos (1890-1965), del periódico Alerta, Enrique de la Osa (1909-1997), de Bohemia, y algunos otros.
De Vasconcelos se puede decir lo peor. De él nos ocuparemos en esta crónica y dejemos para otro día a Enriquito de la Osa, “el mentiroso”, como lo llamó Miguel A. Quevedo, director de Bohemia.
Fue Vasconcelos quien escribió en 1916 que Antonio Maceo y su hermano José habían sido asesinados por los mismos compañeros que luchaban con ellos, “quienes vivían como príncipes”, según él. El Coronel Manuel Piedra, ayudante del Titán de Bronca, lo desmintió airadamente.
En 1922, en la Revista Bohemia, manifestó sus simpatías con los regímenes autoritarios. Atacaba a líderes políticos para colaborar luego con ellos, ya en el poder. Se mostró enemigo del estudiantado universitario y poco después lo defendió, cambió de partido como de casaca: fue liberal, auténtico, ortodoxo, batistiano y por último, fidelista.
En 1949 el periódico Alerta fue comprado por la familia de Vasconcelos, con el propósito de “darle vida al panorama nacional”. Vasconcelos, quien asumió la dirección, puso en práctica la idea de apelar al sensacionalismo, con el fin de incrementar el número de lectores y no dudó, a través de truculentos reportajes de José Quílez Vicente, de apelar al morbo del pueblo, hasta provocar situaciones peligrosas.
Uno de sus primeros reportajes, donde su mano diabólica se ve a simple vista, sobre todo por su amplia cobertura, fue ante el suceso del 11 de marzo de 1949, cuando a media noche, tres marines norteamericanos subieron a la estatua de José Martí, en el Parque Central habanero.
Convertido por Vasconcelos en un gran show antinorteamericano, los llamó profanadores de lo más sagrado de Cuba y pidió hasta el fusilamiento por parte del pueblo.
Días después, en otros diarios habaneros, se decía que todo pudo haber sido preparado de antemano por el propio Vasconcelos, ansioso de convertir a su periódico en el más popular del país.
Se trata de un episodio que nunca se investigó, aunque hoy se sabe que un fotógrafo no profesional, Fernando Chaviano, fue quien tomó “por casualidad” las fotos de los marineros, justamente cuando subían a la estatua. Era, nada menos, que colaborador de la Sección “En Cuba”, dirigida por Enriquito de la Osa, quien llamó a Vasconcelos “la pluma de oro del periodismo cubano” y le tenía fijado un salario demasiado privilegiado para la época.
La sección “En Cuba”, de la Revista Bohemia, contó con un periodismo anónimo de triste recordación. Fue donde se anunciaron por primera vez los 20 mil muertos que costó la guerra entre Fidel y Batista y donde se apoyaron y exageraron los actos terroristas llevados a cabo por el Movimiento 26 de Julio.
Resulta interesante saber que tres meses antes del golpe de Estado de Batista, el periódico Alerta llegó a convertirse en tribuna de Fidel Castro para sus acusaciones contra Carlos Prío Socarras, graves acusaciones de robo de dinero que nunca se pudieron probar. En sus páginas se reproducían incluso las actas de denuncias enviadas al Tribunal de Cuentas.
En enero de 1959, Vasconcelos se fue de Cuba como asilado. Regresó al año siguiente con permiso de Fidel Castro, sin que le rindieran cuentas y murió en Santa María del Mar, el 11 de agosto de 1965. Según el periodista Luis Báez, Vasconcelos tuvo permiso para morir en la Patria de Fidel, agradecido este por valiosos servicios.
(publicado originalmente de http://www.nuevoacciob.com)
LA MANIPULACION DE NUESTRAS IDEAS
(Fragmento)
El Sr. Quevedo que lanzo la gran mentira de los 20 mil muertos a traves de Bohemia hizo con ello una leyenda que hoy aun perdura en la mente del pueblo cubano y cuando cualquier persona con hechos y con cifras trata de desmetir esa gran falacia, simplemente se encuentra con la respuesta de que: "Este es un batistiano". Pero senores no hay que ser batistiano para simplemente decir la verdad. O entonces en que quedamos? No se puede ser tan cerrado a las verdades historicas.
Tenemos otro ejemplo muy cacareado como lo fue la noticia con la que desperto la nacion cubana cuando se publico una foto de unos marineros norteamericanos encaramados en la estatua de nuestro Apostol Jose Marti en el Parque Central. Y senores he aqui la realidad de lo ocurrido:
El Sr. Quevedo que lanzo la gran mentira de los 20 mil muertos a traves de Bohemia hizo con ello una leyenda que hoy aun perdura en la mente del pueblo cubano y cuando cualquier persona con hechos y con cifras trata de desmetir esa gran falacia, simplemente se encuentra con la respuesta de que: "Este es un batistiano". Pero senores no hay que ser batistiano para simplemente decir la verdad. O entonces en que quedamos? No se puede ser tan cerrado a las verdades historicas.
