Es un blog diario digital conformado con los artículos, opiniones, ensayos, etc. del Catedrático universitario Lic. Pedro Pablo Arencibia Cardoso sobre diferentes temáticas de la problemática cubana, actual e histórica, así como por noticias y artículos de otros autores que se consideran de gran interés para profundizar en la realidad cubana.
viernes, enero 12, 2018
Alcides Martínez Calzadilla: LOS HORRORES DEL PRESIDIO CASTRISTA. LAS GAVETAS DE TRES MASÍOS
LOS HORRORES DEL PRESIDIO CASTRISTA. LAS GAVETAS DE TRES MASÍOS
Por Alcides Martínez Calzadilla
Blog “A Tranca Limpia”
En los meses finales del año 1957, me incorporé a los esfuerzos por derrocar al gobierno de Fulgencio Batista. Al año siguiente ya me encontraba trabajando en las actividades de apoyo y suministros a las fuerzas que se encontraban alzadas en el área.
Al triunfo de la revolución comencé a trabajar en el INRA. Tomó poco tiempo para darme cuenta que aquello no era lo que yo quería para mi país y me integré a la lucha revolucionaria democrática.
Militando en el Movimiento Demócrata Cristiano de Cuba, aun después del fracaso del 17 de Abril de 1961, continué trabajando en la creación de un pequeño foco guerrillero, pero en cuanto la tiranía lo detectó, lo aplastó.
El territorio se convirtió en una Zona de «Operaciones Especiales» y se creó un verdadero infierno. El lugar se llama Arroyo Blanco; allá fueron llevados y torturados centenares de presos políticos. Usaron profusamente los fusilamientos simulados; es decir colocar a los detenidos frente a un pelotón con todo tipo de armas y disparar sólo a los que iban matar; los que quedaban vivos casi siempre salían con las ropas manchadas de los restos de las cabezas y sangre de los que asesinaban.
Cuando esto terminó, habían fusilado a 28 hombres y una mujer, entre los fusilados se encontraba Carlos Campos Martínez quien cuando me detuvieron y fui llevado a una prisión preventiva o de tránsito, la segunda noche, pasó frente a mi celda demacrado, con los dedos de la mano hinchados y ensangrentados, me los mostró y me susurró al paso: «La cosa ha sido muy dura, pero no tienes problema, no he dicho nada». Al día siguiente lo sacaron de nuevo y finalmente lo fusilaron.
A mí me llevaron para el «castillito», la sede del G-2 en Santiago de Cuba; el lugar había sido la residencia de alguna familia patricia santiaguera, creo que de los Bacardí, en fin, se convirtió en un eficiente centro de investigación, interrogatorios y tortura.
Lleno de salones y habitaciones con paredes gruesas imitando a piedra, todo al estilo de una construcción medieval; en vez, de puertas habían sólidas rejas; allí me confrontaron, por separado, con Pedro L. Piedra y Walfredo Corral Socias, este último era el responsable de acción del MDC en Guantánamo.
En ambos casos teníamos una idea de quienes éramos; habíamos sido alumnos del Colegio de La Salle de Guantánamo, en una etapa similar, de cuarto a sexto grado, pero no manteníamos amistad o contactos recientes. Me hicieron acusaciones muy graves, realizaron una pantomima de juicio y fui condenado a 10 años de prisión.
De la cárcel de Boniato fui trasladado a Isla de Pinos, en el mes de agosto de 1962. Allí nos sorprendió la «Crisis de Octubre», estando aún en los «pabellones de castigo» y cuando terminó, fui llevado para la circular 3, posteriormente estuve en la circular 1 hasta que poco antes de empezar el Plan de Trabajo Forzado me trasladaron a la circular 4, y me asignaron a la Brigada 76 del tristemente célebre «Bloque 19». Más tarde fuimos ubicados en el Edificio # 5.
Cuando el Plan de Trabajo terminó, fui trasladado a la Cabaña donde vino el nuevo ataque del régimen carcelario con el plan «progresivo» y querer darnos el uniforme de presos comunes, esto hizo que nos quedarnos en calzoncillos y así nos repartieron por provincias.
Fui a parar a Boniato, de donde nos llevaron para unas granjas que albergaban presos comunes; una de ellas situada en el área de Bayamo llamada Tres Masíos y la otra en la zona de Manzanillo con el nombre de San Ramón. En ambas granjas había unas celdas de castigo que se encontraban fuera del perímetro o cordón, para un preso esto último tiene un componente psicológico muy inquietante, es estar como fugado y expuesto a cualquier barbaridad represiva.
