PONER LA BANDERA ROJA EN EL CAPITOLIO
Por Esteban Fernández
5 de marzo de 2018
Me tienen hasta la coronilla con “la intervención rusa” en los asuntos internos de los Estados Unidos. En realidad toda esa matraquilla no es más que una excusa para darle un golpe de estado a Donald Trump.
No tengo dudas de que hay personas buenas y decentes que creen que hubo trampas inspiradas por los rusos. Para ellos mis respetos. Pero al mismo tiempo tengo que aclarar que todos esos mismos liberales e izquierdistas que hoy hipócritamente asumen y denuncian las manipulaciones rusas SON LOS MISMOS que nos hemos pasado décadas discutiendo con ellos a la inversa.
Anticomunistas somos nosotros, ellos son unos descarados que ahora se disfrazan de “anti rojos” con la mala intención de perjudicar al presidente electo de este país.
Lo cierto es que las hijodeputadas comunistas de meter la cuchareta y tratar de dañar a todas las naciones libres del mundo no comenzaron con Trump, ni comenzó hace 20 años, sino que eso se viene cocinando desde el mismo 1917. Las cadenas vienen de lejos.
Le ronca la carabina de Ambrosio que comunistoides como este Bernie Sanders quiera ahora dársela de interesado en mala fe rusa cuando hasta el bobo de la yuca sabe su modo de pensar que lo llevó hasta ir de luna de miel a la Unión Soviética ¿Será mal parido este viejo zorro?
¿Esos artistas de Hollywood y los políticos demócratas, que en su inmensa mayoría son consumados socialistas, me van a hacer creer que están preocupados por la intervención rusa en las elecciones pasadas? No arruguen que no hay quien planche. Bola de descarados.
Hasta Jane Fonda que es más ñángara que todos los miembros del buró político de los partidos comunistas de Cuba y del Kremlin se quiere hacer ahora la dolida porque los moscovitas pusieron a Donald Trump en el poder. ¡Qué no joda la muy traidora!
Yo si soy anticomunista de verdad, sincero, de todo corazón, y si se demostrara en que en algún momento, Trump estuvo en contubernio de alguna manera con los comunistas PÚBLICAMENTE ME CAGABA EN TRUMP. Yo no soy Trumpista, repito, yo soy anticastrista y anticomunista.
Pero, mientras tanto, todo esto me da muy mala espina, y no me da la gana de hacer causa común con ese elemento rojizo que además de sacar a Donald Trump del poder acto seguido lo que quisieran era izar la bandera de la hoz y el martillo en la Casa Blanca y en el Capitolio.
Postdata: Y cuidado, distancia y categoría, si por ahí hay algunos que son “mas Trumpistas que anticomunistas” y que aceptan y aplauden el supuesto concubinato de Trump con el Kremlin conmigo que no cuenten.
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