Tenemos otro ejemplo muy cacareado como lo fue la noticia con la que desperto la nacion cubana cuando se publico una foto de unos marineros norteamericanos encaramados en la estatua de nuestro Apostol Jose Marti en el Parque Central. Y senores he aqui la realidad de lo ocurrido:
El siguiente relato es la mejor prueba de como venían trabajando desde hace años los comunistas para instigar odio en el pueblo cubano hacia los Estados Unidos de Norteamérica, usando todos las triquiñuelas en las que la historia y los hechos han demostrado que son expertos: "maestros del engaño", como los calificara el Ex Director del FBI Edgar Hoover.
Corría el año 1949 y el comunismo cubano estaba de capa caída, después que el actual presidente de la República, Carlos Prío Socarrás, siendo Ministro de Trabajo del Gobierno de Grau San Martín, los había desalojado de la CTC y privado de las sinecuras de que los había dotado Fulgencio Batista. El PSP (Partido Socialista Popular) nombre usado por los comunistas cubanos estaba en franca decadencia y desprestigiado, pero sus compañeros de viaje y militantes secretos enquistados en otros partidos hacían lo imposible para revitalizar la idea y seguir con la siembra de odio hacia el capitalismo y al estado capitalista por excelencia de la época: Los USA.
La ocasión propicia se les presentó: A principio de marzo de 1949, habian arribado al puerto de La Habana los barreminas Rodman, Hobson y Jeffers; el portaaviones Palau y el remolcador Papago, pertenecientes a la Marina de los Estados Unidos, y sus tripulantes marineros, del Navy (no infantes de Marina como se ha afirmado) comenzaron a frecuentar los bares cercanos al puerto.
(Fidel Castro observa los golpes recibidos por Baudilio Castellanos en una manifestación de protesta frente a la Embajada norteamericana por esa afrenta )
La idea parece habérsele ocurrido a Alfredo Guevara, que se la transmitió a Baudilio "Bilito" Castellanos, aunque puede haber sido ideada por alguien de la agiprop (agitación y progaganda. añadido por editor BC) del PSP, quien inmediatamente fue a ver a Fidel Castro, que formaba junto con los otros dos un trio inseparable en la Universidad de La Habana.
La idea consistía en conseguir a varios marineros norteamericanos, emborracharlos y llevarlos para que se subieran en la estatua de José Martí y desecraran el monumento al Apóstol para crear un ambiente contrario a USA. Fidel inmediatamente consiguió a un fotógrafo callejero de apellido Chaviano y lo tuvo a la espera desde el día 10, logrando su objetivo en la noche del 11 de marzo.
Esa noche varios trabajadores de los muelles pertenecientes a la comisión Obrera del PSP, pagados por Bilito Castellanos, intimaron con los marineros norteamericanos y los llevaron a un tour por distintos bares de la capital, emborrachándolos y conduciéndolos ya completamente ebrios al Paseo del Prado. Tres tripulantes del "Rodman", ya completamente ebrios: el sargento Herbert Dave White y los marineros George Jacob Wagner y Richard Choingsby, fueron retados a subirse sobre la estatua. Era tal el grado de embriaguez de los marineros, que solo uno, Choingsby logró encaramarse sobre los hombros de la estatua. Sus dos compañeros, al verlo en la cima, instigados por los militantes comunistas, lo ovacionaron como a un héroe.
Y en esos momentos Fidel y Alfredo Guevara ordenaron al fotógrafo Chaviano que tomara la foto, que indignó a Cuba entera la próxima mañana cuando apareció en el periódico Alerta, adonde la llevó el propio Fidel Castro.
Sabemos con toda seguridad, que ocurrió una discusión entre Alfredo Guevara y Fidel Castro, cuando el primero quería que la foto o las fotos, fueran dadas como primicia al periódico "HOY", órgano de los comunistas cubanos, pero Fidel, con muy buen tacto argumentó que mejor era que lo publicara un órgano ajeno a los comunistas para no levantar sospechas. Bilito le dió la razón a Fidel, y por esa razón las fotos se les dieron como una primicia a Alerta.
Esa es la verdadera historia de la afrenta de los marineros norteamericanos a la estatua de nuestro Apóstol, en la noche del 11 de marzo de 1949.
http://www.nuevoaccion.com/marzo2009.html
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