Tres Masíos, fue quizás, la peor. Era un edificio rectangular, con techo y paredes de concreto. Dentro habían seis «gavetas»; estos cubículos de pequeñas dimensiones estaban destinados a presionar o castigar a los presos, los hubo en varias prisiones, de diferentes tamaños y formas; verticales, horizontales, individuales y colectivos.
Las gavetas de Tres Masíos daban a un pasillo de tres pies de ancho y medían siete pies de fondo, otros siete pies de altura y el ancho no llegaba a dos pies, tenían una puerta enrejada, reforzada con una plancha de metal, que se abría al pasillo; el techo también estaba enrejado.
En esa cámara de tortura introducían hasta cuatro o cinco presos. Uno se acostaba de lado y los otros permanecían de pie con las piernas abiertas a los costados del que yacía en el piso. En la pared del fondo había una pila de agua (sin agua) y debajo en el piso, a medio pie de la pared, un hueco que por supuesto nunca funcionó. Si tratábamos de orinar frente a las celdas, en el mejor de los casos, el hedor era insoportable; en el peor, se corría hacia dentro de la gaveta, donde siempre había un recluso acostado.
Esto sucedió, en los primeros días, mientras nos quedaban algunos fluidos y sólidos por evacuar. Inimaginable. Lo más lejos que se podía tirar algo eran los tres pies al frente a la gaveta. La peste era insoportable y ni las manos limpias, En estas condiciones no era posible permanecer. Decidimos «plantar» hasta el final en una huelga de hambre. Nuestro objetivo era que nos llevaran a una cárcel de presos políticos.
La respuesta fue trasladarnos para la «caja de caudales» de San Ramón, esta celda era dos veces más ancha que las gavetas, con una plancha metálica con candado como puerta y el techo de concreto, tenía además la llave sin agua y el consabido agujero. Cabíamos los seis plantados sentados y acurrucados.
Pasados diez o doce días comenzaron a sacarnos amarrados a una de las garitas de observación, allí nos ataban a una cama de metal que tenían bajo la garita y los guardas nos abrían la boca, forzando una cuchara y con las rodillas de otro guarda en el pecho y estómago, nos apretaban la nariz para obligarnos a respirar por la boca; al final de este «ejercicio» y después de habernos hecho tragar alguna cantidad de sopa o caldo, nos retornaban, a la caja.
De regreso lo vomitábamos todo, con los días el hedor era insoportable. En las condiciones en que estábamos, golpeados, sangrando por la boca, no podíamos tenernos de pie y nos manteníamos acurrucados en el piso, ya con mucho frío, a pesar de lo cerrado del edificio y de las bombillas enormes en el techo. Así fuimos, poco a poco, cayendo en un estado de delirio o algo por el estilo. Es decir desvanecidos, perdiendo la noción del tiempo.
De los 6 que estábamos juntos esta última etapa fueron sacando a los que se ponían más graves, primero sacaron a Enrique Vázquez, le siguió Pablo Peña, más adelante Rolando Nieves, y después los seguí yo; era el día 54 desde que comenzamos la huelga. Días más tarde sacaron a los dos que quedaban: Orlando Peña y Antonio María Rivero, estos hicieron 60 días de huelga.
A medida que salíamos nos daban seguridad de que iríamos a una prisión de presos políticos y nos trasladaban para el hospital de la cárcel de Boniato, donde, hasta cierto punto, superamos el estado de postración en que habíamos quedado.
Regresamos para La Cabaña a finales de Julio de 1968; días después fuimos llevados al hospital del Castillo del Príncipe para curar secuelas de la huelga y finalmente nos trasladaron para la prisión de Guanajay donde nos dieron el uniforme de presos políticos. Comenzó entonces una larga etapa de recuperación física y mental. Tuve que aprender a caminar y pensar de nuevo. En realidad la pierna izquierda nunca me quedó bien.
Me soltaron de Guanajay el 20 de Diciembre del 1971 tras cumplir los 10 años de mi sanción. Tuve la suerte de salir rumbo a España al año siguiente, el 10 de octubre de 1972.
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Nota del Bloguista de Baracutey Cubano
En
Cuba me leí, en su primera edición y publicación, el libro de Luis
Conte Agüero con las cartas de Fidel Castro y en él estaban las
FOTOCOPIAS de dichas cartas. Hace unos pocos años se volvió a publicar,
pero ahora en el Exilio, ese libro, al que se le agregó los textos de
esas cartas traducidos al idioma Inglés.
