jueves, noviembre 03, 2016

Esteban Fernández: EL DERECHO A DECIR LO QUE NOS DÉ LA GANA

EL DERECHO A DECIR LO QUE NOS DÉ LA GANA



 

Por Esteban Fernández
2 de noviembre de 2016

Vine de un país donde expresar sinceramente lo pensado puede significar un delito castigado severamente por una brutal dictadura. Sin embargo, un grupo de jóvenes en mi pueblo hicimos caso omiso a eso y hasta el día en que abandonamos la Isla condenamos públicamente a la recién estrenada tiranía.

Al llegar a USA. vimos los cielos abiertos porque aquí se podía pensar y decir lo que nos de la reverenda gana. Pero poco a poco, prácticamente sin darnos cuentas, hay que tener muchísimo cuidado en lo que se dice. La libertad de expresión ha sido coartada por una bazofia llamada POLÍTICAMENTE CORRECTO.

“Políticamente correcto” representa que en los Estados Unidos actualmente la gente tiene que tener miedo en las palabras que utiliza para no meterse en un lío que hasta les puede costar perder el empleo o ser criticado públicamente. Existen más de dos mil expresiones prohibidas.

Los maestros, los comentaristas de televisión y radio, los políticos, se encuentran diariamente expuestos a ofender a cualquiera que se sienta aludido. Todo el mundo anda aterrorizado en su afán por dulcificar el idioma. Ya para el mes de diciembre vamos a notar quiénes son los que han sido captados por el “políticamente correcto” desde que se les nota el pavor a decir “Feliz Navidad”.

Y encima de eso los hombres tenemos que cuidarnos mucho y no excedernos en las galanterías con las mujeres y debemos estar muy claros en que lo que antes era un bello piropo hoy es catalogado como “acoso sexual”. Sobre todo si uno es viejo y feo, porque si el piropo proviene de Brad Pitt, entonces en la mayoría de los casos la cosa sería una gracia.

Toda mi vida yo he estado acostumbrado (y así también era aquí) a que el enano era un enano, el negro era un negro, el mulato era un mulato, el ciego era un ciego, el gordo era gordo, el cojo era un cojo y el bruto era bruto. Ahora hay que usar palabras como invidente, afro-americano, minusválido. Y a las prostitutas hay que llamarlas “trabajadoras sexuales.”

Donde yo nací y me crié, algunos defectos físicos se utilizaban como apodos y hasta para identificar más fácilmente a las personas. Algunos los mencionaban ellos mismos cuando se nos presentaban, y con una tranquilidad tremenda nos decían: “Hola, yo soy Lázaro el cojo.” Uno de mis mejores amigos en California siempre ha sido para mí “El negro Simón”.

Nosotros podemos hasta reírnos de nuestros defectos físicos. Nunca me olvido de una vez que llevé a mi ex esposa Rina a bailar a la Casa Escobar de Los Ángeles y le presenté a un joven que era muy chévere que le decían “Matraca”. A Sergito Llovio le faltan algunos dedos de la mano. Cuando Rina le dio la mano y la soltó entonces “Matraca”, muy serio, le dijo: “Señora, usted parece que me robó un par de dedos de la mano”.

Una vez utilicé la palabra “imbécil” en un escrito y tuve muchas quejas. Y ya a nadie se le puede decir “retardado” ni “anormal” porque usted se puede buscar el lío del siglo.

Actualmente hay que tener pavor hasta de pasarle cariñosamente la mano por la cabeza a un muchachito desconocido, porque si en ese instante el niñito se echa a llorar, puede que a usted se lo lleven preso y lo acusen de ser un “Child abuser”.

A los que entran sin papeles en los Estados Unidos ya no se les puede llamar “ilegales”, ahora hay que decirles “inmigrantes indocumentados”. A las personas de corta estatura, no se les dice “chiquitos” o “bajitos”, ahora son “personas de pequeña talla”. Y así por el estilo hay un sin fin de términos especiales porque no se puede ofender a nadie.

Además, en este país hay miles de organizaciones que son especializadas en ser susceptibles, que protestan por todo y defienden a todo el que tenga el más mínimo defecto. Y a una belleza usted no le puede decir ni “que ojos verdes más lindos tienes” porque entonces usted se busca un zafarrancho de combate con ellos.

Los comediantes tienen terror a decir cualquier cosa que pueda molestar a alguien. ¿Ustedes se acuerdan que en Cuba Alberto Garrido (Verlo en la foto) se pintaba la cara de negro para su personaje de “Chicharito”? Si hiciera eso hoy en día lo botan a cajas destempladas del programa de televisión no sin antes ser vilipendiado.

Y hasta los niños son también víctimas de esta nueva moda de usar términos políticamente correctos. Hace unas semanas escuché que un alumno de una escuela primaria (piense en la edad del muchachito) se metió en tremendo problema por decirle a la maestra que era “muy linda”.

Tal parece que aquí los que están mejores son los sordomudos para no tener que dispararse tanta bobería. Oh, disculpen ¿dije sordomudo? Esas personas, en realidad no son “sordomudas”, tienen “incapacidad auditiva y de emitir sonidos”

“El término «corrección política» proviene del Marxismo-Leninismo . Luego, se le adoptó con significados relacionados en algunos partidos de la izquierda política de Estados Unidos”.