Tengo entendido que la que pide el divorcio es Mirta Díaz-Balart. Hay dos versiones sobre eso:
1.- Cuando al ver a su hermana Mirta sufriendo por la cárcel de
Fidel, Rafael Díaz-Balart (entonces viceministro de Gobernación) le
muestra una carta o la dedicatoria en un libro que le regaló Naty
Revuelta a Fidel Castro de la que se podía inferir una relación amorosa
entre ambos. Muy poco después de la salida de Fidel Castro, y todos los
Moncadistas, de la prisión el 15 de mayo de 1955 (por la amnistía
general y por ser el Día de las Madres de ese año) sería engendrada
Alina Fernández Revuelta (nacida el 19 de marzo de 1956), que fue años
después reconocida ¨extraoficialmente¨ como su hija.
2.- Que Fidel Castro se confundió en los sobres de cartas respectivas a Naty Revuelta y a su esposa Mirta Díaz-Balart y que Mirta conoció del engaño de Fidel Castro con Naty Revuelta. En el tiempo en que Fidel Castro era novio de Mirta tenía una relación amorosa con María Amparo Laborde, una doméstica, de la que nació Jorge Ángel Castro Laborde
el 23 de Marzo de 1949, el verdadero primogénito de Fidel Castro y no
¨Fidelito; la boda de Fidel y Mirta fue el 11 de Octubre
de 1948. El primogénito de Fidel Castro es Jorge Ángel, el cual fue
engendrado 3 ó 4 meses antes de que Fidel se casara con Mirta. Otra
versión de la confución de las cartas es que una alta autoridad del
Presidio Modelo cambió los sobres; esa persona fue fusilada después del
triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959, pese a las facilidades y
comodidades que se les dió a Fidel y al resto de los Moncadistas en el
Presidio Modelo de Isla de Pinos.
Fidel Castro inicialmente fue encarcelado junto al resto de los
Moncadistas en el Presidio Modelo de Isla de Pinos pero posteriormente,
producto de una vociferante protesta por la visita de Fulgencio Batista
o Hermida, Ministro de Gobernación, al centro penitenciario, fue
trasladado a una muy amplia y ventilada
¿celda? donde habitaba él solo y se podía hasta cocinar lo que compraba
en la cafeteria del Presidio Modelo o le trajeran sus familiares y
amistades.
Mario Chanes de Armas asaltante al Cuartel Moncada que estuvo en la
prisión durante el régimen de Fulgencio Batista y 30 años de prisión en
las cárceles Castristas, expresó que la prisión en el régimen de
Batista era el Paraiso comparada con la prisión en las cárceles
Castristas, que era el Infierno.
El preso Fidel Castro Ruz recibe la visita de su hijo en el Presidio Modelo de Isla de Pinos
CARTAS DE FIDEL CASTRO DESDE LA PRISIÓN DE ISLA DE PINOS
Por Manuel Castro
El
26 de julio de 1953 se produjo el ataque al cuartel Moncada en Santiago
de Cuba, organizado y dirigido por Fidel Castro Ruz. El ataque resultó
un desastre en el que murieron más de 60 hombres, pero convirtió el
nombre de Fidel en una palabra familiar en Cuba.
Fidel Castro fue sentenciado a cumplir quince años en el Presidio Modelo
de Isla de Pinos, pero solo cumplió 22 meses, gracias a la amnistía que
decretó el tirano Batista.
Fidel Castro entró al Presidio Modelo el 17 de octubre de 1953. Él y sus
compañeros asaltantes fueron alojados en la enfermería; podían cocinar y
todos los días tenían derecho al patio. La cárcel le fue productiva:
Leía incesantemente y escribió cientos de cartas, además de los
artículos que publicaba en la revista Bohemia. En una de sus cartas,
Fidel dice: “Me estoy dando ya dos baños al día ‘obligado’ por el calor”. “Hace poco preparé un bistec con jalea de guayaba”. “Cuando cojo el sol por la mañana en short y siento el aire de mar, me parece que estoy en una playa”.
Veintiuna de dichas cartas fueron publicadas en Cuba en 1959 en un
volumen editado por su amigo y asiduo corresponsal Luis Conte Agüero,
quien rompió con Fidel Castro poco después y se exiló en Miami en 1960.
Casi inmediatamente comenzó en Cuba el asesinato de la reputación de
Conte Agüero, a quien se le empezó a llamar en los medios castristas
como “la mulata del fuego”.
Un análisis de los extractos de sus cartas que aparecen a
continuación muestra que aunque Fidel Castro se presentaba como un joven
revolucionario idealista –así engañó al pueblo cubano-, ya se avizoraba
en él al despiadado tirano en que se convertiría durante el siguiente
medio siglo, así como su homofobia -preludio de la persecución a la que
sometería a los homosexuales durante varias décadas.
Marzo de 1955.
A Luis Conte Agüero:
No estoy interesado en lo más mínimo en hacer cambiar de opinión al
régimen para que firme la amnistía; esa no es para nada mi preocupación.
En lo que estoy interesado es en demostrar la falsedad de sus
posiciones, la insinceridad de sus palabras, la maniobra baja y cobarde
que están llevando a cabo contra los hombres que se encuentran
encarcelados por oponerse a él.
Han dicho que son generosos porque se sienten fuertes; pero en
realidad están llenos de deseos de venganza porque se sienten débiles...
Habrá amnistía cuando haya paz. ¿Con qué autoridad moral pueden hacer
semejantes propuestas hombres que han pasado los tres últimos años
proclamando que llevaron a cabo el golpe para traer la paz a la
República? Así que no hay paz, así que el golpe no trajo la paz...
“La mejor prueba de que no existe dictadura es que no hay presos
políticos,” dijeron durante muchos meses; en la actualidad están
desbordándose tanto las cárceles como el exilio y por lo tanto ellos no
pueden decir que vivimos bajo un régimen democrático y constitucional.
Sus propias palabras los condenan.
****
Diciembre 12 de 1953.
A Luis Conte Agüero:
Voy a pedirte un favor. Redacta un Manifiesto para el pueblo en
concordancia con el contenido de la presente carta. Fírmalo en mi nombre
y llévaselo a Mirta. Ella tratará de hacerlo publicar... Hemos decidido
que no tendremos Navidad: no tomaremos ni siquiera agua en esa fecha
como señal de luto. Haz que se sepa, porque creo que de esta manera el
objetivo será más noble y más humano. No tiene sentido que prisioneros
como nosotros aspiremos a las alegrías de la Navidad (…)
****
Abril 17 de 1954.
A Melba Hernández:
Primero: no podemos abandonar la propaganda ni por un instante,
porque es el alma de nuestra lucha. La nuestra debe tener su propio
estilo y estar a la altura de nuestras circunstancias...
Segundo: debemos coordinar el trabajo entre nuestra gente aquí y la
del exterior. Con este propósito, organiza un viaje a México lo antes
posible... Tenemos que reflexionar con cuidado acerca de cualquier
proyecto de cooperación con otros, pues de lo contrario simplemente
tratarán de aprovecharse de nuestro nombre. “Saber esperar, decía Martí,
es el gran secreto del éxito”.
Tercero: mantengamos hacia todos un trato engañosamente suave y
una sonrisa. Sigamos la misma estrategia que adoptamos durante el
juicio; es decir, defender nuestros puntos de vista sin provocar
resentimientos. Ya habrá tiempo más tarde para aplastar las cucarachas
todas juntas. No se descompongan ante nada ni ante nadie; después de todo no perdimos el ánimo en los momentos más difíciles.
Un último consejo: cuidado con la envidia. Cuando alguien cuenta con
gloria y prestigio como ustedes ahora, los mediocres encontrarán
fácilmente motivos o pretextos para sembrar sospechas. Acepten ayuda de
todos; pero recuerden que no se puede confiar en nadie.
****
Junio 19 de 1954.
A Luis Conte Agüero:
Aquí me paso la vida leyendo y practicando el autocontrol. Me siento
realmente mejor cuando no leo los periódicos; la politiquería y la
obsecuencia que veo por todas partes me producen ataques de ira.
Si alguien ha visto su paciencia puesta a prueba, ese soy yo. Hay
ocasiones en que paso horas luchando contra el deseo de explotar, de
declararme en huelga de hambre y sin probar bocado hasta que me saquen
de aquí o me maten, lo cual no sería para nada imposible. Estoy
convencido de que quieren provocarme a toda costa y yo ignoro sus
intenciones... Luis, yo pienso que tenemos que organizar, tan pronto
como sea posible, una campaña sistemática y creciente contra esta
ultrajante situación en la que me encuentro... Este es el momento más
favorable psicológicamente debido a una serie de eventos... El Ministro de Gobierno se ha comportado como lo que es: un perfecto afeminado;
se ha plegado a todos los caprichos de los militares y se ha dedicado a
enriquecerse desvergonzadamente... Recuerda a Catón, quien terminaba
siempre sus discursos pidiendo la destrucción de Cartago (...)
****
Cuando salió a la luz pública que Mirta, su esposa, había aceptado en
secreto que su hermano Rafael Díaz Balart –viceministro de Gobierno– le
pagara un modesto estipendio a través de su oficina, Fidel Castro
insistió en que Ramón Hermida –el Ministro de Gobierno– quería manchar
su nombre.
A Luis Conte Agüero:
Esta es una maquinación en mi contra: la más infame, más indecente,
más vil e intolerable. Mirta es demasiado ecuánime como para haber
permitido que la sedujera su familia, aceptando aparecer en la nómina
del gobierno, independientemente de su situación económica. Estoy seguro
de que ha sido miserablemente calumniada (...)
Sólo un afeminado como Hermida, en el nivel más bajo de la
degeneración sexual recurriría a semejantes métodos, cargados con tan
inconcebible indecencia y falta de virilidad. Ahora ya no me cabe duda de que la declaración atribuida a mí acerca de que soy bien tratado ha sido obra suya.
No quiero convertirme en un asesino cuando salga de esta prisión. ¿No
tiene honor un prisionero político? ¿Puede un prisionero político ser
ofendido de este modo? ¿No tiene un prisionero retar a duelo cuando sale
de prisión? ¿Tiene uno que comerse la bilis de la infamia en la
impotencia y desesperación del confinamiento?
Estoy dispuesto a retar en duelo a mi cuñado en cualquier momento. Lo
que está en juego es el buen nombre de mi mujer y mi propio honor de
revolucionario.
****
Posteriormente, al demostrarse que Mirta Díaz Balart estaba recibiendo ayuda de la tiranía batistina, Fidel Castro demanda el divorcio y orquesta una campaña de tierra arrasada para obtener la custodia exclusiva de su hijo, Fidelito, en esta carta dirigida a su media hermana Lidia.
Noviembre 29 de 1954.
A Lidia Castro Argota:
Me hace muy feliz que me hables del divorcio y ante todo que me digas
que será ejecutado siguiendo estrictamente mis instrucciones. Acerca
del niño, me mantengo en mi punto de vista y a la primera oportunidad,
inmediatamente después de que se efectúe la demanda, le insistiré a la
Corte para que solicite su retorno a Cuba para que atienda el colegio de
modo consistente con mi pensamiento...
Me molesta inclusive la idea de que mi hijo duerma una noche más bajo
el mismo techo que cobija a mis más despreciables enemigos y que reciba
en sus mejillas inocentes los besos de esos miserables Judas. He
soportado las agresiones de ellos con la misma fuerza con la cual les
exijo reparación; he padecido la injustificable e imperdonable ausencia
de mi hijo con la misma resolución con la cual lo rescataré a cualquier
costo. Ellos lo saben ¡o por lo menos deberían saberlo! Supongo que
saben que para robarme a ese niño tendrán que matarme primero –y ni
así–. Pierdo la cabeza cuando pienso en estas cosas.
****
La supuesta crueldad del presidio político de Fidel Castro.
Por José Álvarez Ph. D.
Fidel
Castro comenzó a construir una historia falsa sobre su cautiverio aún
antes de ingresar en el Presidio Modelo. Casi al comienzo de su alegato
jurídico, al referirse a sus compañeros ya condenados, el joven abogado
dijo: “A Isla de Pinos se les envió, en cuyas circulares mora todavía
el espíritu de Castells y no se ha apagado aún el grito de tantos y
tantos asesinados…” Su famosa auto-defensa la cerró con la siguiente predicción: “En
cuanto a mí, se que la cárcel será dura como no lo ha sido nunca para
nadie, preñada de amenazas, de ruin y cobarde ensañamiento… Condenadme,
no importa, ¡la historia me absolverá!”
Ha descrito el escenario que le espera antes de vivir esa supuesta
realidad. Pero, ¿moraba aún en ese presidio el espíritu del comandante
Pedro Castells, su jefe durante la dictadura de Gerardo Machado? ¿Estuvo
su estadía “preñada de amenazas, de ruin y cobarde ensañamiento”? Dejemos que sea el propio Fidel Castro quien nos describa su vida en el penal
Su entrada en el Presidio Modelo se produjo el 17 de octubre de 1953.
Un historiador residente en la isla, describe que “Fidel penetró en el
pabellón [número] uno del hospital-prisión donde estaban sus compañeros
encarcelados.” Es decir, los moncadistas no estaban alojados en las
temibles “circulares” sino en una dependencia del hospital. La
diferencia entre lo virtual y lo real es tan abrumadora que el cronista
oficial se ve forzado a suprimir los siguientes párrafos de una carta de Fidel Castro que, sin embargo, cita para otros propósitos. La carta de Castro se refiere al lugar que habita y fue escrita el 22 de diciembre de 1953:
(Principio y Fin del Mito Fidelista, libro de José Álvarez)
Habitamos una galería de unos 40 m de largo por 8 de ancho, situada
en un ala de la enfermería, un edificio grande de planta baja…; el piso,
de granito de mármol. Cuarto de baño en un extremo, y al otro una
pequeña repisa de mármol que hace de cocinita para café, etc. De un
extremo a otro, dos hileras de camas alineadas en perfecta formación;
son 27 en total y ahora, con los mosquiteros, semejan tiendas de campaña
donde nos protegemos del ejército de moscas y mosquitos que hasta
recientemente nos tenían sometidos a la impotencia. Patio interior de
unos 20 m por 12; alrededor de todo el patio un portal amplio sostenido
por columnas, con piso de granito también. Junto a la puerta de salida
al patio, en el portal, dos mesas largas para almorzar y comer, las que
utilizamos también para dar clases. El paisaje exterior no se ve por
ninguna parte; todas las ventanas están a más de 9 pies de altura.
Tenemos derecho al patio de 10 a 10 y 30 a.m. y de 1 a 4 p.m.
En cuanto al horario que llevan en prisión, escribe: “Sintetizando: a
las 5 y 30, desayuno; a las 8, clases hasta las 10 y 30 am.; 10 y 45,
almuerzo; 2 pm., clases de nuevo hasta las 3; recreo hasta las 4; 4 y
45, comida; 7 a 8 y 15, clases de economía política y lectura en común; 9
y 30 pm., silencio.”
Las actividades educacionales y culturales eran intensas. Castro
enseñaba varias asignaturas por la mañana, Economía Política por la
noche y oratoria dos veces a la semana. En los aniversarios de fiestas
patrióticas hacían veladas y daban conferencias. Todos los días 26 eran
festivos; y los 27 eran de duelo, con reflexiones sobre el tema, sin
actividades recreativas. Los días académicos abarcaban desde el lunes
hasta la mitad del sábado. La escuela la nombraron “Academia Ideológica Abel Santamaría”. La
biblioteca contaba con 300 volúmenes, y llenaba dos libreros de madera
que, junto al pizarrón, fueron ordenados al taller de carpintería por el
teniente Perico.
Veamos lo que dice sobre las condiciones de vida: “Yo tengo sol
varias horas todas las tardes y los martes, jueves y domingos también
por la mañana. Un patio grande y solitario, cerrado por complete con una
galería. Paso allí horas muy agradables. Me volveré mudo.” En otra oportunidad cuenta: “… arreglé
mi celda el viernes. Baldié el piso de granito con agua y jabón
primero, polvo de mármol después, luego con Lavasol y por último agua
con creolina. Arreglé mis cosas y reina aquí el más absoluto orden. Las
habitaciones del Hotel Nacional no están tan limpias.” En otra carta, dice: “Me estoy dando ya dos baños al dia ‘obligado’ por el calor.”
Castro parece no tener problemas en comunicarse con el exterior: “[Mi esposa] Mirta te dirá el medio de comunicarte conmigo todos los días si quieres. Guarda sobre él absoluta reserva”.
Una carta del mes de junio de 1954, después de asegurar que continúa aislado de sus compañeros, revela:
Trajeron a Raúl para acá. Comunicaron mi celda (que tú viste en
“Bohemia”) con otro departamento cuatro veces mayor y un patio grande,
abierto desde las 7 a.m. hasta las 9 y 30 p.m. La limpieza corresponde
al personal de la prisión, dormimos con la luz apagada, no tenemos
recuentos ni formaciones en todo el día, nos levantamos a cualquier
hora; mejoras éstas que yo no pedí, desde luego. Agua abundante, luz
eléctrica, comida, ropa limpia y todo gratis. No se paga alquiler.
¿Crees que por allá se está mejor? Visitas dos veces al mes. Reina ahora
la más completa paz. No sé, sin embargo, cuánto tiempo más estaremos en
este “paraíso”.
La alimentación era, si no preocupación constante, al menos tema recurrente en su correspondencia:
• Después de tomar café, calentico, … encendí un tabaco y me puse a escribirte.
• Como soy cocinero, de vez en cuando me entretengo preparando algún
pisto. Hace poco preparé un bistec con jalea de guayaba. Hoy me mandaron
los muchachos un potecito con ruedas de piña en almíbar. Y mañana
comeré jamón con piña. También preparo spaghettis o tortilla de queso.
Cuelo también un café delicioso. En cuanto a fumar, en estos días
pasados he estado rico; una caja de tabacos H Upmann, del doctor Miró
Cardona, dos cajas muy buenas de mi hermano Ramón, un mazo de un amigo
y, por último, una cajita muy bonita que vino con los libros, de la cual
tengo uno encendido en estos instantes.
• Tengo hambre y puse a hervir unos spaghetti con calamares rellenos…
Me voy a cenar: spaghetti con calamares, bombones italianos de postre,
café acabadito de colar y después un H Upmann 4. ¿No me envidias? Me
cuidan, me cuidan un poquito entre todos… No le hacen caso a uno,
siempre estoy peleando para que no manden nada. Cuando cojo el sol por
la mañana en shorts y siento el aire de mar, me parece que estoy en una
playa, luego un pequeño restaurante aquí. ¡Me van a hacer creer que
estoy de vacaciones! ¿Qué diría Carlos Marx de semejantes
revolucionarios?
Fidel Castro se queja a veces de lo que considera injusticias del
sistema penal. Veamos si algunas de ellas se acercan a su pronóstico de
castigos, humillaciones y horribles torturas: “Ya tengo luz; estuve
cuarenta días sin ella y aprendí a conocer su valor. No lo olvidaré
nunca, como no olvidaré la hiriente humillación de las sombras; contra
ellas luché logrando arrebatarles casi doscientas horas con una lucecita
de aceite pálido y tembloroso, los ojos ardientes, el corazón sangrando
de indignación. De todas las barbaridades humanas, la que menos concibo
es el absurdo.”
El reflejo de su “cruel” encarcelamiento tuvo lugar cuando Fidel Castro
dejó atrás el Presidio Modelo. Castro se dirigió al teniente Roger Pérez
Díaz, jefe del Escuadrón 57, para decirle: “No podría irme sin despedirme de usted…” Y, volviéndose hacia los periodistas presentes, apuntó: “Quiero
decirles que esta es una expresión espontánea y sincera, sin
teatralismo porque este oficial, que es un caballero, de sobra lo merece”. Luego hizo el siguiente comentario: “Por
mi parte, a pesar de todo, todavía no he aprendido a odiar. Al salir de
las prisiones donde me sumió la injusticia durante 22 meses, proclamo
mi lealtad a la causa de una Patria sin miseria ni despotismo…”
La realidad de su encierro, aparentemente, había sido muy distinta a la
pronosticada, como distinta también sería la suerte de los que morarían
en esa misma prisión después de la llegada de Castro al poder absoluto.
A muchos de ellos, antiguos compañeros suyos, los haría cumplir hasta
el último día de sus sentencias de 20 y 30 años por delitos —o supuestos
delitos— muchísimo menores que el suyo, por el que cumplió 22 meses de
una sentencia de 15 años, es decir, el 12 porciento.
Un historiador cubano, al cumplirse 45 años de la excarcelación, expresó con orgullo: “En
22 meses, sus lecturas ya no podían ser contadas, exactamente.
Literatos, filósofos, historiadores… Integraron una especie de
curriculum de estudio y meditación en la cárcel, que de castigo había
pasado a ser noviciado tiempo sabático.”
Para lograr su excarcelación, las madres de los presos formaron un
Comité en 1954. En su llamamiento a las “Madres de toda Cuba” se
identificaban como “las crucificadas madres de los heroicos muchachos de los sucesos del día de Santa Ana”.
Pedían la excarcelación de los mismos al conmemorarse otro aniversario
del 20 de mayo, día de la independencia de Cuba. Cuando Fidel Castro
contaba ya con 41 años en el poder, otro grupo de madres y esposas hacía
la misma petición. El delito de esos presos consistía en poseer
artículos que los ayudaba a ejercer su derecho a la libre expresión. La
respuesta no ha sido una amnistía sino la agresión verbal y física de
porristas oficiales. Son las Damas de Blanco.
Para terminar, y para que no se olvide, la diferencia entre el
sistema penitenciario al que Castro fue sometido y el implantado por él
una vez que se instaló en el poder, va mucho más allá de la cantidad
(alrededor de 300; 600, según otros) de volúmenes de su biblioteca
personal y el castigo que a veces acarrea tener escondida una Biblia en
las prisiones castristas; mucho más allá que los manjares al acceso de
Castro y el hambre imperante en sus prisiones; mucho más que las visitas
de familiares, amistades y conyugales de Fidel Castro y la separación
de sus encarcelados; mucho más que la diferencia entre un 12% y un 100%
de cumplimiento de la sentencia. El límite de la diferencia está en la
aspiración de José Martí a que la ley primera de la República fuera el
culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre.
* Jose Álvarez (Antilla, Cuba) militó en el Movimiento 26 de
Julio desde su fundación en 1955 hasta su disolución en 1960. Rompió
con el régimen castrista a fines de 1961. Llegó a los Estados Unidos en
1969. Obtuvo un doctorado en economía agrícola en la Universidad de la
Florida, donde desarrollo una fructífera carrera académica hasta su
jubilación en 2003. Es Catedrático Emérito.
******************* ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS
Buen escrito, ¨LOS HORRORES DEL PRESIDIO CASTRISTA. LAS GAVETAS DE TRES MASÍOS¨. Lo publico en mi blog, en facebook; trataré de darlo a leer a mi tío el exprisionero político Osvaldo Gómez, quién sufrió 28 años preso igual que nuestro hermano Roberto Martín Pérez -aunque Lilo Vilaplana aún no me confirma si lo incluirá en la Serie Televisiva ¨;Leyendas del Exilio¨-. Saludos, Napoleón Lizardo Exprisionero Político Cubano https://napoleon03.wordpress.com Napoleón Lizardo.
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Gracias Napoleón Lizardo por su lucha en contra del Castro-Comunismo y por leer a Baracutey Cubano
Buen escrito, "LOS HORRORES DEL PRESIDIO CASTRISTA. LAS GAVETAS DE TRES MASÍOS". Lo publico en mi blog, en facebook; trataré de darlo a leer a mi tío el exprisionero político Osvaldo Gómez, quién sufrió 28 años preso igual que nuestro hermano Roberto Martín Pérez -aunque Lilo Vilaplana aún no me confirma si lo incluirá en la Serie Televisiva "Leyendas del Exilio-.
Saludos, Napoleón Lizardo Exprisionero Político Cubano https://napoleon03.wordpress.com
Ese relato que refieres es parte de algo más extenso que hice llegar a la Comisión de Derechos Humanos de las ONU en Ginebra, Suiza, a lo largo de décadas , a través del Centro de Derechos Humanos del MDC vía la representación de la Unión Demócrata Cristiana. Tratar de racionalizar esto, sería motivo de un amplísimo esfuerzo.
Gtacias Alcides Martínez Calzadilla por leer a Baracutey Cubano y, sobre todo, por su labor patriótica de denunciar la crueldad y la perversidad de la tiranía Castrista.
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Libro de Pedro Pablo Arencibia: Paradigmas Psicopedagogicos y caminos de la Investigacion Matematica en la Ensenanza de la Matematica Universitaria y Media
OPINIÓN SOBRE EL LIBRO:
Lo he ojeado, aqui y alla; es conmovedor. humano. Tardare en leerlo de tapa a tapa. Comprendo que es holistico, lo que me parece admirable, meritorio, politica, experiencia humana, Matematicas, Ciencias, y tambien ¨very scholar. Una combinacion unica. Gracias. B.M.
“Marco Rubio a Donald Trump: Te diré lo que es un buen acuerdo: que Cuba sea libre
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Licenciado en Matemática Pura en la Universidad de La Habana (UH) y Catedrático universitario con 24 años de experiencia en la docencia universitaria cubana; posee la Categoría Docente Principal de Profesor Titular universitario. Fue expulsado el 29 de enero de 1997 del Instituto Superior Pedagógico de Pinar del Río ( universidad de perfil formativo o pedagógico) por motivos políticos. Activo colaborador desde su fundación de la revista VITRAL y del Centro Católico de Formación Cívica y Religiosa (CFCR) de la Diócesis de Pinar del Río. Colaboró en Cuba con las organizaciones opositoras: Todos Unidos, Asamblea para Promover la Sociedad Civil en Cuba y con el Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC).
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COLABORADORES:
Paul Echániz
3 Comments:
Buen escrito, "LOS HORRORES DEL PRESIDIO CASTRISTA. LAS GAVETAS DE TRES MASÍOS". Lo publico en mi blog, en facebook; trataré de darlo a leer a mi tío el exprisionero político Osvaldo Gómez, quién sufrió 28 años preso igual que nuestro hermano Roberto Martín Pérez -aunque Lilo Vilaplana aún no me confirma si lo incluirá en la Serie Televisiva "Leyendas del Exilio-.
Saludos, Napoleón Lizardo
Exprisionero Político Cubano
https://napoleon03.wordpress.com
Ese relato que refieres es parte de algo más extenso que hice llegar a la Comisión de Derechos Humanos de las ONU en Ginebra, Suiza, a lo largo de décadas , a través del Centro de Derechos Humanos del MDC vía la representación de la Unión Demócrata Cristiana. Tratar de racionalizar esto, sería motivo de un amplísimo esfuerzo.
Gtacias Alcides Martínez Calzadilla por leer a Baracutey Cubano y, sobre todo, por su labor patriótica de denunciar la crueldad y la perversidad de la tiranía Castrista.
Un fuerte abrazo
Pedro Pablo, Editor del blog Baracutey Cubano
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